Víctima de abuso sexual cuenta por qué los hombres no hablan de ello: “No queremos vernos débiles”

Por Cristina Bazán
08 de septiembre de 2023 2:20 PM Actualizado: 23 de septiembre de 2023 9:30 PM

Luego de sufrir una dura niñez, Netz Gómez dio un drástico giro para poder sanar uno de los problemas cada vez más comunes entre los hombres, del que prácticamente no se habla: el abuso sexual.

Gómez, originario de la Ciudad de México, vive actualmente en Los Ángeles, California, con su esposa Lourdes y sus dos hijas. Llegó a Estados Unidos hace 25 años, cuando tenía 38.

Su infancia fue difícil, ya que cuando tenía unos 4 años, sufrió abuso sexual por parte de un joven que vivía en su casa, al que su padre le había abierto las puertas para ayudarle en sus estudios.

“Este joven empezó a abusar de mí sexualmente por mucho tiempo”, dijo en entrevista The Epoch Times. “Él vivió con nosotros, como unos cinco o seis años, yo creo, y era muy frecuente lo que pasaba. Obviamente, del miedo, nunca dije nada. Porque casi ninguna de las víctimas que pasa por algo así lo dice”.

Gómez era un niño muy delgado, tartamudeaba y padecía estrabismo; eso lo llevó a ser objeto de bullying entre sus compañeros del colegio y sus hermanos. Le ponían toda clase de apodos y le hacían bromas pesadas. Dice que todo eso le causó un trauma muy fuerte.

“El abuso fue algo muy serio, al punto que yo quise quitarme la vida cuando era un niño en dos ocasiones”, compartió. Primero trató de suicidarse con un cuchillo y luego trató de ahorcarse.

“Sentía que mi vida no servía, que estaba sucio, que estaba mal. Fue lo que viví por muchos años”, agregó.

Gómez dijo que el abuso no solamente ocurrió con aquel joven. En la escuela, un muchacho mayor abusó sexualmente de él y sucedió lo mismo con un vecino.

Explicó que cuando una persona es víctima de abuso sexual “la persona siente que ese es su papel” y que puede llegar a pensar: “Tal vez me lo merezco”.

Después de esto, Gómez atravesó una etapa de mucha rebeldía, comenzó a usar drogas como marihuana, cemento y otras. Buscaba sentirse contento y llenar el vacío que sentía. Poco a poco cayó en una escala decadente.

Un encuentro crucial

La familia de Gómez no tenía una creencia religiosa, su padre era ateo, por lo que vivió en un ambiente carente del aspecto espiritual. Nunca le hablaron de Dios, aunque en el fondo de su corazón “sabía que había alguien arriba”, compartió.

Sin embargo, cuando tenía casi 15 años, un amigo le habló por primera vez de Dios y Gómez se burló. A pesar de eso, su amigo le insistió y lo invitó a una reunión de jóvenes cristianos, donde vivió un encuentro que para él “fue crucial”.

“Fui a casa de esta persona y no entendí mucho”, compartió. Pero al final un hombre dijo algo que sintió que era para él, prácticamente describió su vida.

“Me dijo: ‘Si tú te sientes vacío […] hay una esperanza para ti. Tú puedes aceptar al Señor’. Y lo hice a los 15 años”.

Gómez sintió que en ese momento Dios había tocado su vida: “Hubo un cambio radical. Sentí una paz, un gozo tremendo. Y de ahí empezó un proceso de sanidad poco a poco, de todo lo que yo había vivido”.

A partir de entonces, pudo parar el abuso; ya que incluso un tío suyo intentó abusar sexualmente de él. También pudo parar el bullying y se deshizo de las drogas que consumía.

Luego de ese encuentro, él y su amigo se reunieron un día en un jardín para cantar y predicar. La gente simplemente comenzó a llegar y les pidieron que regresaran. Fue así como formaron una iglesia “de la nada”.

En una ocasión, el pastor de la iglesia tuvo un problema y se tuvo que retirar, pidiéndole a Gómez que predicara en su lugar. Pero debido a su tartamudez  se sentía aterrado de hablar en público. Sin embargo, no tuvo otra alternativa. Cuál fue su sorpresa al darse cuenta que desde ese momento no volvió a tartamudear.

