Al menos una veintena de máquinas y vehículos fueron quemados este martes en dos ataques ocurridos en el sur de Chile, donde existe desde hace décadas un enconado conflicto territorial entre el Estado, indígenas mapuche y grandes forestales.
El primero tuvo lugar en un predio en la comuna de Arauco, en la región del Biobío (630 kilómetros al sur de la capital), donde una decena de encapuchados quemaron cerca de 15 máquinas, según medios locales.
El ataque fue reivindicado por Weichan Auka Mapu (WAM), una organización radical autonomista mapuche que reivindica acciones de sabotaje contra grandes empresas forestales en el sur.
En la comuna de Angol, en la región de La Araucanía (800 kilómetros al sur de Santiago), ocurrió el segundo asalto, donde otro grupo de encapuchados quemaron al menos seis máquinas y cuatro camiones.
De acuerdo a la prensa local, la finca donde sucedió el ataque es propiedad de la empresa Enel, que está construyendo allí un parque eólico.
En varias regiones del sur de Chile existe desde hace décadas el llamado «conflicto mapuche», que enfrenta al Estado y empresas agrícolas y forestales de grandes grupos económicos con algunas comunidades indígenas de esta etnia -la mayoritaria en el país- que reclaman las tierras que habitaron durante siglos.
En el último año, esta disputa ha experimentado una escalada de violencia con frecuentes ataques incendiarios a maquinaria y predios, tiroteos con víctimas mortales y huelgas de hambre de presos indígenas.
El Parlamento chileno aprobó la semana pasada extender durante quince días más el estado de excepción que rige en La Araucanía y el Biobío y que permite el despliegue de las Fuerzas Armadas para el control del orden público.
Pese a que durante meses prometió que no lo haría, el actual presidente, el progresista Gabriel Boric, decretó en mayo esta medida, que rigió durante meses durante el mandato de su antecesor, Sebastián Piñera.
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