Los funcionarios estadounidenses afirman que los fabricantes chinos de telecomunicaciones están produciendo equipamiento que permite a su gobierno espiar a los usuarios en el extranjero, e inclusive a investigadores occidentales que trabajan en tecnologías de vanguardia. Beijing y las empresas chinas reiteradamente negaron tales acusaciones.
La Universidad de California (UC) Berkeley quitó un sistema de videoconferencias de Huawei, dijo un funcionario de la universidad, mientras que el campus de dicha institución en Irvine está trabajando en reemplazar cinco piezas chinas de equipamiento de audio-vídeo. Otras universidades, como la de Wisconsin, están en proceso de revisar sus proveedores.
Mientras tanto, la UC San Diego, fue un paso más allá. Según un memorándum interno de la institución, en agosto declaró que durante al menos seis meses no aceptaría financiamiento de o entraría en acuerdos con Huawei, ZTE Corporation y otros proveedores de equipamiento de audio-vídeo chinos. El documento, comprobado por Reuters, estableció que la moratoria duraría hasta el 12 de febrero, cuando la universidad reevaluará sus opciones.
«Con exceso de cautela, la UC San Diego promulgó la moratoria de seis meses para asegurar que tuviéramos tiempo suficiente para comenzar nuestra evaluación del equipamiento en el campus y prevenir entrar en cualquier acuerdo que luego pudiera ser visto como inconsistente con la [Ley de Autorización de Defensa Nacional]» dijo la portavoz de la UC San Diego, Michelle Franklin, en respuesta a las preguntas de Reuters sobre el memorándum.
Estas acciones, no reportadas previamente, muestran los esfuerzos de las universidades en distanciarse de las compañías chinas que por años les suministraron equipamiento y patrocinaron investigación académica, pero que ahora están en la mira del gobierno de Trump.
Los cambios son una respuesta a la Ley de Autorización de Defensa Nacional, que el presidente Trump promulgó en agosto de 2018. Una provisión de esa legislación prohíbe a los destinatarios de financiación federal usar equipamientos de telecomunicaciones, servicios de grabación de vídeo y componentes de interconexiones hechos por Huawei o ZTE. También en la lista negra están los proveedores de audio-vídeo chinos Hikvision, Hytera, Dahua Technology y otros afiliados.
Las autoridades de EE. UU. temen que los fabricantes de equipamientos dejen la puerta trasera abierta a las fuerzas armadas chinas y agentes de gobierno que buscan información. Las universidades de EE. UU. que fallen en acatar la nueva ley de seguridad nacional para agosto de 2020 se arriesgan a perder subvenciones y otros financiamientos del gobierno.
Eso significaría un golpe a las instituciones públicas, como el sistema en expansión de la UC, cuyo financiamiento estatal fue reducido reiteradamente a lo largo de la última década. En el año académico 2016-2017, el sistema de la UC recibió U$S 9,8 mil millones de dinero federal. Cerca de U$S 3 mil millones de ese dinero se destinó a investigación, y abarca la mitad de todos los desembolsos de investigación de la universidad de ese año, según los documentos presupuestarios de la UC.
Huawei bajo asedio
La nueva ley es parte de una estrategia más amplia del gobierno de Trump para contrarrestar lo que ve como una amenaza creciente de China hacia la competitividad económica y la seguridad nacional de EE. UU.
El presidente estableció aranceles sobre un montón de bienes chinos e hizo más difícil que las compañías extranjeras compren participaciones minoritarias en las compañías tecnológicas de EE. UU., lo que causó que cayera la inversión de China en Silicon Valley.
Además, el año pasado Trump promulgó legislación que prohíbe al gobierno de EE. UU. comprar ciertos equipamientos de telecomunicaciones y de vigilancia de Huawei y ZTE. Está considerando una prohibición similar sobre las compras de equipamiento chino por empresas de EE. UU.
En el ojo de la tormenta está Huawei, el gigante global de smartphones y equipamiento de redes de telecomunicaciones. El responsable financiero de la compañía ha estado bajo arresto en Canadá desde diciembre, presuntamente por haber mentido sobre los vínculos de Huawei con Irán. Otro empleado de Huawei fue arrestado este mes en Polonia bajo acusaciones de espionaje.
