Velocista olímpica bielorrusa dice que su familia le avisó que huyera por temor a represalias

Por Lorenz Duchamps
06 de agosto de 2021 6:03 AM Actualizado: 06 de agosto de 2021 9:10 PM

La velocista bielorrusa que se negó a embarcar en un vuelo de regreso a su país por temor a ser arrestada tras criticar públicamente a sus entrenadores en los Juegos Olímpicos de Tokio, reveló que su abuela también le advirtió que no era seguro regresar.

Krystsina Tsimanouskaya, del este de Bielorrusia, huyó a la capital de Polonia donde llegó el miércoles. Las autoridades le concedieron una visa por motivos humanitarios.

La joven de 24 años contó a la BBC que, mientras la trasladaban al aeropuerto, pudo hablar brevemente con su abuela que le dijo que «no volviera» a casa. A continuación, utilizó su teléfono para traducir una súplica y la mostró a la policía japonesa mientras intentaba evitar que la obligaran a subir al avión.

La abuela de Tsimanouskaya explicó que hubo una reacción masiva contra ella en los medios de comunicación estatales de Bielorrusia, incluyendo informes de que estaba enferma mentalmente. Sus padres también le sugirieron que se fuera a Polonia.

«Ella me dijo que no debía volver a Bielorrusia porque no era seguro para mí. Me dijo que decían cosas malas de mí en la televisión [estatal]: que estaba enferma, que tenía problemas psicológicos», dijo la atleta.

«No podía creer [que mi abuela me dijera que no volviera a casa], pero le pregunté ‘¿Estás segura?, y me dijo ‘Sí, estoy segura, no vuelvas'», recuerda Timanovskaya. «Esa fue la razón por la que fui a la policía».

En el aeropuerto pidió ayuda a la policía utilizando Google translate para transmitir su petición en japonés. Al principio no la entendieron y un funcionario bielorruso le preguntó qué pasaba. Ella alegó que había olvidado algo en la Villa Olímpica y que tenía que volver. Finalmente, la policía la apartó de los funcionarios bielorrusos.

La atleta bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya (C) camina por la Terminal 1 antes de embarcar en su vuelo con destino a Viena en el aeropuerto internacional de Narita, en la prefectura de Chiba, a las afueras de Tokio, el 4 de agosto de 2021. (Charly Triballeau/AFP vía Getty Images)

El 30 de julio, la atleta olímpica publicó un mensaje en Instagram en el que criticaba la forma en que se estaba gestionando su equipo, lo que dio lugar a una dramática serie de acontecimientos.

Tsimanouskaya dijo que el Comité Olímpico de Bielorrusia la obligó a correr en la carrera de relevos de 4 x 400 metros de los Juegos Olímpicos de Tokio, una distancia en la que ella nunca había participado, después de que otros atletas fueran descalificados de la prueba por no haber pasado los controles antidopaje. Ella criticó públicamente la decisión del comité.

El Comité Olímpico de Bielorrusia anunció el 1 de agosto que enviaría a Tsimanouskaya a casa debido a su «estado emocional y psicológico», algo que la atleta negó, explicando que no había acudido a ningún médico.

Su respuesta provocó fuertes críticas en los medios de comunicación bielorrusos y un canal de televisión la describió como una atleta que «carece de espíritu de equipo». Tsimanouskaya clasificó para participar en los Juegos de Verano de 2020 en las pruebas de 100 y 200 metros. Anteriormente ganó una medalla de oro en los 200 metros en la 2019 Summer Universiade, en Italia.

Cuando su historia llegó a los medios de comunicación internacionales, varios países, entre ellos la República Checa y Polonia dijeron que estaban dispuestos a ofrecerle una visa y protección.

En una rueda de prensa celebrada el jueves en Varsovia, capital de Polonia, Tsimanouskaya agradeció a las personas que la apoyaron durante el enfrentamiento.

La atleta olímpica bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya posa con una camiseta con la leyenda «Solo quiero correr» durante una rueda de prensa el 5 de agosto de 2021 en Varsovia, un día después de su llegada a Polonia. (Foto de Wojtek Radwanski/AFP) (Foto de WOJTEK RADWANSKI/AFP vía Getty Images)

«Era todo el mundo y esta gente me hizo mucho más fuerte», dijo, añadiendo que ahora se siente segura. Sin embargo, expresó su preocupación por la seguridad de su familia en casa. Su marido, Arseni Zdanevich, huyó esta semana de Bielorrusia poco después de que su mujer dijera que no iba a volver. Polonia también le concedió una visa.

Bielorrusia, un país sin litoral de Europa del Este, es conocida por perseguir implacablemente a sus críticos. El caso de Tsimanouskaya volvió a poner en el punto de mira a la nación gobernada desde 1994 por el autoritario presidente Alexander Lukashenko. El año pasado, las fuerzas de seguridad reprimieron violentamente las protestas que se produjeron en todo el país tras su controvertida reelección.

En una muestra de hasta dónde están dispuestas a llegar las autoridades para silenciar a sus críticos, en mayo desviaron un avión de pasajeros a la capital, Minsk, y detuvieron a un periodista disidente que iba a bordo.

«Quiero decir a todos los bielorrusos que no tengan miedo y que, si están bajo presión, hablen», dijo la corredora en un mensaje dirigido a sus compatriotas en la conferencia de Varsovia.

Con información de The Associated.

De NTD News


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