El cinco por ciento de los trabajadores de Estados Unidos que no se vacunaron dejó su trabajo por una orden de vacunación de su lugar de empleo, mientras que el 37 por ciento dice que planea hacerlo si sus empleadores se la imponen, indica una nueva encuesta que proporciona indicios tempranos de los impactos que tales requisitos estarían generando en el mercado laboral.
La encuesta, realizada por Kaiser Family Foundation sobre una muestra representativa a nivel nacional de 1519 adultos y publicada el 28 de octubre, mostró que uno de cada cuatro trabajadores dijo que su empleador les exigió la vacuna contra COVID-19, lo que supone un aumento del 16 por ciento desde junio.
El 25 por ciento de todos los adultos encuestados dijo conocer a alguien que había dejado su trabajo debido a la vacunación obligatoria mientras que el cinco por ciento de los trabajadores no vacunados —o el 1 por ciento de todos los adultos— indicaron que ellos mismos se retiraron por la orden .
Al mismo tiempo, alrededor del 50 por ciento de los trabajadores afirmaron que están en contra de que su empleador imponga un requisito de vacunación y el 37 por ciento de los trabajadores no vacunados —el cinco por ciento de los adultos en general— declararon que dejarían su trabajo si se impusiera una orden de vacunación con opción de prueba semanal de detección del virus. Esa proporción se elevó al 70 por ciento de los trabajadores no vacunados —el 9 por ciento de todos los adultos— en ausencia de una opción de test.
A su vez, el 60 por ciento de los trabajadores no vacunados —el 8 por ciento de todos los adultos— dijeron que buscarían una exención si su empleador les impone una orden de vacunación contra la COVID-19.
Aunque para el 75 por ciento de los trabajadores estadounidenses cuyos empleadores no impusieron una orden de vacunación la cuestión sigue siendo hipotética, los resultados de la encuesta son el primer indicador del impacto que los requisitos provocaría en el mercado laboral.
En septiembre, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció una orden de vacunación con una opción de prueba semanal para las empresas con 100 o más empleados. Se calcula que la orden que sigue siendo objeto de revisión, cubriría alrededor de dos tercios de la mano de obra del sector privado.
Varios grupos empresariales pidieron a Biden que revoque la norma o la posponga hasta el final de la ajetreada temporada de compras navideñas, alegando que podría incitar a los trabajadores a renunciar, agravando la escasez de mano de obra y empeorando la crisis de la cadena de suministro.
Ni la OSHA ni la Casa Blanca facilitaron un calendario firme sobre cuándo entrará en vigor la norma de emergencia para las empresas privadas.
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