La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, cedió ante las reacciones a una controvertida propuesta de los demócratas que le habría permitido al IRS obtener información de cualquier cuenta bancaria estadounidense con más de 600 dólares de actividad en un año.
La medida inicialmente salió a la luz como parte del proyecto de ley de reconciliación de los demócratas de USD 3,5 billones. Tratando de evitar las preocupaciones de los moderados, los líderes demócratas y los legisladores de base han promocionado desesperadamente el proyecto de ley diciendo que no tendrá un efecto sustancial en el déficit o en la deuda nacional.
Una propuesta para lograr ese fin era la medida del IRS. A pesar del rechazo inmediato, la presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.) y Yellen defendieron firmemente la reforma planificada del IRS.
Yellen, expresidente de la Reserva Federal que tomó el control del Tesoro en enero, dijo que la medida estaba diseñada para apuntar a los estadounidenses ricos que ocultan ingresos al IRS. Debido a la medida, Yellen dijo que el IRS podrá cobrar más impuestos a los ricos y cerrar la «brecha fiscal».
“Tenemos una brecha fiscal que para la próxima década se estima en USD 7 billones, es decir, un déficit en la cantidad que recauda el IRS debido a que las personas no informan los ingresos que han ganado”, dijo Yellen.
Ahora, Yellen ha cambiado algo su opinión, apoyando un aumento en el umbral de informes de USD 600 a USD 10,000.
Aunque sigue apoyando el amplio objetivo de cerrar la llamada «brecha fiscal», cedió en aspectos clave del programa.
“Bajo el sistema actual, los trabajadores estadounidenses pagan prácticamente todas sus facturas de impuestos, mientras que muchos de los que más ganan evitan pagar miles de millones en los impuestos que deben al explotar el sistema”, dijo. «En el centro del problema está una discrepancia en las formas en que los tipos de ingresos se informan al IRS: las fuentes de ingresos opacas con frecuencia evitan el escrutinio, mientras que los salarios y los beneficios federales generalmente están sujetos a un cumplimiento casi total».
«Este sistema tributario de dos niveles es injusto y priva al país de recursos para financiar las prioridades básicas».
Sin embargo, respondiendo a los reclamos que indicaban que el programa se enfocaría en estadounidenses de clase media y de bajos ingresos, Yellen anunció varios cambios a la medida original.
En primer lugar, el umbral de presentación de informes se elevará a USD 10,000, abordando una preocupación clave de los críticos que consideraron que USD 600 son demasiado bajos para merecer la indagación del IRS.
Yellen también anunció una «exención» de la medida «para los asalariados como maestros y bomberos». Aún no está claro si esta exención se extenderá a otros asalariados de clase media en el sector privado.
Yellen aplaudió estas nuevas propuestas para «proteger a los trabajadores estadounidenses».
«La nueva propuesta refleja la firme creencia de la Administración de que debemos concentrarnos en aquellos en la parte superior de la escala de ingresos que no pagan los impuestos que deben», dijo Yellen.
Concluyó diciendo: «Continuaremos trabajando con los líderes del Congreso para promulgar esta importante medida para nivelar el campo de juego para los trabajadores y las pequeñas empresas, y aumentar los ingresos para reconstruir mejor nuestra economía».
Los republicanos han criticado la propuesta desde que se hizo pública.
El líder de la minoría de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy (R-Calif.) dijo: «Este programa de vigilancia cruza una línea», y lo calificó como «antiestadounidense».
El líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.), dijo que los demócratas «quieren financiar su juerga de gastos tratando de manera efectiva a todos los estadounidenses comunes como si estuvieran bajo una auditoría del IRS».
«Debo haber olvidado cuando el presidente hizo campaña sobre dar a todo el mundo su propia auditoría», bromeó McConnell.
El senador Tommy Tuberville (R-Ala.) denunció el plan en un comunicado diciendo que era «[una] violación a la libertad de cada estadounidense… que valora su privacidad financiera».
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