Debido a que la ayuda internacional a Afganistán se ha interrumpido en gran medida, el Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR, por sus siglas en inglés) ha publicado un informe en el que se presenta un panorama desolador de las perspectivas económicas del país desde que los talibanes tomaron el poder.
El informe trimestral del SIGAR del 30 de octubre —el primero desde el colapso del gobierno apoyado por Estados Unidos en Afganistán— ofrece una amplia visión de la situación económica de Afganistán, así como de la actividad de la agencia en los últimos tres meses.
A principios de año se preveía que la economía afgana creciera en torno al 0.4%, pero los economistas prevén ahora una contracción de aproximadamente el 9.7%, según el informe.
Citando fuentes de Naciones Unidas, el informe advierte que la pobreza en Afganistán podría aumentar entre un 7 y un 25 por ciento entre 2020 y mediados de 2022.
«El análisis de la ONU advierte además que Afganistán podría enfrentarse a la perspectiva de una ‘pobreza casi universal’, con alrededor del 97% de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza», afirmaba el informe del SIGAR. «En septiembre de 2021, aproximadamente 14 millones de personas —o uno de cada tres afganos— estarían al borde de la inanición».
Factores como la pandemia de COVID-19 y una sequía estival preceden a la caída del gobierno afgano.
Las perspectivas económicas se oscurecieron especialmente cuando la mayor parte de la ayuda internacional cesó en agosto, cortando la capacidad de Afganistán para financiar su creciente déficit comercial, según el informe. El Departamento de Estado comunicó al SIGAR en octubre que Estados Unidos había cesado casi toda la ayuda a Afganistán, salvo algunos fondos proporcionados a través de la ONU y de organizaciones no gubernamentales.
«La economía de Afganistán ha dependido en gran medida de las importaciones, generando un grave déficit comercial que se financiaba casi en su totalidad a través de la ayuda exterior».
Las sanciones han hecho tambalear aún más la confianza de los inversores en Afganistán, provocando una salida de dólares estadounidenses y haciendo que la moneda del país se desplome, según el informe.
«La devaluación del afgani (AFN) también repercute en la economía afgana, lo que podría disminuir aún más la capacidad de los hogares afganos para comprar alimentos y otras necesidades», dijo el SIGAR sobre la moneda del país. «Desde el colapso del anterior gobierno afgano, el AFN se ha depreciado frente al dólar estadounidense, pasando de aproximadamente 77 AFN por dólar a unos 90 a partir del 8 de octubre de 2021».
Sin embargo, el informe afirma que las exportaciones del país a su principal socio comercial, Pakistán, aumentaron un 142 por ciento entre el 16 de agosto y el 30 de septiembre, en comparación con el período comprendido entre el 1 de julio y el 15 de agosto.
«Un funcionario de aduanas atribuyó este aumento del comercio desde Afganistán a la disminución de las actividades corruptas en los pasos fronterizos, como los funcionarios del gobierno que extorsionan a los conductores para que pasen a Pakistán con sus mercancías, una práctica que había inhibido el comercio».
China podría mejorar aún más las perspectivas económicas de Afganistán a medida que se estrechen las relaciones entre los talibanes y el Partido Comunista Chino (PCCh), según el informe.
El informe del SIGAR citó a un portavoz talibán que dijo en septiembre que China sería el principal socio comercial del país en el futuro.
«Poseemos ricas minas de cobre que, gracias a los chinos, serán modernizadas. Finalmente, China representa nuestro billete de entrada a los mercados del mundo», dijo el portavoz, según el informe.
Mientras tanto, el informe afirmaba que el SIGAR seguirá investigando los fracasos de Estados Unidos en los 20 años de guerra en Afganistán.
Ante la petición de investigaciones por parte de miembros de los dos principales partidos del Congreso, el SIGAR dijo que ha creado grupos de trabajo para indagar en cuestiones como qué ocurrió con las armas, el combustible, los drones, los aviones y otros recursos que Estados Unidos proporcionó al ya desaparecido gobierno afgano.
El SIGAR realizó cuatro auditorías en el último trimestre que pretenden ayudar a responder a estas preguntas. Una de las auditorías, por ejemplo, descubrió que los funcionarios estadounidenses no comprobaban que el gobierno afgano cumpliera los criterios para recibir ayuda pública.
«El SIGAR descubrió que [Estados Unidos] no hizo que [el gobierno afgano] rindiera cuentas haciendo cumplir las condiciones que estableció para crear un [gobierno] más fuerte, más profesional y más autosuficiente», dijo el SIGAR sobre su última auditoría, cuyos resultados se detallan en el informe trimestral.
«Como resultado, el DOD [Departamento de Defensa] nunca sabrá si el [ejército afgano] podría haber rendido a un nivel más alto tras la retirada de Estados Unidos si el DOD les hubiera hecho responsables de los fallos en lugar de limitarse a realizar tareas por ellos y proporcionarles financiación sin tener en cuenta el progreso real», declaró el SIGAR.
El informe afirmaba que el SIGAR espera completar sus investigaciones en 2022 «y que los informes resultantes sirvan no solo como indagaciones forenses sobre los orígenes de los acontecimientos del verano de 2021, sino también como útiles guías de advertencia e instrucción para futuras operaciones de contingencia y reconstrucción».
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