Parte 4 – El PCCh es una fuerza que se opone al universo

16 de abril de 2015 9:33 AM Actualizado: 27 de mayo de 2019 6:40 PM

Prólogo

El pueblo chino le da mucha importancia al “Dao”, o el Camino. En tiempos antiguos, un emperador brutal era visto como “un soberano decadente que carece de Dao”. Si un comportamiento no se ajustaba a los estándares de moralidad —idea que en chino denotan dos ideogramas, Dao De, que significan “Dao” y “virtud”—, se decía que “no seguía el principio del Dao”. Hasta los campesinos en armas desplegaban banderas que proclamaban “encuentren el Dao en nombre del cielo”. Lao Zi1 dijo: “Hay algo misterioso y completo, que existe desde antes que el cielo y la tierra. Silencioso, sin forma, cabal e inmutable. Morador eterno de la perfección, omnipresente, es la madre de todas las cosas. No sé su nombre; lo llamo el Camino”. Estas palabras sugieren que el mundo está formado de Dao.

En los últimos cien años, la repentina invasión del espectro comunista ha creado una fuerza que se opone a la naturaleza y a la humanidad, y causa ilimitado sufrimiento y tragedia. Este espectro llevó a la civilización al borde de la destrucción; cometió toda suerte de atrocidades que violan el Dao y enfrentan al cielo y la tierra, y así se ha vuelto una fuerza de maldad extrema contra el universo.

“El hombre sigue a la tierra, la tierra sigue al cielo, el cielo sigue al Dao, y el Dao sigue lo que es natural”.2 Desde la antigüedad, los chinos creían en fusionarse, armonizarse y coexistir con el cielo. La humanidad se integra con el cielo y la tierra, y existe en mutua dependencia con ellos. El Dao del universo no cambia. El universo marcha de acuerdo con el Dao en un orden natural. La tierra sigue los cambios del cielo; así, tiene cuatro estaciones. Al seguir el orden natural del cielo y la tierra, la humanidad disfruta de una vida de gratitud y bendiciones. Esto se percibe en la expresión “sincronización de los fenómenos celestiales, la situación favorable de la tierra y la armonía entre la gente”.3 Según el pensamiento chino, la astronomía, la geografía, el calendario, la medicina, la literatura y hasta las estructuras sociales siguen este principio.

Sin embargo, el Partido Comunista fomenta la idea de que “el hombre debe vencer definitivamente al Cielo” y la “filosofía de la lucha”, posturas que desafían al cielo, la tierra y la naturaleza. Mao Zedong dijo: “Hay infinita dicha en luchar contra el cielo; hay infinita dicha en luchar contra la tierra; hay infinita dicha en luchar contra la humanidad”. Quizás el Partido Comunista sintió verdadero placer con estas luchas, pero el pueblo las pagó con sufrimientos terribles.

I. La lucha contra el ser humano y la destrucción de la naturaleza humana

Confundir el bien y el mal conduce al exterminio de la humanidad

El ser humano se debe primero a su naturaleza y después a la sociedad. “Cuando nacen, los hombres son naturalmente buenos”,4 “todas las personas tienen un corazón compasivo”,3 son conceptos que guían al hombre desde su nacimiento, que le permiten diferenciar lo correcto de lo incorrecto, lo bueno de lo malo. En contraste, para el Partido Comunista chino, el hombre es un animal o incluso una máquina; la burguesía y el proletariado son sólo fuerzas materiales.

La meta del PCCh es manipular al hombre y transformarlo gradualmente en un rufián revolucionario y violento. Marx decía: “Las fuerzas materiales sólo pueden ser derrocadas por fuerzas materiales”; “la teoría también se convierte en una fuerza material cuando se apodera de las masas”.5 Él creía que la historia humana toda no es más que la evolución continua de la naturaleza humana, y que la naturaleza humana es de hecho la naturaleza de clase; también sostenía que no hay nada innato ni inherente sino que todo es producto del entorno. Marx aseveraba que el ser humano es un “ser social” y discrepaba con el “hombre natural” postulado por Feuerbach. Lenin pensaba que el marxismo no puede generarse naturalmente en el proletariado, sino que debe inculcarse desde afuera. Lenin hizo su mejor intento pero no pudo explicar cómo los trabajadores cambiarían la lucha económica por la lucha política para tomar el poder. Así que centró sus esperanzas en la “teoría de los reflejos condicionados” expuesta por el ganador del Premio Nóbel Iván Petrovich Pavlov. Lenin argumentó que esta teoría “tiene una importancia decisiva para el proletariado de todo el mundo”. Trotski6 incluso pensaba infructuosamente que el reflejo condicionado no sólo cambiaría a la persona desde lo psicológico sino también desde lo físico. Al igual que un perro se babea cuando oye sonar la campana, los soldados se lanzarían con valor al frente cuando oyeran el sonido de los disparos, y entregarían su vida al Partido Comunista.

Desde tiempos antiguos, el hombre creyó que con el esfuerzo llega la recompensa, y que a través del trabajo sacrificado se obtiene una vida próspera. La gente tiende a despreciar la indolencia y a ver el cosechar beneficios sin esfuerzo como inmoral. Sin embargo, cuando el comunismo se esparció por toda China como una plaga, alentó a la lacra social y los holgazanes a repartirse la tierra, robar propiedades privadas, tiranizar a hombres y mujeres, todo lo cual se realizó al amparo de la ley.

