Según un nuevo estudio de Cambridge, puede haber aproximadamente una probabilidad de 1 entre 10 de que las vacunas de ARNm contra el COVID-19 de Pfizer no generen proteínas de espiga, sino otra cosa, lo que suscita preocupación entre los expertos por la respuesta autoinmune.
Los autores del estudio descubrieron que, en el 8 por ciento de los casos, las vacunas de ARNm contra el COVID-19 de Pfizer están mal traducidas, lo que conduce a la formación de proteínas no deseadas.
Esta traducción errónea se debe principalmente a la modificación realizada por Pfizer en las bases de su ARNm.
«Nuestro trabajo presenta tanto una preocupación como una solución para este nuevo tipo de medicamento», afirma la autora principal, Anne Willis, en el comunicado de prensa del estudio.
Se puede pensar en las vacunas de ARNm como un conjunto de instrucciones utilizadas para fabricar proteínas de espiga. Una vez que la vacuna entra en la célula, los ribosomas interpretan las instrucciones del ARNm para fabricar proteínas, como las proteínas de espiga.
Si las instrucciones se interpretan mal, pueden producirse errores en la proteína final. Algunos errores son menores, como escribir mal una palabra en un texto, mientras que otros son más perjudiciales.
Este error de interpretación se denomina desplazamiento de marco, que se produce cuando se omiten una o dos bases del ARNm. Dado que las bases del ARNm se traducen en grupos de tres, la omisión de una base afectaría a todas las secuencias posteriores, dando lugar a la formación de nuevas proteínas.
«El cambio de marco da lugar a la producción de proteínas múltiples, únicas y potencialmente aberrantes», escribió la inmunóloga Jessica Rose en su artículo de Substack sobre el estudio.
Mientras que la mayoría de los ARNm naturales contienen uridina, las vacunas de ARNm de Pfizer utilizan N1-metilpseudouridina. Esto hace que la secuencia de ARNm sea más resistente y menos propensa a ser descompuesta por el sistema inmunitario. El hecho de que Pfizer opte por bases de ARNm menos comunes es también la razón por la que algunos científicos llaman a las vacunas de ARNm ARN modificado, o modARN.
Al aplicar modificaciones adicionales a las secuencias de ARNm, los autores consiguieron reducir aún más las proteínas con cambios de marco.
Aunque «no hay pruebas: de que las proteínas aberrantes generadas por la vacunación de Pfizer estén asociadas con resultados adversos, para el uso futuro de la tecnología de ARNm, es importante que «se modifique el diseño de la secuencia de ARNm» para reducir estos desplazamientos, concluyeron los autores.
Entre las vacunas probadas, sólo Pfizer tiene el problema
Aparte de los errores de desplazamiento de marco, la modificación de N1-metilpseudouridina también puede ralentizar e interrumpir la traducción del ARNm a proteína, lo que puede dar lugar a secuencias proteicas más cortas de lo esperado.
«En circunstancias ideales, los ribosomas traducen el ARNm de la vacuna a la proteína S [espiga]… Si la máquina celular (ribosomas) ‘detecta’ la diferencia [entre la uridina normal y la N1-metilpseudouridina], puede producirse un estancamiento o una traducción errónea», escribió a The Epoch Times por correo electrónico el Dr. Adonis Sfera, profesor clínico adjunto de medicina en la Universidad de Loma Linda.
En el estudio, los investigadores inocularon primero a ratones vacunas de Pfizer y de AstraZeneca. Descubrieron que las vacunas de Pfizer eran significativamente más propensas a producir proteínas con cambios de marco.
A continuación, los investigadores compararon las inoculaciones de vacunas en humanos, comparando 21 participantes que se aplicaron la vacuna de Pfizer con 20 que se aplicaron la vacuna de AstraZeneca. Ninguno de los vacunados con la vacuna de AstraZeneca tuvo una reacción inmunitaria a las proteínas producidas por errores de traducción, pero alrededor de un tercio de los vacunados con la vacuna de Pfizer sí la tuvieron.
Inmunidad mal dirigida y autoinmunidad
Los autores escribieron que ninguno de los vacunados de Pfizer desarrolló efectos adversos, pero se mostraron preocupados por las consecuencias inmunológicas.
