Un organismo que no tiene boca ni cerebro, pero come y aprende, tiene 720 variaciones sexuales y es casi inmortal, será exhibido desde este fin de semana en el Parque Zoológico de París. Sin embargo, esta descripción tan sensacionalista se hizo rápidamente viral despertando el interés de periodistas científicos que quisieron aclarar de qué se trata en realidad.
Con aspecto de moho, pero sin serlo, el «moho de muchas cabezas» es un misterioso organismo que ha despertado el interés de muchos científicos y ahora también el de muchos curiosos alrededor del mundo debido a sus particulares características y a la gran popularidad que ha surgido a partir de la nueva exhibición que se llevará a cabo en el Parque Zoológico de París.
Se trata del Physarum polycephalum, que alguna vez fue considerado dentro del grupo de los hongos, pero posteriormente se dieron cuenta de que no era ni hongo, ni planta, ni animal, ni bacteria, y por eso entonces lo ubicaron dentro de los protistas, que es donde se encuentran aquellos organismos sin una clara clasificación, lo que de por si lo hace un ser muy extraño, tal como explica Popular Science.
«Es realmente una de las cosas más extraordinarias que viven en la Tierra hoy en día», dijo a Reuters el director del Zoológico de París, Bruno David, quien considera a esta criatura como «uno de los misterios de la naturaleza».
En realidad, parece un hongo pero se comporta como un animal. Es un organismo compuesto por una célula, que puede llegar a tener muchos núcleos celulares en su interior y puede expandirse en tamaño, incluso ha llegado hasta unos 10 metros en experimentos de laboratorio, según BBC.
Pueden vivir como una sola célula, pero en ocasiones pueden encontrar una pareja y unirse con otro organismo, formando lo que se llama un plasmodio, que es en realidad lo que se puede ver cuando se observa a la estructura amarillenta que se van dividiendo y expandiendo, dice Popular Science.
La reproducción se da por medio de la producción y liberación de esporas, pero también pueden cruzarse con otro individuo que les proporcione diversificación genética, la cuál se logra al mezclar y combinar su material genético con otro individuo que tenga un conjunto compatible de genes llamados matA, mat B y mat C, cada uno con hasta 16 variaciones, según indica Science alert. Esto produce una variación genética muy alta, con hasta 720 variaciones sexuales cromosómicas.
A diferencia de los hongos, los «Blob», como se les llama cariñosamente, se pueden mover por medio de pulsaciones, donde se contraen y expanden, mientras van abarcando el área deseada, pudiendo avanzar lentamente (1 cm por hora) en busca de su comida, que puede incluir levaduras, bacterias, plantas muertas y hongos. Les gusta vivir en espacios frescos, húmedos y con poca luz, y se pueden hallar fácilmente en lugares donde hay descomposición de hojas y troncos de árboles.
Otra fascinante característica es su habilidad para sobrevivir, ya que puede estar en periodos de hibernación cuando hay sequía y «volver a la vida», cuando se le humedece. Incluso sobrevive unos segundos dentro de un microondas, según BBC. De igual forma, al ser cortado, se regenera rápidamente, produciendo dos individuos.
Sin embargo, lo más fascinante es su capacidad para aprender y resolver problemas, aunque no tiene sistema nervioso, cerebro o inteligencia como la conocemos hasta ahora. «Es capaz de memorizar, es capaz de adaptar su comportamiento, es capaz de resolver problemas, de moverse alrededor de un laberinto, de buscar soluciones de optimización, de comportarse un poco como un animal», dijo David, el director del Zoológico de París.
Según estudios recientes, los Blob pueden absorber materiales nocivos, que luego usan como mecanismo de memoria para evitarlos en un futuro. Esto incluso lo pueden transmitir a otros individuos cuando se fusionan, explica Science alert. De este modo, se pudo comprobar que pueden aprender a partir de la experiencia y cambiar su comportamiento en consecuencia.
Su movimiento lento no es algo arbitrario, ya que ellos pueden elegir el camino más óptimo, de acuerdo a algoritmos integrados en su bioquímica interna. Puedes ponerlos en un laberinto y encontrarán el camino más corto a la comida, explica Popular Science.
Aunque este organismo de por si mismo tiene muchas particularidades excepcionales, no puede resultar tan llamativo verlo en vivo y en directo, ya que su movimiento es demasiado lento. Debido a esto, los directores del museo decidieron poner una pantalla donde se puede ver a Blob en acción.
El sobrenombre de Blob fue inspirado en una película de ciencia ficción de 1958, «The Blob», protagonizada por un joven Steve McQueen, en el que una forma de vida alienígena, el «blob», consume todo a su paso en una pequeña localidad de Pensilvania, EE.UU. Este organismo, posiblemente no salga y destruya la ciudad, pero puede mostrarte las increíbles formas de vida «inteligente» que se esconden en la naturaleza.
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