Activistas y estudiantes propalestinos siguen atrincherados en campamentos en más de 80 campus de Estados Unidos, entre ellos decenas en los que autoridades de universidades y gobiernos locales les exigen que se marchen o se enfrentarán a detenciones por allanamiento y reunión ilegal en los próximos días, si no horas.
Ese proceso ya está en marcha: el 6 de mayo, al amanecer, ayudantes del sheriff del condado de San Diego llegaron al campus de la Universidad de California-San Diego (UCSD) para desalojar un campamento de «Solidaridad con Gaza» y detuvieron a decenas de personas.
El rector de la UCSD, Pradeep K. Khosla, dijo en un comunicado que los activistas y estudiantes ocupaban parte del campus desde el 1 de mayo y que se les había pedido durante una semana que retiraran sus tiendas y fortificaciones, pero se negaron.
«El campamento ha triplicado su tamaño, incumpliendo el compromiso del grupo de no ampliar su superficie. Este campamento supone un peligro inaceptable para la seguridad y la protección del campus», declaró, lo que obligó a la UCSD a pedir a las fuerzas policiales que lo desalojaran.
La presidenta de la Universidad George Washington, Ellen Granberg, es una de las autoridades que han advertido a los estudiantes que se encuentran en el campamento del campus de que la paciencia se está agotando con su ocupación disruptiva.
En una declaración fechada el 5 de mayo, calificó el campamento de «potencialmente peligroso» y dijo que había sido «cooptado2 por activistas no afiliados a la universidad que participaban en «una ocupación ilegal y potencialmente peligrosa de la propiedad de la GW».
«Cuando los manifestantes superan las barreras establecidas para proteger a la comunidad, destrozan una estatua y una bandera de la universidad, rodean e intimidan a los estudiantes de GW con imágenes antisemitas y retórica de odio, echan a la gente de un patio público por sus creencias percibidas e ignoran, degradan y empujan a los agentes de policía de GW y al personal de mantenimiento de la universidad, la protesta deja de ser pacífica o productiva», declaró la Sra. Granberg.
Hasta el 6 de mayo, más de 2400 personas habían sido detenidas en protestas propalestinas en al menos 45 campus de 30 estados desde la detención, el 18 de abril, de 108 estudiantes de la Universidad de Columbia en Nueva York, según un recuento realizado por Associated Press y los testimonios sobre el terreno de periodistas de The Epoch Times.
Las manifestaciones están perturbando los exámenes finales en algunas escuelas y enturbiando las ceremonias de graduación en otros lugares, como en la Universidad de Columbia, que anunció el 6 de mayo que no celebraría una ceremonia de graduación en todo el campus el 15 de mayo, sino ceremonias más pequeñas en las escuelas.
«Nuestros estudiantes insistieron en que estas celebraciones a menor escala, organizadas por las escuelas, son las más significativas para ellos y sus familias», declaró Columbia en un comunicado del 6 de mayo.
«Están ansiosos por cruzar el escenario entre aplausos y orgullo familiar y escuchar a los oradores invitados de su escuela».
Ese anuncio suscitó una dura reprimenda del presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson (R-La.), que pidió al Consejo de Administración de la Universidad de Columbia que despidiera a la presidenta Minouche Shafik.
«El presidente Shafik y los administradores de la Universidad de Columbia han mostrado una escandalosa falta de voluntad para controlar su campus».
«Han permitido que agitadores externos y estudiantes y profesores que simpatizan con el terrorismo reescriban las normas del campus y escupan viles agresiones antijudía», declaró el 6 de mayo.
«Ahora, miles de estudiantes que han trabajado duro para conseguir sus títulos no obtendrán el reconocimiento que merecen».
El Sr. Johnson dijo que, puesto que está «meridianamente claro que la presidenta Shafik prefiere ceder el control a los partidarios de Hamás antes que restablecer el orden», los fideicomisarios «deben destituirla inmediatamente y nombrar a un nuevo presidente que sí lo haga».
«Nuestras otrora grandes universidades necesitan desesperadamente un liderazgo moral fuerte, ahora más que nunca».
El 6 de mayo, la Universidad Emory también anunció que reduciría y trasladaría su ceremonia de graduación del 13 de mayo de su campus de Decatur, cerca de Atlanta, al Gas South Arena de Duluth, a unas 20 millas de distancia.
«Sepan que esta decisión no se ha tomado a la ligera», declaró en un comunicado el presidente de la Universidad de Emory, Gregory Fenves.
«Se tomó en estrecha consulta con el Departamento de Policía de Emory, asesores de seguridad y otros organismos, cada uno de los cuales desaconsejó la celebración de actos de graduación en nuestros campus».
Dado que los campamentos se declaran «estructuras temporales ilegales» para justificar que la policía los desaloje —incluso si las protestas son pacíficas— los estudiantes de la Universidad de Princeton están poniendo en marcha una nueva táctica: una huelga de hambre.
Al menos 17 estudiantes universitarios están participando en una huelga de hambre que comenzó el 5 de mayo, según reportó el Daily Princetonian.
Reapertura de los campus de USC y UCLA
La Universidad del Sur de California (USC) fue la primera gran universidad que modificó sus planes de graduación a causa de las protestas, anunciando el 25 de abril que, en su lugar, organizaría «nuevas actividades y celebraciones» para garantizar que los actos de graduación fueran «significativos, memorables y propios de la USC».
Irónicamente, la sensación de normalidad está volviendo a la USC, así como al campus de su rival, la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
El campus de University Park de la USC reabrió el 5 de mayo después de que la policía desalojara un campamento propalestino por segunda vez en menos de una semana sin efectuar ninguna detención, y el campus de la UCLA —escenario de violentas escaramuzas entre manifestantes y contramanifestantes— reabrió el 6 de mayo con la previsión de que el personal «reanudara el trabajo» y las instalaciones «animadas a reanudar la enseñanza presencial lo antes posible».
Los profesores tienen la opción de impartir cursos a distancia a su discreción hasta el 10 de mayo «sin necesidad de autorización departamental», dijo la UCLA.
«Continúa la presencia de las fuerzas policiales en el campus para ayudar a promover la seguridad».
Una veintena de profesores de la UCLA protestaron durante el fin de semana en el Museo Hammer de Los Ángeles, apoyando las protestas y exigiendo la dimisión inmediata del canciller de la UCLA, Gene Block.
La Asociación Estadounidense de Profesores Universitarios, que incluye más de 500 secciones locales de campus y 39 organizaciones estatales, condenó en un comunicado «en los términos más enérgicos posibles, la respuesta militarista y de mano dura al activismo estudiantil que estamos viendo en todo el país».
«Demasiados líderes universitarios cobardes están respondiendo a protestas al aire libre mayoritariamente pacíficas invitando a las fuerzas policiales con material antidisturbios al campus y tolerando detenciones violentas», concluye la declaración, firmada por más de 50 secciones.
El sistema universitario de Florida celebró sus ceremonias de graduación durante el fin de semana sin disturbios, al igual que dos de las mayores universidades del país: la Universidad Estatal de Ohio y la Universidad de Michigan.
Los manifestantes propalestinos intentaron interrumpir las ceremonias de graduación de la Universidad de Michigan en Ann Arbor el 4 de mayo, pero fueron desalojados rápidamente sin que se produjeran detenciones.
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