Cinco candidatos republicanos se reunieron para un tercer debate en Miami, Florida, el miércoles, un día después de que el Partido Republicano sufriera otra serie de derrotas electorales.
Entre las diferentes elecciones celebradas en todo el país, el candidato republicano apoyado por el expresidente Donald Trump, Daniel Cameron, perdió su lucha por la gobernación de Kentucky ante el demócrata Andy Beshear. El gobernador republicano de Virginia vio cómo tanto la Cámara de Representantes como el Senado estatal se volvían azules. Y la causa provida sufrió una gran derrota en Ohio, donde los votantes dijeron «sí» a una enmienda constitucional que garantizaba el derecho de la mujer al aborto.
«Nos convertimos en un partido de perdedores», dijo el empresario Vivek Ramaswamy en su discurso de apertura.
El empresario y candidato republicano más joven de la historia culpó de las pérdidas al establishment del partido, pidiendo la dimisión de la presidenta del Comité Nacional Republicano (RNC), Ronna McDaniel.
«Desde que Ronna McDaniel asumió la presidencia del RNC en 2017, perdimos 2018, 2020, 2022», dijo. «Anoche nos dieron una paliza en 2023, y creo que tenemos que tener responsabilidad en nuestro partido».
«Para el caso, Ronna, si quieres subir al escenario esta noche, quieres mirar a los votantes del GOP a los ojos y decirles que renuncias, me daré la vuelta y te cederé mi tiempo».
McDaniel no dio el paso.
Perder la batalla sobre el aborto
Ramaswamy también se refirió a la votación sobre el aborto en Ohio, su estado natal.
«Aprobaron una enmienda constitucional que ahora codifica efectivamente el derecho al aborto hasta el momento del nacimiento sin el consentimiento de los padres», dijo, culpando de ello a lo que llamó «la cultura republicana de perder».
«Los republicanos no tenían una enmienda o visión alternativa sobre la mesa», dijo. «Es representativo del país».
También se pidió a sus compañeros de candidatura que dieran su opinión sobre la sentencia del aborto.
«Hay que hacer un mejor trabajo en estos referendos», dijo el gobernador de Florida, Ron DeSantis. «Todas las cosas que le sucedieron a la causa provida, fueron atrapados con los pies planos en estos referendos, y estuvieron perdiendo los referendos».
«Mucha de la gente que estaba votando por los referendos son republicanos que votarían por un candidato republicano. Así que hay que entender cómo hacerlo».
Aunque decepcionados por el fallo, tanto él como la ex embajadora ante la ONU Nikki Haley reconocieron que, desde que se anuló el caso Roe contra Wade y las decisiones sobre el aborto se trasladaron de nuevo a los ciudadanos de cada estado, los distintos estados optarían por responder de formas diferentes.
«Hay algunos estados que van más por el lado provida», dijo. «Me parece bien. Otros se inclinan más por la opción proabortista. Ojalá no fuera así. Pero el pueblo decidió».
«Pero cuando se trata de la ley federal, que es lo que se está debatiendo aquí, seamos sinceros, se necesitan 50 votos del Senado, la mayoría de la Cámara y un presidente que la firme. Así que no, no tuvimos 60 votos en el Senado en más de 100 años. Podríamos tener 45 senadores pro-vida. Así que ya ningún presidente republicano puede prohibir los abortos. Ningún presidente demócrata puede prohibir la ley estatal. Así que busquemos el consenso».
El exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, también pidió a los republicanos que sean tan provida después del nacimiento de un niño como lo son antes, pidiendo más apoyo financiero para los esfuerzos de adopción y los centros de embarazo.
«Tenemos la oportunidad en su nación de detener ese comportamiento imprudente de estados como California, Nueva York e Illinois», dijo refiriéndose a los estados que permiten el aborto hasta el nacimiento.
Estamos en medio de una guerra
Los moderadores del debate mantuvieron la mayor parte de la conversación sobre las guerras exteriores en Ucrania y Gaza, la crisis en la frontera entre Estados Unidos y México y la escalada de tensión con la China comunista. Pero el Sr. Ramaswamy volvió a lo que él veía como un conflicto interior en sus observaciones finales.
«Estamos en medio de una guerra aquí mismo, en casa», dijo. «No es una guerra entre blancos y negros, demócratas o republicanos. Es entre los que creemos en nuestros ideales fundacionales y amamos este país y una minoría marginal que odia a los Estados Unidos de América. Y creo que va a hacer falta un comandante en jefe que nos lleve a la victoria en esa guerra».
Y ese comandante en jefe, cree, tiene que ser alguien de «la próxima generación».
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