El juez de la Corte Suprema de Nueva York Arthur Engoron, que preside un caso que determinará el destino de los negocios y propiedades del expresidente Donald Trump, ha emitido una nueva orden que obliga al presidente Trump y a los codemandados a notificar al monitor independiente de la corte antes de transferir cualquier activo o crear una nueva entidad, incluida la solicitud de un nuevo certificado comercial fuera de Nueva York.
La fiscal general de Nueva York, Letitia James, demandó al presidente Trump el año pasado alegando que infló su patrimonio para recibir condiciones más favorables de aseguradoras y bancos, y pide 250 millones de dólares en multas y que se prohíba al 45º presidente y a sus hijos Eric Trump y Donald Trump Jr. hacer negocios en el estado.
El 26 de septiembre, el juez Engoron dictó una sentencia sumaria previa al juicio, declarando al Presidente Trump responsable de fraude. El juicio comenzó el 2 de octubre, ya que los fiscales todavía tienen que probar su caso en seis reclamaciones, tras lo cual el juez se pronunciará sobre las sanciones adeudadas.
Como parte del juicio sumario, el juez Engoron anuló todos los certificados comerciales del presidente Trump y de sus hijos mayores de edad, así como de los ex ejecutivos de la Organización Trump Allen Weisselberg y Jeffrey McConney, que se espera que testifique pronto en el caso. También ordenó a ambas partes que presentaran nombres de síndicos independientes, que funcionarían como un albacea, para gestionar la disolución de las diversas LLC bajo la Organización Trump, que es una marca paraguas.
La presentación del 5 de octubre da a los demandados siete días para proporcionar a la supervisora independiente, la exjuez Barbara Jones, una lista de todas las entidades que controlan y poseen, así como otra información relativa a las entidades.
Ahora tienen hasta el 26 de octubre para proporcionar la lista de receptores independientes, una extensión de la orden inicial de la juez de 10 días después del 26 de septiembre.
Surgieron complicaciones cuando el juez dictó inicialmente esa orden, ya que los abogados de Trump preguntaron si eso significaba que edificios como la Torre Trump serían vendidos, o gestionados por un tercero, y qué significaría esto para propiedades como las residencias de Eric Trump y Donald Trump Jr, que también están en manos de LLC bajo la Organización Trump.
Después de consultar con su secretario, el juez Engoron dijo que no estaba listo para emitir una orden sobre eso por el momento, pero que discutirían los detalles más tarde, mientras el juicio estaba en marcha.
La orden del jueves no se discutió en la corte, que continuó el cuarto día con el testimonio del primer testigo de la acusación, Donald Bender.
Testimonio del contable
Bender, exsocio de Mazars USA, fue un contable que preparó las declaraciones de impuestos personales de Donald Trump de 2009 a 2018. De 2011 a 2012, trabajó estrechamente con la Organización Trump, dedicando aproximadamente la mitad de su tiempo al cliente, y preparó los estados financieros por los que los fiscales demandan al presidente Trump.
El lunes, fue interrogado por la fiscalía, que trató de establecer que la Organización Trump era responsable de los números en las declaraciones, no Mazars. Bender dijo que copiaba y pegaba las cifras proporcionadas por los funcionarios de la Organización Trump, y testificó sobre los documentos que establecían la responsabilidad de la Organización Trump en la exactitud de la contabilidad.
La acusación repasó cada año, documento por documento, y el interrogatorio continuó el martes. El miércoles, la defensa tuvo la primera oportunidad de interrogar a Bender, y trató de contrarrestar el caso de la fiscalía año por año de la misma manera. Sin embargo, el juez exigió que aceleraran, discutiendo con la defensa y golpeando con el puño sobre el escritorio, llegando incluso a interrogar al propio testigo.
El testimonio de Bender se interrumpió para permitir a la acusación llamar a su segundo testigo el miércoles. Camron Harris, socio auditor de Whitley Penn, continuó donde lo había dejado Bender, ya que Whitley Penn preparaba los estados financieros de la Organización Trump. Testificó más o menos lo mismo, que la Organización Trump asumió la responsabilidad de la exactitud de las cifras, lo que consta en los documentos enviados por el director financiero del grupo, el Weisselberg, que figura como acusado.
El jueves, Bender volvió al estrado para ser interrogado por la defensa.
El presidente Trump había sorprendido a los observadores cuando asistió a su propio juicio el lunes, hablando largo y tendido con los periodistas, y de nuevo el martes. El miércoles se marchó antes de tiempo y no ha vuelto al tribunal. Durante sus declaraciones a la prensa, dijo más de una vez que preferiría estar haciendo campaña.
«Estoy aquí, atrapado aquí, y no puedo hacer campaña», dijo.
«¿Por qué asistir?», dijo respondiendo a la pregunta de un periodista. «Porque quiero señalarlo a la prensa, lo corrupto que es, porque nadie más parece ser capaz de hacerlo».
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