Una huelga con masivo seguimiento paralizó este viernes Sri Lanka para exigir la renuncia del presidente, Gotabaya Rajapaksa, y de su gobierno por su gestión de la crisis económica que ahoga a la nación isleña, informaron medios locales.
Sindicatos de todo el país pidieron este viernes el cese de todas las actividades productivas y paralizaron por completo la isla, con negocios y bancos cerrados y las carreteras vacías, con autobuses o trenes sin poder operar.
«Si tanto el presidente Gotabaya Rajapaksa como el primer ministro Mahinda Rajapaksa no dimiten, a partir del 11 de mayo esta huelga se hará a diario», alertó a Efe un miembro del sindicato del departamento de correos, T. Gunasekera.
«Esta es una lucha para limpiar este sistema de gobierno. La familia Rajapaksa se ha convertido en un dolor para esta región con su imparable corrupción, nepotismo y manipulaciones políticas. Esta familia debería renunciar a la política antes que cualquier otro cambio», agregó.
Además del cierre de los establecimientos, numerosos edificios en Colombo mostraron banderas negras en señal de apoyo a la huelga.
Las protestas también se intensificaron este viernes con motivo del paro, en línea con el descontento de la población con Rajapaksa y su gestión de la crisis económica, que ha provocado escasez de materiales esenciales como alimentos, medicamentos o combustible.
Esta situación, desencadenada por la falta de divisas internacionales para importar los productos requeridos, llegó a provocar cortes de electricidad de hasta trece horas de duración.
A diferencia del resto de días, donde los miles de manifestantes se congregaban frente al edificio de la Secretaría Presidencial para exigir la dimisión del presidente, en esta ocasión las protestas se intensificaron frente al Parlamento, donde próximamente se votará una moción de censura presentada por la oposición contra Rajapaksa y su gobierno.
«Este Gobierno es tan insensible que ni siquiera habló sobre los problemas que enfrenta el público. Todos estamos aquí debido a toda esta escasez creada por las decisiones equivocadas del Gobierno», dijo a Efe Naradha Perera, un manifestante cerca del Parlamento mientras se limpiaba los ojos con agua después de que la policía usara gases lacrimógenos y cañones de agua.
La represión policial tensó la protesta durante la sesión que celebraba el Parlamento y llevó al presidente a suspender la sesión hasta el 17 de mayo, sin programar un día de debate o para votar la moción de censura.
Denuncia de Amnistía Internacional
En un informe publicado hoy por Amnistía Internacional, la organización pro derechos humanos llamó al Gobierno esrilanqués a «garantizar un entorno propicio para expresar pacíficamente el desacuerdo» y pidió a la comunidad internacional intervenir en la crisis económica de la nación isleña para evitar que se convierta en una crisis humanitaria.
En este sentido lamentó la muerte de cinco personas mientras esperaban el suministro de bienes esenciales, así como el uso de la fuerza que ejercen las fuerzas de seguridad para reprimir las protestas pacíficas.
Amnistía también llamó al Gobierno de Sri Lanka a financiar y expandir «urgentemente» el sistema de seguridad social para garantizar que todas las personas puedan acudir a él, al tiempo que advirtió de los efectos contraproducentes que podría suponer la adopción de medidas austeras para paliar la crisis.
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