El gigante automovilístico Volvo Cars anunció el 4 de septiembre que ha abandonado sus planes de vender únicamente coches totalmente eléctricos (VE) para 2030, afirmando que ahora espera vender tanto vehículos enchufables como algunos coches con motor híbrido para esa fecha.
El fabricante sueco de vehículos, de capital chino, reveló en un comunicado de prensa que ha desechado su anterior objetivo, citando «las cambiantes condiciones del mercado y las demandas de los clientes».
De cara al futuro, la compañía dijo que su objetivo es que entre el 90 y el 100 por cien de su volumen de ventas global para 2030 consista en «coches electrificados», lo que significa que habrá una mezcla tanto de modelos totalmente eléctricos como de híbridos enchufables o, «en esencia, todos los coches con un cable».
«El 0-10% restante permitirá la venta de un número limitado de modelos híbridos suaves en caso necesario», dijo el fabricante de vehículos.
El anuncio supone un retroceso en la promesa de Volvo Cars de 2021 de convertirse en una empresa de coches totalmente eléctricos para 2030.
En ese momento, el fabricante de automóviles dijo que planeaba eliminar cualquier coche de su cartera global con un motor de combustión interna, incluidos los híbridos, como parte de su «ambicioso plan climático, que busca reducir consistentemente la huella de carbono del ciclo de vida por coche a través de acciones concretas».
En su último comunicado de prensa, el gigante automovilístico, propiedad del holding chino Geely, afirma que el despliegue de la infraestructura de recarga ha sido «más lento de lo esperado» y que en algunos mercados se han retirado los incentivos gubernamentales a los vehículos eléctricos.
Otras incertidumbres han sido creadas por los recientes aranceles sobre los vehículos eléctricos en varios mercados, dijo la compañía.
«Teniendo esto en cuenta, Volvo Cars sigue viendo la necesidad de políticas gubernamentales más fuertes y estables para apoyar la transición a la electrificación», añadió.
El anuncio de Volvo sigue los pasos de otros gigantes del automóvil, como General Motors, que en junio recortó en 50,000 vehículos su gama de producción de vehículos eléctricos para 2024 alegando el debilitamiento de la demanda.
La industria del automóvil lucha contra el aumento de los costes y la caída de la demanda
En agosto, su rival Ford también dio marcha atrás en su estrategia de vehículos eléctricos, cancelando los planes de un SUV de tres filas de asientos totalmente eléctrico y retrasando la producción de su camioneta eléctrica de próxima generación, en un contexto de inflación creciente y cambios en la demanda de los consumidores.
Esto se produce en un momento en que la industria automovilística estadounidense en general se enfrenta a un aumento de los costes de producción, una competencia más dura y una caída de la demanda de vehículos eléctricos.
Volvo Cars señaló en su último comunicado de prensa que espera que aproximadamente el 50-60 por ciento de sus productos sean eléctricos en 2025.
Antes de que acabe la década, el gigante automovilístico espera disponer de una «gama completa de coches totalmente eléctricos», lo que le permitirá dar el paso a la electrificación total «cuando las condiciones del mercado lo permitan».
A pesar de abandonar los planes totalmente eléctricos, Volvo dijo que con cinco EV ya en el mercado —el EX40, el EC40, el EX30, el EM90 y el EX90— y otros cinco modelos en desarrollo, la electrificación total sigue siendo un «pilar clave» de su estrategia de producto.
La compañía afirmó que su objetivo a largo plazo sigue siendo convertirse en una empresa de coches totalmente eléctricos, y también pretende alcanzar un nivel neto de cero emisiones de gases de efecto invernadero para 2040.
«Creemos firmemente que nuestro futuro es eléctrico», declaró Jim Rowan, director ejecutivo de Volvo Cars.
Aunque destacó la «experiencia de conducción superior» de los coches eléctricos, Rowan reconoció que la transición a la electrificación «no será lineal, y los clientes y los mercados se mueven a diferentes velocidades de adopción».
«Somos pragmáticos y flexibles, al tiempo que mantenemos una posición de liderazgo en la industria en materia de electrificación y sostenibilidad», afirmó Rowan.
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