Hay un viejo dicho chino que dice: «Cuando en medio de un conflicto controles tu temperamento, evitarás una tempestad. Cuando des un paso atrás, encontrarás un mar y un cielo sin límites».
Este dicho fue ilustrado por Zhai Fangjin, quien vivió en los tiempos finales de la dinastía Han Occidental, hace más de 2000 años.
La ciudad de Zhai estaba en el condado de Shanghai, provincia de Henan. El condado conserva el mismo nombre hasta el día de hoy pero, desafortunadamente, este antiguo lugar ahora es conocido por sus aldeas del SIDA.
Zhai quedó huérfano de padre desde muy joven. Sin embargo era muy diligente, y cuando ya era adolescente fue a estudiar a la ciudad capital, Chang’an (actual ciudad de Xi’an).
Compadeciéndose con él por ser demasiado joven, su madrastra lo acompañó a Chang’an, donde elaboraba zapatos a mano para apoyar sus estudios.
A Zhai le gustaba estudiar los Anales de Primavera y Otoño, una antigua crónica china incluida entre los Cinco Clásicos de la literatura china.
Con más de diez años de arduo estudio, avanzó enormemente en su conocimiento obteniendo la nota más alta en arquería y designado como asesor a los 20 años.
Zhai era riguroso en su estudio de los clásicos. Gradualmente ganó prestigio entre los eruditos de la capital y tuvo más y más estudiantes.
Un erudito mayor, Hu Chang, también estudiaba los clásicos y tenía una posición más alta que Zhai. A pesar de que había comenzado antes que Zhai, su prestigio era inferior al de él, por lo que estaba celoso de sus talentos y mostraba falta de respeto cuando se refería a él.
Zhai no contraatacó cuando se enteró de ésto. En cambio, se comportó humildemente. Cuando Hu congregaba estudiantes para dar lecciones, Zhai enviaba a sus estudiantes para hacerle consultas de la forma más sincera, tomando nota seriamente. Esto continuó por bastante tiempo.
Luego, cuando Hu supo que la modestia de Zhai era para mostrarle respeto, se sintió muy avergonzado. Luego de eso, dejó de humillar a Zhai y, en cambio, comenzó a mostrar aprecio por él.
La sabiduría de Zhai en su intencional modestia convirtió a un adversario en un amigo.
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