Tian Yuxi, una mujer de 24 años, fue al Hospital Unión de Wuhan, el 16 de enero. Ella contrajo COVID-19 mientras estaba en el hospital y murió el 6 de febrero.
La madre de Tian, Yang Min, salió a la calle el 11 de mayo para defender los derechos de su hija. Llevando un gran cartel que decía «injusticia» en su espalda, Yang fue a la oficina municipal de quejas para presentar una demanda. Ella llevaba el retrato de su hija y dos carteles de cartón que decían: «El gobierno oculta la verdad sobre la epidemia» y «Devuélvanme a mi hija». Cuatro hombres no identificados la detuvieron y la arrastraron.
Yang le dijo a Epoch Times que tenía tres exigencias:
1. Investigar la responsabilidad legal y los crímenes contra la humanidad cometidos por funcionarios de todo nivel que encubrieron la epidemia, ocultaron la verdad y que se disculpen públicamente con las familias de todas las víctimas.
2. Compensar la pérdida económica y espiritual de mi familia.
3. Me reservo el derecho de apelar a los medios de comunicación para explicar la necesidad de que se aplique la ley.
«Si hubiéramos sabido de este virus, no habríamos ido al hospital y mi hija no hubiera muerto», expresó Yang.
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