La cantidad de trabajadores estadounidenses que buscaron beneficios por desempleo la semana pasada aumentó a 742,000, el primer aumento en cinco semanas y una señal de que el incremento de los contagios puede estar obligando a más empresas a recortar empleos.
El Departamento de Trabajo dijo en un informe del 19 de noviembre (pdf) que la cantidad de personas que solicitaron beneficios estatales por desempleo la semana pasada aumentó en 31,000 personas, desde el nivel revisado de la semana anterior de 711,000.
Marzo tuvo un récord de 6,9 millones de solicitudes de desempleo durante el pico de los bloqueos impuestos para frenar la propagación del virus del PCCh (Partido Comunista Chino). Si bien el número de personas que solicitaron beneficios por desempleo se redujo drásticamente en el mes o dos meses que siguieron, el ritmo de recuperación se ha desacelerado constantemente desde entonces, y las solicitudes semanales de desempleo se mantuvieron por encima de las 700,000 durante meses. Antes de la pandemia, las solicitudes rondaban las 225,000 por semana.
El analista económico senior de Bankrate.com, Mark Hamrick, dijo en un comunicado a The Epoch Times: “35 semanas, esencialmente ocho meses, desde que comenzó la recesión, la pandemia continúa y con ella, el costo combinado de salud, vidas y economía».
Las nuevas infecciones diarias han aumentado a sus niveles más altos hasta ahora en Estados Unidos, y se culpa al virus por más de 246,000 muertes y más de 11 millones de infecciones confirmadas.
La frágil recuperación económica parece correr un mayor riesgo, con incertidumbre en torno a unas elecciones impugnadas, escasas perspectivas de un paquete de estímulo económico a corto plazo y nuevas restricciones relacionadas con el virus que, probablemente, afectarán la confianza y el gasto de los consumidores.
“Después de una fuerte recuperación tras la abrupta desaceleración de marzo y abril, la economía enfrenta un mayor riesgo mientras esperamos la entrega de vacunas que, se supone, sean efectivas”, dijo Hamrick.
Hasta la fecha, se ha informado que dos vacunas COVID-19 tienen una efectividad superior al 90 por ciento, una de Moderna y la otra de Pfizer, y ambas compañías solicitaron una autorización de uso de emergencia que podría hacerlas disponibles en unas semanas.
Existe evidencia de que la confianza del consumidor se está debilitando, con una encuesta de la Universidad de Michigan que muestra una caída del 5.9 por ciento en la confianza del consumidor de octubre a noviembre, y una disminución del 10 por ciento en las expectativas futuras.
“El resultado de las elecciones presidenciales, así como el resurgimiento de las infecciones y muertes por COVID fueron responsables de la disminución [de la confianza] a principios de noviembre”, escribió Richard Curtin, economista jefe de Surveys of Consumers en la Universidad de Michigan.
Curtin agregó que las entrevistas postelectorales mostraron un «cambio negativo sustancial» en las expectativas futuras entre los republicanos y ninguna ganancia entre los demócratas.
Los estados y ciudades principalmente liderados por demócratas en Estados Unidos están aumentando las restricciones en medio del resurgimiento del virus, mientras que los líderes republicanos, en su mayor parte, están tomando medidas graduales a la par que continúan enfatizando la superioridad de la responsabilidad personal por sobre las restricciones del gobierno.
Al menos 15 estados han endurecido las restricciones a las empresas para tratar de frenar las infecciones, emitiendo ordenes para el uso de máscaras, limitando el tamaño de las reuniones, restringiendo las comidas en restaurantes, cerrando gimnasios o reduciendo el horario y la capacidad de bares, tiendas y otros negocios.
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