En una victoria de las fuerzas de lo políticamente correcto, la escuela de pregrado de la Universidad de Yale dejará de impartir un curso de introducción a la historia del arte, ampliamente aclamado, porque los artistas estudiados son «abrumadoramente blancos, heterosexuales, europeos y hombres».
La medida va en contra de los consejos de la National Association of Scholars, un grupo que desafía la corrección política en el mundo académico.
«Todos los que se preocupan por la historia del pensamiento deberían estudiar la historia de la civilización occidental, sus logros y fracasos, y su legado artístico y cultural. La política estatal y federal debería alentar a los estudiantes de escuelas primarias y a los universitarios a estudiar Occidente, incluyendo cómo sus ideales de libertad apuntalan la estructura de nuestra república».
Bajo la presión de los activistas en 2017, Yale abandonó su requisito de que las carreras de inglés estudiaran las obras de William Shakespeare y Geoffrey Chaucer, dos clásicos de la literatura inglesa, según informó en su momento The College Fix. La medida se tomó después de que circuló una petición que pedía a Yale que «descolonizara el departamento de inglés», alejándose del estudio de escritores masculinos blancos.
El proceso puso ahora en su punto de mira a la «Introducción a la Historia del Arte: del Renacimiento hasta el presente», que en su momento fue impartido por el legendario historiador de arte estadounidense Vincent Scully, y fue considerado como «una de las clases por excelencia de la Universidad de Yale», informa The Yale Daily News.
Pero el malestar de los estudiantes «por un ‘canon’ occidental idealizado, producto de un cuadro de artistas abrumadoramente blanco, heterosexual, europeo y masculino», obligó a cancelar el curso. Maria Bass, directora de estudios de pregrado en la Universidad de Yale, dijo que los cursos de introducción deberían ser «diseñados en reconocimiento de una verdad esencial: que nunca ha habido una sola historia de la historia del arte», según The Daily Wire.
De manera similar, el presidente del departamento de Historia del Arte e instructor del curso, Tim Barringer, dijo que hay más en la historia del arte que en la del arte occidental. Cuando hay tantas otras regiones, tradiciones y géneros que mirar, todos los cuales «merecen igualmente ser estudiados», colocar el arte europeo en un pedestal es «problemático», dijo.
«Creo que cada objeto que discuto en [el curso] (…) tiene un profundo valor cultural», dijo Barringer al periódico estudiantil. Quiero que todos los estudiantes de Yale (…) tengan acceso y se sientan seguros analizando y disfrutando de las obras principales de la tradición occidental. Pero no confundo una historia de la pintura europea con la historia de todo el arte en todos los lugares».
En el futuro, se hará hincapié en «cuestiones de género, clase y ‘raza'», y en la conexión del arte con el capitalismo occidental y el cambio climático, escribió Barringer en un programa de estudios en Internet.
El departamento de Barringer planea reemplazar el curso con una multitud de otras ofertas de cursos que desestiman las contribuciones de la civilización occidental, como «Arte y política», «Artesanía global», «La Ruta de la Seda» y «Lugares sagrados».
Le dijo al periódico estudiantil que en dos o tres años el departamento ofrecerá un nuevo curso de «Introducción a la historia del arte», pero «será un curso de igual categoría que los otros cursos de 100 niveles, no la introducción a nuestra disciplina que dice ser la corriente principal, poniendo todo lo demás al margen».
No a todos los estudiantes de Yale les gusta el cambio.
«Mi mayor crítica a la decisión es que es un perjuicio para los estudiantes universitarios», dijo el estudiante universitario Mahlon Sorensen según el periódico.
«Si te deshaces de ese único curso que lo abarca todo, entonces para entender el canon occidental del arte los estudiantes van a tener que tomar múltiples cursos de historia del arte. Lo cual está muy bien para la carrera de historia del arte, pero es un asco para el resto de nosotros, que, yo diría, somos la gran mayoría de la gente que está tomando [el curso]».
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