Casi un año después de que el presidente Joe Biden declarara el fin de la pandemia, algunas universidades y lugares de trabajo han reinstaurado los mandatos de mascarilla, en medio de reportes de que la administración está dispuesta a poner en marcha nuevas normativas sobre el COVID ya el mes que viene.
La subvariante del COVID, actualmente conocida como Eris, que se ha observado en más de 50 países, entre ellos Dinamarca e Israel, ha impulsado a un número creciente de profesionales médicos y activistas de la salud a empezar a pedir el restablecimiento de las restricciones de la época del COVID, incluido el uso obligatorio de mascarillas.
Sin embargo, el público puede esperar que cualquier nueva normativa se enfrente a la oposición del Congreso. El representante Kevin Kiley (R-Calif.) declaró a The Epoch Times que los nuevos mandatos serían «sencillamente inapropiados para cualquier nivel de gobierno».
«La idea de que ciertas jurisdicciones e instituciones se apresuren a volver al modo mandato no va a ser bien recibida por nadie en este país», dijo el Sr. Kiley. «El propio presidente ha declarado el fin de la emergencia nacional. Una revisión de las pruebas en torno a estos mandatos no ha demostrado un impacto sanitario positivo».
Aun así, en algunas partes del país, los mandatos de mascarilla ya han llegado. Un ligero repunte del virus llevó a dos hospitales de Siracusa (Nueva York), el University y el Community General, a reimponer el uso de mascarillas obligatorio y las pruebas por COVID el 17 de agosto, según los medios de comunicación locales.
«Con efecto inmediato, se exige mascarilla obligatoria a todos los empleados, visitantes y pacientes en las áreas clínicas», decía un memorándum enviado a los empleados y obtenido por Syracuse.com. «Las áreas clínicas se definen como cualquier lugar donde los pacientes se reúnen, esperan, pasan o reciben atención».
En Los Ángeles, el importante estudio de Hollywood Lionsgate exigió a sus empleados que usaran cubiertas faciales en sus edificios de oficinas de Santa Mónica. La política se anunció en un memorándum interno obtenido por Deadline, en el que se exigía que «Los empleados deben llevar una mascarilla médica (mascarilla quirúrgica, KN95 o N95) cuando estén en interiores, excepto cuando estén solos en una ofician con la puerta cerrada, comiendo o bebiendo activamente en su mesa o puesto de trabajo, o si son la única persona presente en un gran espacio de trabajo abierto».
En Atlanta (Georgia), el Morris Brown College anunció la obligación de llevar mascarilla para todos los que entren en su campus. En un posteo de Instagram del 20 de agosto, la universidad declaró que «todos los estudiantes y empleados están obligados a llevar mascarillas (los empleados pueden quitarse las mascarillas cuando esté solo en sus oficinas)».
Las autoridades sanitarias también están empezando a instar al público en general a que vuelva a usar cubiertas faciales. La agencia de Salud Pública del condado de Los Ángeles ha recomendado que los residentes de mayor riesgo lleven mascarillas, citando un aumento de los casos de COVID.
Además, se espera que el mes que viene se ponga en marcha una nueva vacuna de refuerzo contra el COVID adaptada a la variante más reciente, según declaró a NBC News la Dra. Mandy Cohen, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
«Es probable que la veamos como una vacuna anual contra el COVID, igual que la vacuna contra la gripe», dijo la Dra. Cohen.
Sin embargo, a pesar de la creciente preocupación, la propagación del virus se ha mantenido en niveles históricamente bajos. Aunque la tasa promedio de hospitalización por COVID en todo el país aumentó aproximadamente un 17% entre junio y julio, sigue siendo una pequeña fracción de lo que era hace un año, cuando era más de seis veces las tasas de ingreso actuales, según los CDC.
Poca evidencia
La cuestión de los mandatos de mascarilla se ha convertido en un tema candente para muchos estadounidenses. Durante 2020 y 2021, cuando el mundo estaba sumido en la pandemia, se impusieron ampliamente las mascarillas a la población bajo la creencia de que cubrirse la cara podría evitar la propagación. Los CDC promulgaron un mandato de mascarillas en los transportes públicos que entró en vigor en febrero de 2021 y se prorrogó hasta el 3 de mayo, mientras que varios negocios privados negaban la entrada a los ciudadanos que no querían usar cubiertas faciales.
Los detractores de los mandatos han citado numerosos estudios que han demostrado que el uso de mascarillas ha tenido un efecto insignificante, o incluso perjudicial. Un nuevo análisis del estudio sobre las mascarillas de Boston, que afirmaba que los mandatos de uso de mascarillas reducían los casos de COVID en las escuelas, descubrió que los distritos que abandonaron los requisitos de uso de mascarillas experimentaron los mayores descensos en los casos de COVID. Un estudio de 2021 publicado en la revista médica Southern Medical Journal evaluó el impacto de los mandatos de mascarilla en la mortalidad y los ingresos en cuidados intensivos en el condado de Bexar, Texas, entre el 8 de julio y el 12 de agosto de 2020, y descubrió que los mandatos de mascarilla no tenían ningún efecto verificable. Una revisión de 78 estudios de la Biblioteca Cochrane de enero de 2023 tampoco halló pruebas de que el uso de mascarillas funcionara.
Los propios CDC manifestaron opiniones contradictorias sobre si las mascarillas podían ser un método eficaz para prevenir la transmisión vírica. En una revisión de las pruebas publicada en su sitio web en mayo de 2020 con el título «Nonpharmaceutical Measures for Pandemic Influenza in Nonhealthcare Settings-Personal Protective and Environmental Measures», señalaron que «aunque los estudios mecanicistas apoyan el efecto potencial de la higiene de las manos o las mascarillas, las pruebas de 14 ensayos controlados aleatorizados de estas medidas no apoyaron un efecto sustancial sobre la transmisión de la gripe confirmada en laboratorio».
Los CDC actualizaron sus orientaciones en mayo de 2023, flexibilizándolas y afirmando: «Se recomienda el uso de mascarillas en lugares cerrados de transporte público y las autoridades locales o estatales pueden exigirlas en otros lugares». La agencia también recomienda que «los niños a partir de 2 años pueden llevar mascarillas o caretas para protegerse a sí mismos y a los demás del COVID-19».
Durante casi un año, la cuestión permaneció en gran medida latente hasta que el 18 de agosto Alex Jones, presentador de Infowar, reportó que funcionarios de alto nivel de la TSA habían confirmado que «se estaban ultimando nuevos memorandos y políticas que reimplementaría el uso de mascarillas, empezando por los empleados de la TSA y de los aeropuertos a mediados de septiembre». El reporte se hizo viral y «uso de mascarillas» empezó a ser trending en X, la plataforma de redes sociales antes conocida como Twitter.
Aunque el representante Kiley cree que es improbable que los mandatos de uso de mascarillas cobren fuerza, atribuyéndolo a «unas cuantas instituciones irresponsables que no entienden dónde se encuentra el país en estos momentos», afirma que el público debe permanecer vigilante.
«Voy a asegurarme de que no se apruebe ninguna legislación en el Congreso, a través de ningún programa federal, pero realmente todo dependerá de lo fuerte que la ciudadanía haga oír su voz».
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