Según se reporta, cientos de trabajadores chinos en el extranjero se han infectado con COVID-19 a pesar de haber recibido vacunas fabricadas en China. Los expertos están dando la voz de alarma al dudar de la efectividad de las vacunas.
De acuerdo con una reportaje del 15 de diciembre de Radio Free Asia (RFA), al menos 16 empleados chinos de una importante empresa de propiedad estatal situada en la provincia Lunda Norte, Angola, se infectaron con el virus del PCCh. Un ciudadano chino, de apellido Gao, dijo que todos ellos recibieron las vacunas desarrolladas por Sinopharm de China. Aplicarse la vacuna era un requisito para los ciudadanos chinos que trabajan en el extranjero.
Sinopharm, también llamada China National Pharmaceutical Group Co., es una compañía farmacéutica grande administrada por Comisión de Supervisión y Administración de Activos de Propiedad Estatal (SASAC, por sus siglas en inglés) del Consejo de Estado de China.
El reportaje también dice que cerca de 300 trabajadores chinos de Tianjin Electric Power Construction Company han sido diagnosticados con COVID-19 este mes en Pančevo, Serbia. La mayoría de los trabajadores infectados recibieron vacunas fabricadas por Sinopharm antes de salir de China.
La embajada china en Uganda publicó un comunicado en su sitio web oficial el 5 de diciembre, confirmando que 47 trabajadores chinos han sido diagnosticados con el virus. La embajada no dijo que habían recibido las vacunas hechas en China, pero es una política habitual que todos los trabajadores chinos se vacunen antes de ir a África como una medida de seguridad debido a reportes o rumores de pandemias locales.
Hasta ahora, los incidentes no han sido reportados por los medios de comunicaciones estatales de China.
The Epoch Times contactó a los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de China por comentarios. Un empleado dijo que estas infecciones en el extranjero no tenían nada que ver con ellos y dijo al reportero que llamara al 12320 —un servicio telefónico designado por el Ministerio de Salud de China. Añadió que la agencia solo se ocupa de lo que sucede en Beijing.
Más tarde, la publicación se pudo contactar con un experto de los CDC de China, pero este se negó a hacer comentarios. Dijo que su número telefónico era únicamente para uso privado y dijo al reportero que llamara a los CDC directamente.
Los expertos plantean preocupaciones
El Dr. Sean Lin, exmicrobiólogo del Ejército de Estados Unidos y exdirector de laboratorio de la rama de enfermedades virales de Walter Reed Army Institute of Research, dijo a The Epoch Times que era muy arriesgado que China desplegara sus vacunas inactivas prematuramente porque todas las vacunas que el país ha desarrollado están todavía en ensayo clínico.
La Dr. Mei-Shang Ho, epidemióloga del Instituto de Ciencias Biomédicas de Taiwán, dependiente de la Academia Sinica en Taipei, dijo a la publicación sobre los problemas de las vacunas inactivadas. En primer lugar, es un proceso arriesgado cultivar con éxito virus más grandes, dijo. En segundo lugar, el proceso de inactivación es complicado y podría hacer que los virus activos que quedan en el cuerpo humano se reproduzcan, causando así un mayor daño a la salud de las personas. Una de las principales preocupaciones es cómo reducir el impacto de las sustancias químicas en el cuerpo durante el proceso de inactivación.
La Dra. Ho participó en la investigación de la vacuna contra el SARS (síndrome respiratorio agudo grave) de Taiwán en 2003, en la que se utilizaron vacunas de virus entero inactivado. Sin embargo, descubrió que los pacientes presentaban una mejora dependiente de anticuerpos (ADE, por sus siglas en inglés) después de ser vacunados, lo que significa que las vacunas amplificaban la infección o desencadenaban una inmunopatología perjudicial. Dijo que Taiwán nunca desarrollará estas vacunas de virus completo, ni las utilizará.
Actualmente en Estados Unidos, tanto Pfizer como Módena utilizan la tecnología de la «vacuna de ARNm», que asegura que ningún virus activo completo entrará en el cuerpo humano, pero la vacuna es más difícil de desarrollar y necesita un período clínico más largo, según Lin.
El disidente y activista político chino Yuan Hongbing dijo a The Epoch Times que el Partido Comunista Chino (PCCh) no se ocupa de la ciencia que hay detrás del desarrollo de las vacunas.
«En esencia, lo tratan como una tarea política [para cumplir]», dijo.
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