La pequeña comunidad de Poway, en el sur de California, ha tipificado como delito la colocación de «basura de odio», tras encontrar folletos antisemitas cerca de la sinagoga de la ciudad.
El Consejo Municipal de Poway votó por unanimidad el 7 de noviembre para prohibir los folletos destinados a «sembrar el miedo, intimidar y acosar», dijo el alcalde Steve Vaus, quien presentó la ordenanza.
Cualquiera que viole la nueva ley se enfrenta a una multa de 1000 dólares o seis meses de prisión, o ambas cosas.
En Poway, ciudad de casi 50,000 habitantes situada a unas 30 millas al norte de San Diego, recientemente se dejaron folletos de odio en un barrio cercano a la Chabad de Poway, un centro de culto judío. Se trata de uno de los incidentes antisemitas registrados el mes pasado en el sur de California tras el atentado del 7 de octubre contra Israel perpetrado por la organización terrorista Hamás.
«Me sentí indignado… cuando el barrio que rodea al Jabad de Poway se llenó de panfletos llenos de odio, panfletos destinados a sembrar el miedo, intimidar y acosar a nuestros hermanos y hermanas judíos», dijo el Sr. Vaus durante la reunión del consejo.
Además, dijo que se sorprendió al saber que si las autoridades atraparan a los que publicaron los volantes, sólo recibirían un tirón de orejas.
No era la primera vez que la Jabad era un objetivo. En 2019, un hombre armado mató a una mujer e hirió a otras tres cuando abrió fuego en la sinagoga el último día de Pascua.
El joven armado de 19 años, John Earnest, de la cercana Rancho Penasquitos, fue condenado a cadena perpetua más 30 años en una prisión federal en 2021. También admitió haber intentado quemar la mezquita Dar-ul-Arquam de Escondido (California).
Al aprobar la nueva ley de la ciudad, el alcalde quiso enviar el mensaje de que «el odio no tiene cabida en Poway».
«Esto envía un mensaje claro de que la basura de odio que tiene la intención de asustar, intimidar o acosar a los miembros de cualquier clase protegida no será tolerada en Poway», dijo el Sr. Vaus. «No se trata sólo de estar seguro, se trata de sentirse seguro, y creo que esto nos lleva un paso en esa dirección».
La ordenanza es bastante simple, según el abogado de la ciudad de Poway Alan Fenstermacher. Se aplica a la distribución de cualquier material destinado a herir, acosar u oprimir a cualquier persona en base a una clase protegida, definida por la ley federal y estatal, incluyendo la religión, la raza y muchas otras características.
La ordenanza se aprobó con carácter de urgencia, lo que le permite entrar en vigor al día siguiente de la primera lectura del ayuntamiento. Las ordenanzas suelen necesitar dos lecturas antes de ser aprobadas oficialmente.
Los otros cuatro miembros del ayuntamiento aprobaron la medida.
«Creo que es muy importante que adoptemos una postura firme contra este tipo de comportamiento despreciable», declaró el concejal Peter De Hoff.
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