Funcionarios de Beijing sabían que el virus del PCCh, comúnmente conocido como el nuevo coronavirus, se estaba propagando entre la gente a fines de diciembre del año pasado, pero decidieron no anunciar públicamente el riesgo de contagio entre humanos hasta semanas después, según reveló un estudio científico recientemente publicado.
Tres investigadores, incluidos dos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, revelaron sus hallazgos en un estudio prepublicado, extrayendo sus datos principalmente del gobierno chino y la cobetura de la prensa. Llegaron a la conclusión de que Beijing postergó el anuncio público de que el virus era contagioso por al menos tres semanas antes de finalmente hacerlo el 20 de enero.
«Había evidencia convincente de transmisión de persona a persona, incluida la presentación clínica de grupos de pacientes y resultados de secuenciación viral», escribieron los investigadores en su artículo, que aún no ha sido revisado por pares.
Los grupos iniciales de pacientes incluyeron una pareja de ancianos que quedaron internados en el Hospital Xinhua de Wuhan el 27 de diciembre de 2019 por tener fiebre y tos, según un artículo publicado en el sitio web oficial de la comisión de salud de la provincia de Hubei, cuya capital es Wuhan. Se realizaron tomografías computarizadas (CT) de la pareja y su hijo y los tres exhibieron signos similares, que eran diferentes de la neumonía típica.
«Este grupo familiar demostró una pista obvia de ‘transmisión de humano a humano'», declararon los investigadores.
Una médica que monitoreaba el caso de la familia reportó los resultados de la tomografía computarizada a los directivos del hospital. Dos días después, el 29 de diciembre, Xia Wenguang, vicepresidente del Hospital Xinhua, reportó un total de siete casos similares, incluidos la pareja de ancianos y su hijo, a las comisiones de salud y a los Centros para el Control de Enfermedades de la ciudad y la provincia.
Otro grupo involucró a una madre y su hijo, que se encontraban entre los cuatro casos similares de neumonía reportados por el Hospital Central de Wuhan a las autoridades de salud locales el 29 de diciembre, según el estudio de investigación, citando un artículo de la prensa china. Los investigadores declararon que el caso de madre e hijo era «otro ejemplo de transmisión de persona a persona».
Un día después, el 30 de diciembre, una médica no identificada del Hospital Xinhua reportó síntomas de neumonía, según los investigadores, sin citar una fuente.
Los investigadores también revisaron la secuencia genética temprana del virus.
El 27 de diciembre, Vision Medicals, una compañía con sede en la ciudad de Guangzhou, en el sur de China, informó al Hospital Central de Wuhan que la secuenciación genética de un paciente no identificado en el hospital reveló un coronavirus «similar al SARS».
La pandemia de SARS de 2002 y 2003 infectó a 2769 personas y mató a 425 fuera de China continental, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los expertos dicen que las cifras dentro de China son probablemente mucho más altas que las informadas oficialmente.
Después de que Beijing CapitalBio MedLab realizó un estudio de la secuencia genética en muestras de un paciente de apellido Chen en el Hospital Central de Wuhan, el 30 de diciembre el laboratorio determinó que el virus era «altamente sospechoso de SARS», según el artículo.
El 11 de enero, la Comisión de Salud de Wuhan informó en su sitio web que «no había encontrado evidencia clara de transmisión de persona a persona» del virus.
Los investigadores también calcularon el número de reproducción del virus (R0) durante el brote inicial en Wuhan en base a datos de otros artículos científicos, artículos de prensa y autoridades chinas del 1 de diciembre al 8 de enero. Estimaron que el R0 era 3.12.
En otras palabras, cada persona infectada estaba transmitiendo el virus a 3.12 personas en promedio. En comparación, la gripe estacional tiene un R0 de aproximadamente 1.3, mientras que el sarampión, una enfermedad muy contagiosa, tiene un R0 de más de 12.
El 23 de enero, la Organización Mundial de la Salud escribió que la tasa de transmisión de persona a persona (R0) en China se estimaba entre 1.4 y 2.5.
Utilizando su R0 estimado y otras variables, incluida una duración de incubación aproximada de 5.2 días para el virus (calculado según los primeros casos confirmados en Wuhan), los investigadores estimaron que había 239,875 personas infectadas en Wuhan el 23 de enero, el día que las autoridades de la ciudad pusieron a Wuhan en confinamiento.
Los investigadores argumentaron que si las autoridades chinas hubieran impuesto medidas para detener la propagación del virus el 2 de enero, el número de personas infectadas hubiese disminuido dramáticamente de 239,875 a 10,989.
«Sin el retraso de tres semanas, la mayor crisis de salud pública de este siglo podría haberse evitado o controlado a un grado mucho mayor», concluyeron los investigadores.
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