Centenares de activistas cubanos fueron encarcelados y desaparecidos para librar las calles de La Habana de toda señal de inconformidad, frente a la visita de diplomáticos de la Unión Europea. A pesar de los constantes abusos contra la población civil, la alianza europea avanzó con su agenda.
«Cuba es un socio crucial para nosotros porque puede servir como un puente entre los países de América Latina y el Caribe», dijo la UE.
Llama puente a una nación de la cual más de 2 millones de personas han escapado, entre ellos 83.000 que murieron ahogados con manguera de presión de la guardia costera y/o devorados por tiburones.
Paradójicamente, la Unión Europea pretende que Cuba sirva de puente entre países, cuando en realidad tiene un partido único, es un país en el que hasta el arte es censurado si no es aprobado por el Estado, y en donde no existe la libertad de expresión.
Europa fomenta la pobreza en la región, no la prosperidad
Así quedó al descubierto, a este bloque político-económico le guía un compás ideológico. Pues en contraste, hace apenas días, las naciones de Europa —uno a uno— se desvincularon de Brasil por los incendios en la selva amazónica; y por tanto, pusieron en duda la ratificación del acuerdo de la Unión Europea con el Mercosur, el bloque de países de Sudamérica.
Lo cierto es que al ser Brasil más grande que toda Europa, representa una competencia difícil para los mercados europeos; en particular en la agricultura.
Mientras que Cuba, al ser improductiva, es una tierra donde Europa puede cosechar todos los frutos de su inversión, sin represalias.
Bajo el pretexto de proteger el «pulmón del planeta», varios líderes mundiales, sobre todo el presidente de Francia, arremetieron contra la gestión Jair Bolsonaro, por su manejo del incendio amazónico.
«Condeno con fuerza a todos aquellos que llevan a cabo políticas que conducen a la deforestación», exclamó el presidente Emmanuel Macron.
Sin embargo, frente a la oportunidad de cuestionar a la dictadura que ha azotado a Cuba, sus habitantes, flora y fauna por más de 60 años, la Unión Europea no solo guardó silencio sino que lo aplaudió.
Solo en el 2016, incluyendo intereses, España le condonó a Cuba la deuda de 1 492 millones de euros. Luego de permitirle al régimen ahorrar ese dinero, España se comprometió a invertir 375 millones de euros para financiar proyectos de desarrollo económico y social con participación de empresas españolas.
Luego en el 2018, España le condonó al régimen cubano el pago de 300 millones de euros del sector privado para infraestructura. Esto lo gestionó personalmente el presidente de España, Pedro Sánchez, a cargo del Partido Socialista del Obrero Español.
Y es que a España le conviene invertir en la isla, pues las cadenas de hoteles de lujo en Cuba, a las que no tienen acceso los cubanos que ganan un promedio de 42 dólares por mes y $16 como mínimo, son mayormente de origen español.
De modo que, el régimen de los Castro que mantiene pobre al pueblo y ricos a los jerarcas, se sostiene tanto con euros de la industria hotelera como de los dólares que envían los exiliados que pronto podrían demandar lo que es suyo.
Europa se alimenta de la expropiación sufrida por los cubanos
Por eso es que hoy la Unión Europea enfrenta a los EE.UU., a quien culpa por el «bloqueo» que en realidad es un embargo. En consecuencia, EE. UU. habilitó la Ley Helms Burton, que permite enjuiciar y embargar a quienes se aprovecharon y enriquecieron a expensas de las políticas monopólicas del régimen castrista.
Ya que al tomar el poder los Castro en 1959, expropiaron 300 empresas de EE. UU. y todos los bienes de los exiliados, que incluye la propiedad de cualquier cubano que haya estado detenido por más de seis meses.
La ley puesta en marcha por la administración Trump, permite a los ciudadanos de EE. UU., —incluso cubanos naturalizados—, enjuiciar a individuos y empresas que saquen usufructo de sus bienes, esto incluye muelles y puertos.
«UE defiende intereses de organismos y empresas en Cuba»
Según reporta la prensa alemana, la «UE defiende intereses de organismos y empresas en Cuba».
Esto significa que los intereses, los bienes y el sacrificio de los cubanos que arriesgaron sus vidas por escapar de la isla, están por debajo del provecho que pueden obtener los organismos y las empresas europeas.
Irónicamente, los defensores del socialismo y por tanto del régimen cubano, critican al capitalismo de libre mercado porque alegan que pone al capital por encima del humano.
No obstante, los aliados del régimen muestran que sus intereses económicos están por encima de la vida, propiedad y libertad de los cubanos. Ya que en Cuba la industria del turismo está manejada por Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, los euros que entran a Cuba financian la represión.
La misma que despejó las calles de La Habana de opositores, ahora apresados y desaparecidos, para callar sus voces frente a los diplomáticos europeos.
Este artículo fue publicado originalmente en PanAm Post.
Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.
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