La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, anunció el lunes una serie de «medidas extraordinarias» que el departamento está tomando para dar al gobierno federal más espacio para gastar bajo un límite de deuda reimpuesto.
Yellen detalló las maniobras de emergencia —principalmente la pausa de las inversiones en ciertos fondos de pensiones de empleados públicos— en una carta del 2 de agosto dirigida a los líderes del Congreso, que se produjo al expirar una suspensión de dos años del techo de la deuda federal.
La reimposición del límite de endeudamiento pone un tope a la deuda federal a un nivel actual de alrededor de 28.5 billones de dólares, restringiendo la capacidad del gobierno para obtener fondos adicionales mediante la venta de títulos públicos. El límite restablecido obligó a Yellen, al igual que a sus predecesores en administraciones anteriores, a recurrir a medidas de emergencia para que el Tesoro pueda seguir cumpliendo con las obligaciones de la deuda federal.
En la carta, Yellen dijo que estaba suspendiendo las inversiones en el Fondo de Jubilación y Discapacidad de la Administración Pública y en el Fondo de Prestaciones Sanitarias para Jubilados del Servicio Postal, que no se requieren de inmediato para hacer los pagos a los beneficiarios. También dijo que las medidas extraordinarias implicarían la suspensión de las reinversiones diarias en el «Fondo G» de jubilación federal y que todas las medidas de emergencia entrarían en vigor el lunes.
Los jubilados y empleados federales no se verán afectados por las medidas y, una vez que se aumente o se suspenda el límite de la deuda, todos los fondos afectados se recuperarán, dijo Yellen.
La Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) estimó que las medidas de emergencia permitirían recuperar más de 340,000 millones de dólares en capacidad de endeudamiento bajo el recién reimpuesto límite de deuda, con la mayor parte —casi 300,000 millones— por la suspensión de la reinversión del «Fondo G».
Según la CBO, estas medidas combinadas con el actual saldo de caja del Tesoro, de unos 450,000 millones de dólares, permitirían al Gobierno evitar quedar en impago hasta octubre o noviembre, mientras se desarrolla una lucha partidista sobre una nueva suspensión o aumento del límite de la deuda.
«Insto respetuosamente al Congreso a que proteja la plena fe y el crédito de Estados Unidos actuando lo antes posible», dijo Yellen en su carta, renovando sus llamados a los legisladores para que amplíen la capacidad del gobierno de pedir más dinero prestado.
En junio, Yellen suplicó a los representantes del Congreso en una audiencia de la subcomisión de Asignaciones del Senado que eleven el tope legal de lo que puede deber el gobierno, advirtiendo que si no acceden, podrían haber «consecuencias económicas absolutamente catastróficas».
Elevar el límite de la deuda requeriría el apoyo de al menos 10 republicanos del Senado para superar el filibusterismo. Algunos senadores del GOP dijeron que es poco probable que su grupo apoye el aumento del límite a menos que se adopten algunas medidas de reforma del gasto.
Los republicanos se han manifestado en contra de las grandes propuestas de gasto de la administración Biden, cuyo proyecto de presupuesto para el año fiscal 2022 asciende a unos 6 billones de dólares.
Un enfrentamiento sobre el aumento del límite de la deuda en 2011 dio lugar a la primera rebaja de la calificación de los bonos AAA del gobierno federal por parte de la empresa de calificación Standard & Poor’s.
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