El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, condenó la falta de respuesta de los aliados occidentales después de que Rusia desplegara tropas norcoreanas para luchar en la guerra de Ucrania.
Zelenski afirmó que los primeros miles de soldados norcoreanos ya fueron trasladados a campamentos rusos no lejos de la frontera ucraniana. Su despliegue significa que los ucranianos se verán «obligados a defenderse de ellos», según una declaración publicada el 1 de noviembre en su sitio web oficial,
El presidente dijo que Ucrania podría atacar «preventivamente» a los soldados recién desplegados si tuviera acceso a armas con suficiente capacidad y alcance.
«Sin embargo, en lugar de proporcionar las tan necesarias capacidades de largo alcance, Estados Unidos está mirando, Gran Bretaña está mirando, Alemania está mirando», dijo el líder ucraniano en la declaración. «Todo el mundo está esperando a que los militares norcoreanos empiecen a apuntar a los ucranianos».
The Epoch Times se puso en contacto con la Casa Blanca para recibir comentarios.
Zelenski hizo estos comentarios pocos días después de que los funcionarios estadounidenses dijeran que hasta 8000 soldados norcoreanos fueron desplegados en la región occidental rusa de Kursk y que probablemente empezarían a combatir junto a las fuerzas rusas en los próximos días.
En total, unos 10,000 soldados norcoreanos llegaron a la ciudad portuaria rusa de Vladivostok, en el Extremo Oriente, en las últimas semanas, dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en una conferencia de prensa el 31 de octubre.
Las tropas podrán ayudar a las fuerzas rusas en operaciones de artillería y drones, dijo Blinken. Anteriormente, el Departamento de Defensa de EE. UU. indicó que los soldados norcoreanos probablemente serían empleados principalmente en un papel de infantería.
«Si estas tropas entraran en combate, o en operaciones de apoyo al combate contra Ucrania, se convertirían en objetivos militares legítimos», dijo Blinken, señalando que el gobierno de EE. UU. está monitoreando activamente la situación.
En una reciente rueda de prensa, el presidente ruso, Vladimir Putin, no negó haber reclutado tropas norcoreanas para ayudar en la invasión de la vecina Ucrania.
Corea del Norte negó inicialmente su implicación, pero desde entonces ha defendido que la decisión se ajusta a su interpretación del derecho internacional.
Durante la conferencia de prensa del 31 de octubre, Blinken y Austin también reiteraron sus llamados a China para que ejerza presión sobre sus socios diplomáticos en Rusia y Corea del Norte a fin de evitar una escalada en la guerra de Ucrania.
China debería dar un paso adelante, dice Zelenski
Zelenski también pidió a China, a la que calificó de «observadora», que intervenga más tras el despliegue de las tropas norcoreanas.
«Conocemos toda la logística entre Rusia y Corea del Norte, que ayuda a la agresión rusa, y esta logística debe ser bloqueada», dijo el presidente. «Depende, entre otras cosas, de los poderosos estados asiáticos. Depende de China, que con frecuencia habla de poner fin a la guerra. Sin embargo, sigue siendo un observador, y mientras se pronuncian estas palabras, los soldados norcoreanos se dirigen al frente».
El líder ucraniano concluyó su declaración instando a los aliados de su país a «hacer algo más que observar».
«Debemos actuar. Las palabras sobre lo inaceptable de la escalada y expansión de la guerra deben ir acompañadas de hechos», dijo a continuación. «La implicación de Corea del Norte en esta guerra en Europa es una amenaza para el mundo entero. Una amenaza que debe detenerse».
Corea del Norte lanzó recientemente un misil balístico intercontinental (ICBM) por primera vez en casi un año, desatando la condena de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón.
Según el gobierno surcoreano, el lanzamiento del 31 de octubre fue la prueba de misil balístico más larga jamás realizada por Corea del Norte, con un tiempo de vuelo de 87 minutos.
En una declaración, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Sean Savett, dijo que aunque la prueba de misiles no representaba ninguna amenaza para el personal de EE.UU., el país o sus aliados, el lanzamiento marcó «una violación flagrante» de varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y «eleva innecesariamente las tensiones y corre el riesgo de desestabilizar la situación de seguridad en la región».
La última vez que Corea del Norte probó un misil balístico intercontinental fue en diciembre de 2023, cuando lanzó un Hwasong-18.
Con la contribución de Ryan Morgan y Stephen Katte e información de Reuters.
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