Las agencias federales de Estados Unidos se esfuerzan por contener las consecuencias diplomáticas de la filtración en Internet de decenas de documentos clasificados sobre Ucrania y otros aliados de Estados Unidos por parte de actores aún desconocidos.
El portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel, declaró en una rueda de prensa celebrada el 10 de abril que «funcionarios estadounidenses de todas las agencias están trabajando con aliados y socios a alto nivel sobre este asunto».
Según Patel, Washington busca tranquilizar a los aliados «sobre nuestro compromiso de salvaguardar la inteligencia y la fidelidad de asegurar nuestras asociaciones».
Los documentos, la mayoría de los cuales datan de febrero o marzo de este año, aparecieron inicialmente el mes pasado en foros online como Discord y 4Chan.
Pero no llegaron a los titulares hasta el 6 de abril, cuando el New York Times, citando a «altos funcionarios de la Administración Biden», reportó de su aparición en Twitter y Telegram.
Tanto el Pentágono como el Departamento de Justicia tratan ahora de encontrar el origen de las filtraciones —algunas de las cuales apuntan a actividades de espionaje de Estados Unidos— entre temores de que puedan dañar las relaciones con los aliados.
«No hay duda de que [las filtraciones] representan un riesgo para la seguridad nacional», dijo Patel.
Seúl: Las filtraciones son «totalmente falsas»
Compuestos por decenas de páginas de texto e imágenes, la mayoría de los documentos filtrados están relacionados con el actual conflicto entre Rusia y Ucrania.
Otros, sin embargo, contienen supuestamente información clasificada que según funcionarios estadounidenses puede haber sido manipulada sobre aliados clave de Estados Unidos en Asia y Oriente Medio.
Un documento, por ejemplo, parece dar detalles de conversaciones a puerta cerrada entre altos funcionarios surcoreanos sobre supuestas presiones de Estados Unidos para que Seúl contribuya más al esfuerzo bélico de Ucrania.
El contenido del documento, y el hecho de que al parecer se obtuviera a través de «inteligencia de señales» (comunicaciones interceptadas), sugiere que las agencias estadounidenses podrían haber espiado al gobierno de Corea del Sur, aliado de Estados Unidos desde hace mucho tiempo.
El 11 de abril, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, trató el tema en una llamada telefónica con su homólogo surcoreano, Lee Jong-sup.
Ese mismo día, el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, declaró que las acusaciones de que su oficina había sido objeto de espionaje estadounidense eran «totalmente falsas».
Cualquier intento de dañar las relaciones entre Estados Unidos y Corea del Sur era contrario al «interés nacional» de este último país, afirmó la oficina de Yoon en un comunicado.
Yoon tiene previsto visitar Washington a finales de este mes para entrevistarse con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Sin embargo, figuras de la oposición surcoreana han denunciado la presunta vigilancia estadounidense de funcionarios del gobierno como una violación de la soberanía nacional del país.
Al ser preguntado directamente por Corea del Sur, Patel, del Departamento de Estado, subrayó que el compromiso de Estados Unidos con Corea del Sur era «férreo».
«Son uno de nuestros socios más importantes en la región», afirmó.
Estados Unidos, añadió, estaba «comprometiéndose a altos niveles con nuestros aliados y socios (…) para tranquilizarles en lo que se refiere a nuestro compromiso de salvaguardar la inteligencia y los documentos sensibles, así como para garantizar nuestro compromiso con la seguridad de las asociaciones que mantenemos con estos países».
Mientras tanto, las relaciones de Estados Unidos con Israel, considerado desde hace tiempo un aliado clave en Oriente Medio, también pueden haberse visto afectadas por las filtraciones.
Un documento filtrado parece sugerir que las protestas en curso contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fueron alentadas por la agencia de inteligencia israelí Mossad, una afirmación rotundamente negada por la oficina de Netanyahu.
Cuando se le preguntó si las filtraciones podrían afectar negativamente a las relaciones entre Estados Unidos e Israel, Patel hizo hincapié en la «profunda asociación» entre ambos países.
Pero se negó a dar detalles sobre las «conversaciones privadas» en curso entre Estados Unidos y sus aliados, salvo para decir que se estaban produciendo «al más alto nivel».
¿Más por venir?
Las filtraciones también parecen haber atrapado a Egipto, otro aliado de larga data de Estados Unidos.
El 10 de abril, el Washington Post reportó que, según un documento filtrado, el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi había ordenado la producción de 40,000 cohetes para ser entregados encubiertamente a Rusia.
El documento, con fecha del 17 de febrero, afirma además que Al-Sisi ordenó a los oficiales militares mantener el plan en secreto «para evitar problemas con Occidente».
Después de que el Washington Post publicó el reportaje, la agencia de noticias estatal egipcia Al-Ahram citó a una fuente del gobierno diciendo que las afirmaciones no tenían «ninguna base en la verdad».
«Egipto sigue una política equilibrada con todas las partes internacionales, siendo la paz, la estabilidad y el desarrollo los principales determinantes de esta política», dijo el funcionario citado por Al-Ahram.
Moscú también negó la acusación, que el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, describió como «la última patraña».
«Es algo de lo que nos hemos ocupado mucho últimamente», dijo.
Mientras tanto, las autoridades estadounidenses se preparan para la posibilidad de que aparezcan más documentos secretos en Internet.
«No sabemos quién está detrás de esto. No sabemos cuál es el motivo», declaró a la prensa el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, el 10 de abril.
Y añadió: «No sabemos qué más puede haber ahí fuera».
Con información de Reuters.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.