Huawei no respondió al requerirle comentarios.
Las universidades de EE. UU. ya sintieron el impacto de las políticas de Trump hacia China. El Departamento de Estado acortó la duración de las visas para ciertos estudiantes graduados chinos. Y el gobierno está considerando nuevas restricciones sobre la entrada de estudiantes chinos al país. Los estudiantes chinos son por lejos el grupo más grande de estudiantes internacionales en Estados Unidos y proveen de una fuente lucrativa de ingresos para las universidades.
Además de la Universidad de Wisconsin, media docena de instituciones, incluida la UC Los Ángeles, la UC Davis y la Universidad de Texas en Austin, manifestaron a Reuters que estaban en proceso de revisar su equipamiento de telecomunicaciones, o que ya lo habían hecho y determinado que estaban acatando la Ley de Autorización de Defensa Nacional.
En la Universidad de Stanford, Steve Eisner, director de cumplimiento de exportaciones, dijo a Reuters que la escuela hizo un «rastreo» en el campus, pero que «por suerte» no encontró ningún equipamiento que necesite ser retirado.
Pero para Stanford y otras instituciones académicas, Huawei es más que un vendedor de equipamiento. Huawei participa en programas de investigación, a menudo como patrocinante, en docenas de escuelas, incluida la UC San Diego, la Universidad de Texas, la Universidad de Maryland y la Universidad de Illinois Urbana-Champaign.
Además de la prohibición explícita de equipamiento, la nueva ley pide la creación de regulaciones que limiten las asociaciones de investigación y otros acuerdos que las universidades tienen con China. La ley requiere que la Secretaría de Defensa trabaje con universidades para protegerlas del robo de propiedad intelectual y cree nuevas regulaciones que apunten a proteger a los académicos de la explotación por países extranjeros. Las universidades que no acatan esas reglas se arriesgan a perder el financiamiento del Departamento de Defensa.
La UC San Diego resaltó esta sección de la ley en un boletín informativo en septiembre.
El temor a medidas severas más rigurosas de Washington pareciera estar justificado. En junio, 26 miembros del Congreso enviaron una carta a la Secretaria de Educación Betsy DeVos, advirtiendo sobre las asociaciones de investigación de Huawei con más de 50 universidades estadounidenses que «podrían implicar una significativa amenaza a la seguridad nacional».
Los legisladores solicitaron a DeVos a requerir a las universidades que entreguen información sobre esos acuerdos.
De forma separada, el reporte de la Casa Blanca de junio apunta a una asociación de investigación sobre inteligencia artificial entre la UC Berkeley y Huawei, que podría implicar una brecha para que China reúna información útil a las ambiciones militares y estratégicas de Beijing. La asociación comenzó en 2016.
“Enfriando” las relaciones con Huawei
El portavoz de UC Berkeley Dan Mogulof dijo que la universidad no participa en investigación que involucre secretos comerciales y que solo entra en asociaciones de investigación cuyos descubrimientos pueden hacerse públicos. Las investigaciones así de abiertas no están sujetas a regulaciones federales.
Mogulof expresó que la UC Berkeley no tiene planes de cambiar ninguna de las asociaciones de investigación que tiene con Huawei. La compañía está involucrada en al menos cinco iniciativas de investigación de la UC Berkeley, entre ellas conducción autónoma, realidad aumentada y tecnología inalámbrica, además de inteligencia artificial.
Aún así, una persona con conocimiento en la materia dijo que la relación de la universidad con Huawei se había «enfriado» y que algunos investigadores de Berkeley están eligiendo no proceder a efectuar acuerdos con dicha empresa para evitar el escrutinio de los funcionarios de la universidad y del gobierno.
El frío se está esparciendo. La Universidad de Oxford del Reino Unido cortó lazos con Huawei este mes, anunciando que ya no aceptaría financiación para investigación o donaciones filantrópicas.
«La decisión ha sido tomada a la luz de preocupaciones públicas suscitadas en meses recientes alrededor de las asociaciones de Reino Unido con Huawei», dijo un portavoz de la universidad en una declaración.
Por Heather Somerville y Jane Lanhee Lee.
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