Un colegio católico exclusivamente femenino ha cambiado su política de admisiones para admitir a hombres que se identifiquen como mujeres.
El Saint Mary’s College, que abrió sus puertas por primera vez en 1844 en la conservadora localidad de Notre Dame, Indiana, anunció que ha adoptado una política que «ahora considerará la admisión de solicitantes de licenciatura cuyo sexo sea femenino o que vivan y se identifiquen sistemáticamente como mujeres».
En una declaración sobre la nueva política de admisión de transexuales, la presidenta del colegio, Katie Conboy, afirmó que admitir a hombres que se identifican como mujeres «engloba nuestro compromiso de funcionar como un colegio católico femenino».
El obispo de Indiana Kevin Rhoades, de la diócesis de Fort-Wayne South Bend, no está de acuerdo.
En una declaración del 27 de noviembre publicada en el sitio web de la diócesis, calificó la nueva política de «contraria a la enseñanza católica» y pidió al colegio que «corrigiera» la política y rechazara las ideologías que contradicen las enseñanzas de la iglesia católica sobre «la persona humana, el sexo y el género.»
«El deseo del Saint Mary’s College de mostrar hospitalidad a las personas que se identifican como transexuales no es el problema. El problema es que un colegio católico femenino adopte una definición de mujer que no es católica», escribió el obispo en una carta del 27 de noviembre publicada en la página web de la diócesis.
El obispo Rhoades también dijo que estaba decepcionado por no haber sido consultado o informado sobre la política, diciendo que «los obispos tienen la responsabilidad particular de promover y ayudar en la preservación y el fortalecimiento de la identidad católica de los colegios y universidades católicas en sus diócesis».
También dijo que la escuela violó su obligación de acatar la autoridad docente de la Iglesia «en materia de fe y moral.»
«En esta nueva política de admisiones, Saint Mary’s se aparta de la enseñanza católica fundamental sobre la naturaleza de la mujer y compromete así su propia identidad como colegio católico femenino», escribió.
El obispo Rhoades hizo varias referencias a un correo electrónico que Conboy envió a estudiantes, padres y profesores anunciando la nueva política.
De ellos fue el nombramiento de la señora Conboy de la «cláusula de no discriminación revisada» del Papa Francisco para avanzar en la comunidad LGBTQ + en la iglesia como una inspiración detrás de la decisión de inscribir a los estudiantes transgénero.
Conboy no respondió a las preguntas de The Epoch Times sobre el tema.
Según el periódico del St. Mary’s College, The Observer, Conboy escribió en su correo electrónico que el colegio «no es en absoluto el primer colegio católico femenino que adopta una política de este alcance».
Campus Pride, una organización nacional dedicada a promover políticas «trans-inclusivas» en los colegios universitarios, enumera varios colegios universitarios exclusivamente femeninos que aceptan a transexuales. Entre ellas hay tres universidades católicas: Catherine University y College of St. Benedict, ambas en Minnesota, y Mount Mary University en Wisconsin.
Algunas autoridades eclesiásticas han criticado a los colegios católicos en general por ceder ante el lobby LGBT.
A principios de este año, la Liga de Acción Católica de Massachusetts condenó a la Academia Fontbonne, un instituto católico femenino de Brookline, por elegir como oradora de graduación a una » lesbiana mayor».
Tras la revocación del caso Roe contra Wade, The Observer se preguntó por qué la presidenta Conboy no había hecho ninguna declaración sobre la histórica decisión de la Corte Suprema.
Conboy respondió diciendo que «era muy difícil pensar en cómo responder de una manera significativa que reflejara toda la identidad [de Saint Mary]», informó el periódico.
El colegio, fundado por las Hermanas de Notre Dame, una orden conservadora de monjas católicas, parece haberse vuelto cada vez más liberal con el paso de los años.
En septiembre, Saint Mary’s College Campus Ministry celebró un acto titulado «Dios está orgulloso de ti: Catolicismo LGBTQ+».
«Parece que Dios puso un pequeño arco iris perfecto en nuestro campus», decía un anuncio de la universidad para promocionar el evento.
Según The Observer, Conboy dijo que a principios de este año creó un «Grupo de Trabajo del Presidente para la Identidad y Expresión de Género» para ayudar a elaborar la nueva política de aceptación de los estudiantes transexuales.
Los comentarios de las graduadas de St. Mary’s tanto a favor como en contra se incluyeron en el artículo.
«Complacencia absoluta», escribió la graduada de 2105 Emily McNally en un comentario de Instagram, según el periódico universitario. «Si SMC realmente creyera que un hombre que dice que es una mujer es una mujer, obligarían a los estudiantes de primer año a alojarse con una persona así.»
Otras juraron dejar de hacer donaciones a la universidad a menos que abandonaran la nueva política.
«Ni un centavo más, ni mi apoyo a la universidad continuará a menos que reviertan este curso», escribió en Facebook Priscilla Pilon, una graduada de St. Mary en 1986, según The Observer.
Otras, como la graduada de 2008 Renee Powers, aplaudieron la política, diciendo en Instagram: «¡Tan orgullosa de mi alma mater!» y la actual estudiante de último año Katie Hunter fue citada diciendo: «¡SMC fue fundada para educar a TODAS las mujeres, no solo a las mujeres cis!».
X está llena de miles de mensajes que critican a St. Mary’s por admitir a hombres que se identifican como mujeres en una escuela exclusivamente femenina.
«El mundo académico sigue abandonando a las mujeres», escribió Carla Sands, exembajadora de Estados Unidos en Dinamarca y actual vicepresidenta de Energía y Desarrollo en The American First Policy Institute.
El obispo Rhoades dijo que aunque «sin duda el Saint Mary’s College desea promover el amor, la inclusión y la aceptación», «no lo hace con autenticidad cuando separa el amor de la verdad».
«Una cosa es ser comprensivo con la debilidad humana y las complejidades de la vida, y otra aceptar ideologías que intentan separar lo que son aspectos inseparables de la realidad», escribió.
«No caigamos en el pecado de intentar sustituir al Creador».
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