En comentarios hechos durante una entrevista con los medios de comunicación chinos en el extranjero, un cirujano chino dio detalles sobre una operación de transplante de hígado que cree que puede estar relacionada con la práctica del régimen comunista de sustracción forzada masiva de órganos a prisioneros.
El 19 de diciembre, la edición en chino de The Epoch Times, una publicación estadounidense, entrevistó al Dr. Zhong, quien proporcionó documentos que confirman su identidad y ocupación. Para proteger su identidad, The Epoch Times omitió el nombre completo de Zhong.
El gobierno de la República Popular China (RPC) ha sido acusado de dirigir un plan de sustracción forzada de órganos a gran escala desde por lo menos mediados de la década de 1990, obteniendo enormes ganancias a través del asesinato de los encarcelados por sus creencias religiosas. De acuerdo con un creciente número de testigos y expertos, las principales víctimas son los practicantes de Falun Gong, una práctica espiritual china prohibida.
Durante sus estudios de postgrado, Zhong tuvo la oportunidad de participar en una variedad de operaciones quirúrgicas en diferentes hospitales de China. En 2011, participó en un «transplante especial de hígado» en el Primer Hospital Afiliado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang, donde trabajaba como cirujano interno.
Una noche, el personal del hospital llamó a Zhong después de las 11:00 p.m. para un trasplante. «Dijeron que no había un cirujano disponible y que querían que yo realizara la operación. Quería aprender y practicar más. Fue realmente una buena oportunidad para mí», dijo.
Al llegar al hospital, Zhong encontró uniformes de policía en el vestuario. Luego vio a varias personas vestidas con batas quirúrgicas de visitantes. Eran más altos y fuertes que el promedio de los médicos y enfermeras.
«Era muy extraño», recordó. «El vestuario es para uso exclusivo de médicos y enfermeras. ¿Por qué había uniformes de policía allí?»
Zhong vio entonces a varios de los visitantes dentro de una sala adyacente al quirófano. Cuando iban a comenzar el trasplante, una enfermera trajo el hígado de la primera sala. «Creo que el donante estaba en la sala de operaciones de al lado», dijo Zhong.
El paciente tenía cirrosis. Zhong pasó unas ocho horas realizando la operación de trasplante, y se fue a casa directamente después.
Cuando regresó al hospital, Zhong se enteró de que se había realizado una operación de trasplante de córnea en el mismo edificio durante el trasplante de hígado.
«Normalmente, el hospital no realiza una operación de trasplante de córnea al mismo tiempo que un trasplante de hígado», dijo Zhong. «Pero esa noche, las operaciones de trasplante se realizaron en paralelo. Es muy extraño».
«Hice cirugías en muchos hospitales de Hangzhou [la capital de la provincia de Zhejiang]. Conozco bien los hospitales», dijo Zhong. «El Primer Hospital Afiliado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang es uno de los mejores hospitales para el trasplante hepatobiliar. Ha realizado muchas más operaciones que otros hospitales del este de China».
Zhong piensa que la persona que suministró la córnea era la misma persona que el donante de hígado, y que es probable que el hospital haya utilizado todos los órganos que pudo obtener del donante.
«El donante debe ser un prisionero político. Esa es la razón por la que los policías estaban allí», dijo Zhong. Dijo que no pidió los antecedentes del donante, pero que poco después se enteró de que el donante podría ser un practicante de Falun Gong.
Asesinato en masa
Según Ethan Gutmann, periodista de investigación estadounidense, China ha estado sustrayendo a la fuerza los órganos de los prisioneros al menos desde mediados de los años 90, cuando llevaba a cabo tales operaciones en Xinjiang, una provincia en el extremo occidental de la frontera china.
En la década de 2000, el negocio adquirió una escala horrorosa. En 1999, el Partido Comunista Chino (PCCh) prohibió Falun Gong, una práctica espiritual que tenía decenas de millones de adherentes. La práctica fue demonizada como una secta destructiva, y cientos de miles de personas acabaron tras las rejas, donde podían ser golpeados o torturados si se negaban a renunciar a su fe.
En junio de 2019, el Tribunal de China, con sede en Londres, concluyó que la sustracción forzada de órganos se estaba llevando a cabo en China con la aprobación del PCCh, y que no mostraba signos de detenerse. Expertos como el abogado de derechos canadiense David Matas temen que los musulmanes uigures, de los cuales se cree que más de un millón están encarcelados en campos de trabajo, podrían estar reemplazando a los practicantes de Falun Gong como la mayor fuente de donantes involuntarios de órganos.
Las primeras acusaciones de que los practicantes de Falun Gong estaban siendo asesinados por sus órganos se plantearon en 2006. Sin embargo, la dificultad de llevar a cabo investigaciones sobre el terreno en China ha obligado a los investigadores a confiar en métodos circunstanciales como las discrepancias en las estadísticas oficiales y el testimonio de los testigos.
«Antes había muchos donantes»
En la facultad de medicina, los profesores le dijeron a Zhong y a otros que los donantes eran prisioneros ejecutados, pero no permitieron que se les preguntara quiénes eran o por qué los habían matado.
«Ellos saben que [los donantes] eran practicantes de Falun Gong», dijo Zhong al darse cuenta más tarde.
Más tarde, Zhong comenzó a trabajar con un equipo diferente, donde conoció a Zheng Shusen, director de trasplantes de órganos del Primer Hospital.
Zheng también dirigió anteriormente el Congreso Chino de Trasplantes y presidió la Alianza de Organizaciones de Adquisición de Órganos de China. Entre 2007 y 2017, también fue director de la sucursal provincial de Zhejiang de la Asociación China Antisectas. Esta última es una importante organización controlada por el Partido Comunista para difamar a Falun Gong.
De acuerdo con la prensa estatal china, el equipo de Zheng Shusen ha realizado más de 2,300 operaciones de transplante de hígado hasta diciembre de 2017.
«Zheng nos dijo que los donantes eran menos que antes… No hizo una comparación con ningún año específico… Dijo que había muchos donantes antes, y que podían hacer mucha investigación médica,» dijo Zhong.
Zheng no explicó por qué había menos donantes.
En 2017, Liver International, la revista oficial de la Asociación Internacional para el Estudio del Hígado, retiró un artículo de Zheng Shusen porque Zheng no pudo producir «evidencia creíble» de que los órganos usados en su investigación se hubieran obtenido de manera ética.
El Dr. Zhong dijo que sus experiencias le hacían sospechar que había un trasfondo más oscuro en la industria china de trasplantes de órganos, por lo que decidió convertirse en cirujano general en su lugar.
Después de la graduación, Zhong comenzó a investigar más a fondo los antecedentes del trasplante de hígado que había ayudado a realizar. Habló con otras personas en la facultad de medicina y utilizó el software de VPN para eludir la censura china en Internet y obtener más información sobre la sustracción forzada de órganos.
«Cuando escuché por primera vez acerca de la sustracción forzada de órganos en vivo, quedé muy sorprendido. Pero los hechos que aprendí eran tan sólidos que es imposible negarlos», dijo Zhong. «Esta es la razón por la que las revistas internacionales eliminaron el trabajo de los médicos chinos en la investigación de trasplantes».
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