Un niño británico de 5 años que nació con autismo nunca expresaba ninguna emoción ni pronunciaba una sola palabra hasta que sus padres, por una casualidad, le encontraron un mejor amigo de cuatro patas que lo acompañará toda la vida.
Los padres Hayley y Karsten Kirby-Bulner, de Andover, Hampshire, nunca tuvieron la intención de que Fern, un cocker spaniel, fuera el perro de su hijo Leon; simplemente sucedió. La pareja tiene un negocio de cetrería, y se suponía que el nuevo cachorro iba a hacer trabajos de limpieza con halcones.
Así fue hasta que Fern, en 2018, conoció por primera vez a Leon, que entonces tenía 2 años. Gracias a la perrita, el estado de reclusión del niño cambió repentinamente.
«La primera vez que que se reunieron, vimos la carita de Leon iluminarse, sonreía y se comprometía con la pequeña Fern», dijo Hayley a The Epoch Times. «Como padres, quedamos asombrados, ya que Leon no interactuaba, ni hablaba, ni mostraba ninguna emoción hasta ese momento».
Al ver el notable efecto que tuvo Fern en su hijo, en ese momento los padres supieron que habían perdido a su perro de cetrería; Fern sería de Leon.
Con la intención de fomentar esta relación especial y este cambio aparentemente milagroso en su hijo, los padres decidieron buscar un adiestrador para Fern que le permitiera ayudar a Leon.
«Le quita la ropa, le lleva los pañales, pone los objetos en la papelera, carga la lavadora, ordena los juguetes», dice Hayley. «Y fue entrenada para encontrarlo si se escapa».
Además, Leon, que antes era totalmente no verbal, empezó a hablar —y no solo un poco—.
«Antes de Fern, Leon no hablaba ni interactuaba, Fern aprendió señales de mano para que Leon pudiera controlarla, pero rápidamente cambió las señales de mano por palabras y ¡ahora parlotea sin parar!», dijo la mamá. «Prefiere los animales a las personas».
Leon también nació con una rara enfermedad cerebral llamada malformación de Chiari, que hace que la parte inferior de su cerebro presione el canal espinal, causándole dolores de cabeza crónicos con los que tiene dificultades para lidiar.
«Cuando sufre una cefalea de Chiari, se enfada mucho y se autolesiona, dándose golpes en la cabeza», explicó Hayley.
«Un simple viaje de compras al supermercado puede ser muy problemático, y cuando está sobrecargado, Leon empieza a golpearse la cabeza contra el suelo», añadió. «Fern bloqueará sus intentos y se pondrá debajo de su cabeza hasta que se calme».
«A Fern nunca le enseñaron a detener los golpes de cabeza de Leon, pero lo ha hecho instintivamente desde muy pequeña».
Fern también tiene un efecto calmante durante las crisis de Leon, se recuesta sobre él y aplica una presión profunda y calmante para aliviar sus nervios, o le da un codazo en la mano como distracción, animándole a que la acaricie.
Pero además, Leon encontró en Fern una amiga y una fuente de fortaleza.
«Fern le da a Leon confianza en situaciones en las que de otra manera le serían imposibles», dijo Hayley. Hacen todo juntos, desde ducharse hasta dormir o probar nuevos alimentos.
Los padres Kirby-Bulner están tan contentos que incluso crearon una organización de adiestramiento de perros llamada T.A.P. Assistance Dogs para ayudar a más familias con niños autistas. Recientemente tuvieron el placer de entregar un segundo cocker spaniel, Arlo, a una familia cuyo hijo autista necesitaba un amigo.
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