Los vecinos de un hombre que murió durante una operación del FBI dicen que les costaba imaginarlo yendo a asesinar al presidente Joe Biden.
“No hay manera de que él condujera desde aquí a Salt Lake City, preparando un rifle y disparándole al presidente —100 no hay manera”, dijo Andrew Maunder, su vecino.
Craig Robertson, de 74 años, fue tiroteado mientras agentes del FBI y otras fuerzas del orden cumplían una orden de registro en su domicilio de Provo, Utah, en la mañana del 9 de agosto. Provo está a unos 45 kilómetros de Salt Lake City.
Los registros online muestran que el Sr. Robertson era un soldador jubilado que tenía un negocio de carpintería personalizada y estuvo casado dos veces; su segunda esposa murió en 2008.
Travis Lee Clark, quien conoce a Robertson desde hace años por haber trabajado juntos en el barrio de su iglesia, describió al Sr. Robertson como «frágil de salud», un maestro carpintero y un «icono establecido» en su comunidad. Robertson se apoyaba en un bastón de madera que él mismo había tallado, dijo el Sr. Clark, que se sorprendió de que se le considerara una amenaza seria.
“Él era un boomer, y era muy político y, a veces, hacía bromas subidas de tono… pero nada que indicara que fuera una amenaza”, dijo Clark.
Los posteos de Facebook en una cuenta que, según las autoridades, estaba a cargo de Robertson incluían numerosas amenazas contra el presidente Biden y otros funcionarios estadounidenses, como el fiscal general Merrick Garland y el fiscal de distrito de Nueva York, Alvin Bragg.
«Es el momento adecuado para uno o dos asesinatos presidenciales», escribió Robertson en un post. «Muerte a Joe Biden», dijo en otro. En un tercero, dijo que se imaginaba el cuerpo del presidente Biden con la cabeza cortada.
El Sr. Clark dijo que el Sr. Robertson tenía una colección de tal vez 20 armas de fuego, aunque señaló que eso no era inusual para la zona.
El Sr. Robertson era partidario del expresidente Donald Trump, según algunos de sus posteos. Publicó imágenes de más de media docena de armas diferentes, incluidos varios rifles.
Paul Searing, un hombre de negocios que vivía en Provo antes de mudarse a la cercana Orem, dijo que había seguido al Sr. Robertson en Internet durante años e incluso le advirtió cuando creyó que el Sr. Robertson estaba cruzando una línea en sus posteos.
«Creía en su derecho a portar armas. Creía en su derecho a decir lo que siente. A la hora de la verdad, él sabía que el Señor no habría aprobado que matara a inocentes», dijo el Sr. Searing. “Las cosas se salieron de control porque él estaba realmente frustrado”.
Orden de detención
Después de que el Sr. Robertson fuera acusado en una denuncia sellada de amenazar al presidente y de otros dos delitos graves, los agentes se reunieron para ejecutar órdenes de arresto y registro.
Jon Michael Ossola, otro vecino, dijo que él y su esposa se estaban preparando para su día cuando escucharon gritos, se asomaron y vieron a unos 20 oficiales afuera de la casa del Sr. Robertson.
Después de disparar ráfagas, los agentes empezaron a gritarle al Sr. Robertson, dijo el Sr. Ossola a The Epoch Times.
“Le gritaron diciendo: ‘Somos el FBI, estamos buscando a Craig Robertson, abre la puerta’. Él respondía gritando. ‘No he infringido ninguna ley federal'», relató el Sr. Ossola.
La visión de la escena no era completa, por lo que no vieron cuándo le dispararon al Sr. Robertson.
Una portavoz del FBI dijo a The Epoch Times en un correo electrónico que hubo un “tiroteo con participación de agentes» mientras se ejecutaban las órdenes en Provo en la mañana del 9 de agosto.
«El FBI se toma muy en serio todos los tiroteos en los que se ven implicados nuestros agentes o miembros de grupos de trabajo. De acuerdo con la política del FBI, el incidente del tiroteo está siendo revisado por la División de Inspección del FBI», dijo la portavoz. No quiso dar más detalles.
El Servicio Secreto de EE. UU. dijo que estaba al tanto de una investigación del FBI sobre un residente de Utah que amenazó al presidente, pero remitió las preguntas al FBI. La Casa Blanca no respondió a una solicitud de comentarios.
Después de que le dispararan, los agentes sacaron al Sr. Robertson al frente de su casa, dijo el Sr. Ossola. «Algunos profesionales médicos lo examinaron durante un par de minutos, pero estaba claro que había fallecido. Y luego lo taparon con una sábana».
El Sr. Ossola dijo que no conocía al Sr. Robertson pero que era miembro del grupo de su iglesia. “Es difícil ver a alguien pasando por eso”, dijo el Sr. Ossola.
El Sr. Robertson no tenía antecedentes penales más allá de declararse inocente de un cargo de alteración del orden público en 1998. No hubo detalles sobre ese caso disponibles de inmediato.
The Associated Press contribuyó a este artículo.
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