Los educadores que deseen ejercer como profesores de inglés de secundaria o preparatoria deben estar «formados en antirracismo», según un conjunto de normas de enseñanza recientemente publicado y creado por el Consejo Nacional de Profesores de Inglés (NCTE).
El NCTE revisó por última vez en 2012 sus normas para los educadores que se preparan para enseñar de la lengua inglesa (ELA) en los grados séptimo a duodécimo. La organización profesional señaló que, desde entonces, las exigencias de la alfabetización «han cambiado significativamente el panorama» y que «las cuestiones de justicia, equidad y diversidad» han pasado a ser fundamentales para los profesores y alumnos de inglés.
Los últimos estándares del NCTE, publicados la semana pasada, sustituyen el término «justicia social» de la versión de 2012 por «antirracista» y «antiprejuicio», basándose en el «asesoramiento de expertos», según el consejo. Ahora recomienda que los futuros profesores de inglés «apliquen y demuestren sus conocimientos sobre los alumnos y el aprendizaje para fomentar entornos de aprendizaje inclusivos que apoyen una instrucción coherente, relevante, alineada con los estándares, diferenciada y antirracista/antisesgo para involucrar a los alumnos del 7º al 12º grado en la ELA».
«La intolerancia, la discriminación, la opresión, la división y el racismo forman parte del mundo en el que trabajan los futuros profesores de inglés», dijo el presidente del NCTE, Alfredo Celedon Lujan, en un comunicado en el que se anunciaban los estándares. «Estos nuevos estándares buscan apoyar a los educadores mientras se preparan para entrar en el aula».
En cuanto a la definición de racismo, el consejo define el racismo en Estados Unidos como el «maltrato sistemático y la privación de derechos de las personas de color que actualmente e históricamente poseen menos poder y privilegios que los estadounidenses blancos».
«El racismo (…) y otras formas de discriminación siguen formando parte de la sociedad estadounidense, y continúan afectando a todos los estudiantes y a su educación», declara el consejo, que pide que los profesores «impulsen explícitamente el antirracismo participando en el desarrollo profesional continuo para que los educadores logren contrarrestar el racismo y otras formas de intolerancia».
El antirracismo es uno de los conceptos popularizados por los defensores de la teoría crítica de la raza (TCR), una consecuencia del marxismo que ve la sociedad a través de la lente de una lucha de poder entre personas blancas y no blancas, a las que los defensores asignan las etiquetas de «opresores» y «oprimidos», respectivamente. Los defensores de la TCR ven el racismo profundamente arraigado en todos los aspectos de la sociedad estadounidense y lo consideran la causa fundamental de la desigualdad racial, o de los diferentes resultados para las distintas razas.
En lugar de enseñar a los niños la tolerancia, se requieren prácticas discriminatorias «antirracistas» para resolver la desigualdad percibida, según los defensores de la TCR. Como se explica en el libro de Ibram X. Kendi de 2019 «How to Be an Antiracist«, la discriminación debe considerarse «antirracista» siempre que esté «creando equidad».
«El único remedio a la discriminación racista es la discriminación antirracista. El único remedio a la discriminación pasada es la discriminación presente. El único remedio a la discriminación presente es la discriminación futura», escribió Kendi.
El NCET no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios. El consejo celebrará su convención anual la semana que viene, y contará con oradores invitados como la exprimera dama Michelle Obama y Nikole Hannah-Jones, la principal autora del controvertido «Proyecto 1619» de The New York Times, una colección de literatura históricamente revisionista que promueve la idea de que Estados Unidos es una nación inherentemente racista fundada para preservar la esclavitud.
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