Elizabeth Warren ha asumido la Ley de Reforma de Bancarrota de 2005 en su campaña presidencial y ha sacado a relucir una larga controversia con el líder de la carrera, Joe Biden.
«Estoy anunciando mi plan para revocar las disposiciones perjudiciales del proyecto de ley de bancarrota de 2005 y revisar las normas de bancarrota de los consumidores en este país para dar a los estadounidenses una mejor oportunidad de volver a ponerse de pie», dijo Warren en su plan.
Warren, un profesor de derecho que enseñó la ley de bancarrota, tiene más de 15 años de experiencia en el campo como fiscal de bancarrota. Entró en la arena política cuando en 2005, se opuso con vehemencia a la versión entonces propuesta, que estaba muy a favor de las compañías de tarjetas de crédito.
La Ley de Prevención de Abuso de Bancarrota y Protección al Consumidor de 2005 hizo que fuera difícil y costoso para las personas declararse en bancarrota, mientras que amplió las posibilidades de los acreedores para cobrar su dinero. La propuesta de Warren busca revocar la mayoría de las regulaciones del proyecto de ley.
«Gracias en parte a la ley de bancarrota de 2005, nuestro sistema actual hace que sea demasiado difícil para las personas necesitadas iniciar el proceso de bancarrota para que puedan volver a ponerse de pie», escribió Warren. «Mi plan agiliza el proceso, reduce los costos y le da a la gente más flexibilidad en la bancarrota para encontrar soluciones que se ajusten a sus problemas financieros».
«Forzar a la gente a entrar en el Capítulo 13 porque no pueden pagar a su abogado por adelantado es una manera ridícula de dirigir un sistema de alivio de la deuda del consumidor», escribió Warren.
El proyecto de ley de 2005 fue redactado y dirigido por nada menos que Joe Biden, quien, siendo senador de Delaware en ese momento, estaba sirviendo muy bien los intereses de sus electores. Wilmington, Delaware era el punto de atracción de varias compañías de tarjetas de crédito, y Biden hizo grandes esfuerzos para presentar el proyecto de ley a través del Congreso con el consentimiento de muchos senadores republicanos, mientras que rechazaba muchas de las enmiendas propuestas por los demócratas.
En una audiencia de 2001, según Politico Biden dijo: “… Mucha gente está descargando deudas que no deberían. Este aumento voluminoso en la presentación de archivos — es exponencial de lo que ha sucedido. Algo está pasando, y eso ocurrió cuando la economía estaba en auge, absolutamente en auge». La creciente tasa de bancarrota estaba haciendo subir los precios para todos los demás, argumentó, incluyendo «la gente de donde yo vengo. Así que estoy tan harto de este brillo santurrón que se le pone a cualquiera que quiera endurecer la bancarrota es realmente antideudor», dijo Biden. «La gente está siendo lastimada».
Warren escribió: «En 2005, el Congreso rechazó una enmienda al proyecto de ley de bancarrota que habría permitido a los padres gastar una cantidad razonable de dinero en juguetes y libros y en actividades recreativas básicas para sus hijos durante el proceso de bancarrota».
«Eso es simplemente incorrecto», dijo, «y mi plan proporcionará esas protecciones».
Sin embargo, el mayor problema que tiene Warren con la Ley es que protege a los solicitantes de bancarrota extremadamente ricos porque les proporciona ciertos «vacíos legales», como Warren los llama para esconder sus activos en fondos fiduciarios fuera del alcance de la Justicia o del servicio de impuestos.
«Vacíos legales que benefician a los individuos ricos. En ciertos estados como Delaware, las personas ricas pueden declararse en quiebra y obtener alivio de la deuda mientras protegen sus bienes colocándolos en fideicomisos para su propio beneficio. Esto se conoce como el ‘Millionaire’s Loophole’. Como parte de la legislación de bancarrota de 2005, el Congreso pretendió cerrar la escapatoria del Millionaire’s Loophole, mientras rechazaba la legislación que en realidad la habría cerrado. Mi plan sutura el Millionaire’s Loophole de una vez por todas asegurando que los activos de los fideicomisos auto-establecidos y los fideicomisos revocables no estén exentos de los reclamos de los acreedores en la bancarrota».
Hasta ahora, Warren había permanecido tácita sobre este viejo rencor, pero, a menos de un mes del primer caucus demócrata de Iowa, también podría ser un acto de desenterrar el hacha en un último intento de pasar a su rival por la nominación demócrata.
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