La Universidad Estatal de Washington despidió el lunes al entrenador de fútbol americano, Nick Rolovich, y a cuatro entrenadores asistentes que incumplieron con el decreto estatal de vacunación contra el COVID-19.
El gobernador Jay Inslee anunció en agosto que todos los empleados estatales, los empleados de educación superior, de cuidado de niños y de educación K-12, y la mayoría de los proveedores de atención médica y a largo plazo deben estar completamente vacunados contra el COVID-19 antes del 18 de octubre como condición para que continúen con sus empleos.
El decreto les permite a los trabajadores solicitar exenciones médicas y religiosas, pero no ofrece la opción de evitar las pruebas para COVID.
Un comunicado emitido el lunes por el área de comunicaciones de los atletas del estado de Washington decía que Rolovich y otras cuatro personas no se habían vacunado en el plazo establecido por Inslee y que, por tanto, habían sido apartadas de sus puestos.
«Debido a los requisitos establecidos en la Proclamación 21-14.1 de Washington, Nick Rolovich ya no puede cumplir con sus deberes como entrenador en jefe de fútbol en la Universidad Estatal de Washington», se lee en el comunicado.
“Además, cuatro entrenadores asistentes de fútbol: Ricky Logo, John Richardson, Craig Stutzmann y Mark Weber, tampoco cumplen con la Proclamación. Como resultado, la Universidad Estatal de Washington ha iniciado el proceso de separación basado en los términos de sus respectivos contratos, con efecto inmediato”.
“La Proclamación 21-14.1 le prohíbe a ‘cualquier agencia estatal que le permita a cualquier trabajador ejercer sus funciones después del 18 de octubre de 2021, si el trabajador no ha sido completamente vacunado contra el COVID-19 y no ha proporcionado prueba de ello a la agencia’”, continuó.
El actual coordinador defensivo de la Universidad Estatal de Washington, Jake Dickert, asumirá el papel de entrenador en jefe interino, agregó el comunicado.
Rolovich, de 42 años, está en el segundo año de un contrato de cinco años con un salario de USD 3 millones por año, y eso no incluye incentivos, informó The New York Times.
El entrenador de fútbol ha hablado en el pasado sobre su negativa a recibir la vacuna y, a principios de este mes, confirmó que había solicitado una exención religiosa, pero no dio más detalles.
“Este es un día desalentador para nuestro programa de fútbol. Nuestra prioridad ha sido y seguirá siendo la salud y el bienestar de los jóvenes de nuestro equipo”, dijo el director de atletismo de WSU, Pat Chun, en un comunicado. «El liderazgo de nuestro equipo de fútbol está lleno de hombres jóvenes de carácter, abnegación y resistencia, y estamos seguros de que estos mismos atributos ayudarán a guiar este programa a medida que avancemos».
El decreto de vacunación para empleados del estado ha sido fuertemente criticado por opositores, incluido un grupo de casi 90 policías, bomberos y otros empleados del estado de Washington que el mes pasado presentaron una demanda contra Inslee, alegando que su decreto excedía la autoridad de su oficina y que viola los derechos de trabajadores estatales garantizados por la constitución del estado.
Otros estados y gobiernos locales han permitido que los empleados opten por hacerse pruebas de COVID-19 semanales como alternativa a la vacunación.
A principios de este mes, Inslee también anunció nuevos requisitos de vacunación para las personas que desean asistir a grandes eventos y dijo que aún queda mucho por hacer para combatir la propagación del COVID-19.
“No podemos y no nos rendiremos frente a esta enfermedad. No podemos y no pensaremos que el statu quo es lo suficientemente bueno”, dijo Inslee en una conferencia de prensa. «Tenemos que superar esta enfermedad y reducir estas cifras».
A partir del 15 de noviembre, se requerirá que los eventos grandes en el estado de Washington verifiquen que todos los asistentes mayores de 12 años estén completamente vacunados o hayan recibido una prueba para COVID-19 negativa en las 72 horas recientes.
El nuevo requisito se aplicará a los eventos con entrada en interiores con 1000 o más asistentes, y a los eventos al aire libre cuando haya más de 10,000 asistentes. No se aplica a los servicios religiosos ni a los actos escolares.
Inslee también aclaró que el requisito no se aplicará a lugares como centros comerciales, museos o tiendas de comestibles que estén abiertos al público «como parte de sus operaciones».
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