Después de esto, se convirtió en el asistente del pastor y más tarde en pastor. Sirvió en su ciudad natal por 24 años antes de mudarse a Estados Unidos, en 1998.

Para ese entonces, Gómez ya estaba casado y trabajaba como diseñador industrial y diseñador gráfico. Una empresa le ofreció trabajar como director de arte en Estados Unidos y decidió tomar la oportunidad. Pero lo que más quería era ayudar a la comunidad hispana.

“Comenzamos una iglesia en la sala de mi casa y ahora ya somos muchos miembros. Tenemos muchos programas y ayudamos a la gente”, dijo.

Cortesía: Netz Gómez
Cortesía: Netz Gómez

En todo este proceso, Gómez contó con el apoyo de personas clave en su vida. Por ejemplo, una misionera estadounidense a la que conoció se percató de que él tenía traumas e inseguridades, y trató de ayudarlo. Se ganó su confianza y él pudo contarle su historia.

“Ella empezó a ayudarme a entender quién era yo, cuál era mi propósito en la vida. Me habló sobre perdonar, sobre mi identidad, sobre muchas cosas”, dijo. “Me permitió reconocer que mi problema, que lo que yo había vivido no era mi culpa y que no me definía como persona». Con sus palabras de ánimo, le dio esperanza y le ayudó a superar la vergüenza por su pasado.

También tuvo el apoyo de otro hombre que fue como un padre para él. Lo animó a creer en sí mismo, le dio esperanza cuando tuvo que enfrentar muchos obstáculos a su llegada. Se sentía muy limitado al no conocer el idioma, la cultura y no tenía dinero.

Devolviendo la oportunidad de una nueva vida

Actualmente, Gómez es pastor de la congregación “Houses of Light” o Casas de Luz, en Los Ángeles. Ha sido conferencista en temas de familia por más de 30 años y tiene un doctorado en psicología clínica pastoral. Como parte de su labor, ayuda a otros hombres que han sufrido abuso sexual, un problema que aqueja a muchos más de los que se puede pensar.

Casi una cuarta parte de los hombres en EE. UU. han sufrido algún tipo de violencia sexual por contacto, según los CDC. En la mayoría de los casos ocurre por primera antes de los 25 años, y muchas veces antes de los 18. Sin embargo, la mayoría de ellos no lo menciona.

“Es como un secreto del que la gente no quiere hablar. Te da vergüenza, te sientes culpable”, dijo. “Mucha gente lo oculta, pero hay consecuencias de eso. Puede haber depresión, ira, soledad, rebeldía, etc.”, dijo.

Explicó que las consecuencias del abuso sexual, físico o emocional son muy fuertes. “Pero el hombre lo oculta más porque suena como muy débil, muy frágil”, y agregó: “No queremos vernos débiles. Pero es una realidad”.

Houses of Light lleva más de 20 años ayudando de forma gratuita a cualquiera que necesite apoyo para atravesar el proceso de recuperación del abuso, aunque no sean cristianos.

Tienen un centro de asesoría familiar certificado y sin fines de lucro, donde ofrecen consejería para tratar problemas familiares y personales. Cuentan con una Casa de Restauración, que incluye un programa de un año para ayudar a las personas a entender su situación, las consecuencias del abuso en su carácter actual y cómo pueden superarlas. También organizan retiros de sanidad interior y un servicio de mentoría en pequeños grupos, donde la gente habla de sus problemas y se les brinda ayuda a través del diálogo.

Gómez reconoce que ahora puede regresar la ayuda que él mismo recibió en su momento de su “padre espiritual”.

“Muchas de las personas que trabajan conmigo me llaman papá porque he podido ser esa figura que los ayuda, que los afirma, que cree en ellos”, dijo. “Para mí es un honor cuando alguien me llama así y el hecho de poderles ayudar y servir”.

El pastor recomienda a los hombres que hayan pasado por algo similar que pidan ayuda. También los anima a vencer la amargura y la obstinación para poder tener una nueva vida.

“Tú puedes decidir: Esto que me pasó es la desgracia de mi vida o bien la oportunidad para ayudar a alguien”.

Con información de Jackie Ríos.

Siga a Cristina Bazán en X: @cristinaisbe


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