«La inmunidad mal dirigida tiene un enorme potencial dañino», afirmó en el comunicado de prensa el inmunólogo Dr. James Thaventhiran, uno de los autores principales del estudio. «Siempre deben evitarse las respuestas inmunitarias desviadas».
Los autores no definieron con más detalle la inmunidad desviada, aunque en general describe una reacción en la que el sistema inmunitario del organismo se dirige a la cosa equivocada.
En este caso, puede significar que en lugar de entrenar al cuerpo para luchar contra la proteína de espiga, se le entrena para luchar en su lugar contra proteínas que se producen de forma no natural, como destacó la bióloga nutricional noruega Marit Kolby en su posteo sobre X.
Además, a algunos expertos en salud les preocupa que estas proteínas únicas puedan aumentar el riesgo de que una persona desarrolle trastornos autoinmunes.
El profesor de biología molecular Vladimir Uversky, de la Universidad del Sur de Florida, y el médico Dr. Alberto Rubio-Casillas llegaron a la conclusión de que puede producirse autoinmunidad si las células inmunitarias empiezan a atacar a las células que producen estas proteínas aberrantes.
«Una proteína mal traducida puede [también] parecerse a una proteína humana y desencadenar la formación de anticuerpos», añadió el Dr. Sfera.
La autoinmunidad se produce cuando el sistema inmunitario ataca tejidos propios. Puede aparecer durante muchos años antes de que se manifiesten los síntomas.
Los resultados del estudio del inmunólogo Aristo Vojdani sugieren que las proteínas de espiga pueden provocar reacciones cruzadas —es decir, que el organismo ataque accidentalmente tejidos propios en su lucha contra otros patógenos— con más de 20 tejidos humanos diferentes, ya que comparten similitudes estructurales con proteínas humanas.
La producción de estas proteínas y péptidos aberrantes también puede aumentar el riesgo de cáncer, añadieron Uversky y Rubio-Casillas en un correo electrónico a The Epoch Times.
Se ha demostrado que las células del melanoma inducen proteínas con cambios de marco para escapar a la detección inmunitaria.
«En nuestra opinión, existe la posibilidad de que durante la traducción del ARNm de las vacunas contra el COVID-19, las proteínas aberrantes generadas durante el cambio de marco activen mecanismos de supervivencia que imiten a los desarrollados por las células cancerosas para escapar a la vigilancia inmunitaria», añadieron ambos.
Proteínas desconocidas en el organismo
Los investigadores desconocen actualmente la estructura o secuencia de las nuevas proteínas formadas.
Los autores identificaron en el estudio que una de las proteínas detectadas era una proteína quimérica, formada por la unión de dos o más genes que originalmente codificaban proteínas separadas. La proteína quimérica era estructuralmente similar a las proteínas humanas, lo que podría inducir respuestas autoinmunes.
«Por supuesto, nadie sabe con seguridad que las observaciones estén relacionadas con daños, pero el hecho de que teóricamente pudieran estarlo, y de que los reguladores parezcan desinteresados en investigar tal posibilidad, debería preocupar enormemente a todos», declaró a The Epoch Times el Dr. Jonathan Engler, copresidente del Equipo de Asesoramiento y Recuperación Sanitaria (HART, por sus siglas en inglés). El HART es un grupo británico de expertos académicos que comparten su preocupación por las recomendaciones relacionadas con el COVID-19.
«Cabe destacar que el … artículo se presentó para su publicación hace casi un año y, presumiblemente, el trabajo se llevó a cabo unos meses antes. Además, los investigadores no eran académicos a tiempo parcial de una universidad de tercer nivel», añadió.
Diseño defectuoso
El Dr. Engler afirmó que el hecho de que las vacunas de ARNm puedan traducirse erróneamente es un fallo de diseño. Otros expertos discrepan.
«La gente está empeñada en hacer una montaña de este grano de arena», criticó Edward Nirenberg, editor médico, en un posteo en X sobre el estudio.
«Los cambios de marco son acontecimientos infrecuentes pero que se producen de forma natural, por ejemplo, en infecciones víricas… Dan lugar a productos proteínicos que también pueden ser blanco del sistema inmunitario».
Sin embargo, los autores del estudio han destacado en el comunicado de prensa que la secuencia sintética de ARNm utilizada en la vacuna era «propensa a errores».
Pfizer no respondió a las solicitudes de comentarios.
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