La Universidad alemana de Tréveris suspenderá todas las actividades en su campus del Instituto Confucio (IC), controlado por Beijing. Esto se produce después que el Partido Comunista Chino (PCCh) sancionó a unos organismos y personas europeas que expresaron su apoyo a los uigures oprimidos en la provincia china de Xinjiang.
La universidad expresó su preocupación a través de una reciente declaración por las recientes medidas adoptadas por el régimen chino «para restringir la libertad imponiendo sanciones a numerosos académicos de toda Europa y también al Instituto Mercator de Estudios sobre China (MERICS)».
«La libertad de investigación y enseñanza es un bien inestimable», dice la declaración. «La Ley Fundamental de la República Federal de Alemania destaca explícitamente esta libertad en su artículo 5».
La universidad describió su decisión de suspender el funcionamiento de su Instituto Confucio asociada a «una señal de protesta y solidaridad hacia los colegas del país y del extranjero que se ven afectados por las sanciones».
En marzo, el régimen chino proclamó medidas de represalia contra 10 europeos y cuatro entidades europeas inmediatamente después de la decisión de la Unión Europea de imponer sanciones a funcionarios y entidades del PCCh responsables del empeoramiento de la situación de los derechos humanos en Xinjiang.
Las cuatro organizaciones a las que se dirigió el PCCh son el Comité Político y de Seguridad del Consejo de la Unión Europea, la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, el Instituto Mercator de Estudios sobre China (MERICS) de Alemania y la Fundación Alianza de las Democracias (AoD) de Dinamarca.
«Nunca cederemos a la intimidación de los Estados autoritarios», declaró el fundador de la AoD, Anders Fogh Rasmussen, en una respuesta a las sanciones, el 22 de marzo. «Nuestro trabajo para promover la libertad, la democracia y los derechos humanos en todo el mundo continuará».
La reciente medida de China «puso de manifiesto una vez más la urgente necesidad de que las democracias se unan para frenar la marea de autocracia en el mundo», añadió.
En la actualidad, hay 22 Institutos Confucio que operan en los colegios y universidades de Alemania, incluida la Universidad de Tréveris, según Radio Francia Internacional (RFI).
La red de Institutos Confucio sigue siendo controvertida porque son supervisados por el ministerio de Educación del Partido Comunista Chino (PCCh).
Se les acusa de restringir la libertad de expresión y de investigación al excluir temas sensibles como los derechos humanos y las creencias religiosas. Los Institutos Confucio también cometen discriminación en las políticas de contratación, según Doris Liu, cineasta y periodista independiente. Por ello, se encontraron con una creciente resistencia en muchos países democráticos.
En junio de 2014, la Asociación Estadounidense de Profesores Universitarios (AAUP) emitió una declaración en la que instaba a las universidades estadounidenses a cesar su colaboración con los Institutos Confucio, a menos que las universidades puedan tener un control unilateral de los asuntos académicos, que los profesores puedan tener la misma libertad académica de la que disfrutan otros miembros del profesorado universitario y que los acuerdos entre las universidades y los Institutos Confucio estén a disposición de la comunidad.
La declaración de la AAUP fue ampliamente recogida por los medios de comunicación estadounidenses y suscitó un amplio debate en Estados Unidos.
A fines de marzo, 74 Institutos Confucio en Estados Unidos habían sido cerrados o estaban en proceso de cierre, según un informe de la Asociación Nacional de Académicos de Estados Unidos (NAS). De los 50 restantes en el país, ocho tenían programado cerrar, según el informe.
«La medida marca una tendencia del mundo a descartar los Institutos Confucio», dijo Liu a The Epoch Times el 12 de abril.
Además señaló que los Institutos Confucio del PCCh son mucho más que agencias de enseñanza de idiomas o cultura.
«Aunque no podemos decir que todo el profesorado que trabaja para ellos sea espía del PCCh, sí son una herramienta del Frente Unido y trabajan en favor de los intereses del PCCh a través de las redes sociales en Occidente».
Liu también reveló que las agencias de inteligencia de múltiples países han denunciado a los miembros de la facultad de los Institutos Confucio ante sus gobiernos por sus actividades sospechosas.
Un documental de Liu, In the Name of Confucius (En nombre de Confucio), se centra en exponer la influencia del PCCh que se filtra en los colegios y universidades occidentales. La película se tradujo a 12 idiomas y se estrenó en unos 20 países.
Liu también advirtió que, dada la actual influencia del PCCh en los campus extranjeros, las democracias deben protegerse de su infiltración por otros canales, incluso si los Institutos Confucio se cancelan oficialmente.
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