Todo el mundo sabe que es bueno respetar a los mayores y cuidar a los jóvenes, y que desatender a los ancianos y los maestros es algo malo. La antigua educación confucionista se dividía en dos: Xiao Xue (Pequeño Aprendizaje) y Da Xue (Gran Aprendizaje). La educación Xiao Xue, destinada a los menores de quince años, se enfocaba en los modales: higiene personal, comportamiento social, modo de expresarse, etc. La educación Da Xue enfatizaba la virtud y la adquisición del Dao. Durante las campañas impulsadas por el PCCh para criticar a Lin Biao,7 Confucio y el respeto por los maestros, el Partido barrió con los valores morales de las generaciones jóvenes.

Un antiguo proverbio chino reza: “Un día como mi maestro, y lo respetaré para siempre como a mi padre”.

El 5 de agosto de 1966, Bian Zhongyun, una profesora de la Escuela Secundaria de Mujeres de la Universidad Normal de Beijing, fue paseada por sus alumnas por la calle con un sombrero de penitencia en la cabeza golpeando un cesto de basura, la ropa manchada con tinta negra y una pizarra negra colgada del cuello. La hicieron arrodillar en el suelo, la golpearon con palos de madera con clavos adheridos y la quemaron con agua hirviendo. Siguieron torturándola hasta su muerte.

Estudiantes de la Escuela Secundaria de la Universidad de Beijing obligaron a la rectora a golpearse contra un lavatorio roto al grito de “Soy un mal elemento”. Le cortaron el cabello para humillarla y le golpearon la cabeza hasta sacarle sangre a chorros, mientras la hacían gatear por el suelo. Todos piensan que ser limpio es bueno y estar sucio no. No obstante, el PCCh alienta a la gente a “embarrarse todo el cuerpo y llenarse las manos de callos” y ve como positivo “que las manos estén negras de suciedad y los pies impregnados de estiércol de vaca”. La gente así es vista como la más revolucionaria y puede estudiar en las universidades, ser miembro del Partido, ascender y, tal vez, alcanzar la cúpula partidaria.

La humanidad ha progresado gracias al avance del conocimiento, pero bajo el régimen del PCCh, adquirir conocimiento se convirtió en algo malo. Los intelectuales cayeron en la “apestosa novena categoría”, la más baja en la escala. Se les dijo a los intelectuales que debían aprender de los analfabetos, y reeducarse con los campesinos pobres para reformarse y comenzar una vida nueva. En la reeducación de los intelectuales, los profesores de la Universidad de Qinghua fueron desterrados y enviados a la isla de Carpa, en Nanchang, provincia de Jiangxi. En esta área, la esquistosomiasis8 era una enfermedad tan común, que incluso tuvieron que mudar los campos de trabajo forzoso ubicados allí. Los profesores se infectaron apenas tocaron el agua del río y contrajeron cirrosis; con lo que quedaron incapacitados para trabajar y vivir.

Bajo la instigación del entonces primer ministro chino, Zhou Enlai, el Khmer Rouge (Partido Comunista de Camboya) llevó a cabo la más despiadada persecución de intelectuales. Las personas que apoyaban el pensamiento independiente debían ser reformadas y aniquiladas física y espiritualmente. Entre 1975 y 1978, se asesinó a un cuarto de la población de Camboya; algunos encontraron la muerte sólo por las marcas de los anteojos en su rostro.

Luego de la victoria en 1975del Partido Comunista de Camboya, Pol Pot comenzó a sentar las bases del socialismo moderno: “un paraíso de la sociedad humana”, una sociedad sin clases, sin diferencias urbanas o rurales, sin moneda ni transacciones comerciales. Al final, se disolvió la estructura familiar y se la reemplazó con equipos de trabajo masculinos y femeninos. Se los obligaba a trabajar y comer juntos, y usar el mismo uniforme negro revolucionario o militar. Los cónyuges sólo se podían encontrar una vez por semana con autorización.

El Partido Comunista proclama no temer al cielo ni a la tierra, e intentó con arrogancia reformar el cielo y la tierra. Una muestra de completo desprecio por los elementos y las fuerzas justas del universo. Cuando era estudiante en Hunan, Mao Zedong escribió:

“En todas las edades, las naciones han llevado adelante grandes revoluciones. Lo viejo se lava hasta desaparecer y las cosas se impregnan de lo nuevo; ocurren grandes cambios, que influyen sobre el proceso de nacimiento, muerte, formación y destrucción. Lo mismo sucede con la destrucción del universo. La destrucción, sin dudas, no es la destrucción final; lo que se extingue aquí nacerá allá. Yo deseo la destrucción, porque al destruir el viejo universo surgirá uno nuevo. ¡¿No será el nuevo universo mejor que el viejo?!”

El afecto es una emoción humana natural. El afecto entre esposos, padres e hijos, amigos y la sociedad en general es algo normal. A través de campañas políticas de todo tipo, el PCCh ha convertido al hombre en lobo, o tal vez en un animal más cruel que el tigre y el lobo. Un dicho antiguo dice: Aun los animales más feroces, como el tigre, no se comen a sus crías. Pero bajo el régimen del PCCh, se volvió habitual que padres e hijos o esposos y esposas se denuncien unos a otros, o que los vínculos familiares se corten por completo.

A mediados de los años sesenta, en una escuela primaria de Beijing, una maestra puso juntos por descuido los términos “socialismo” y “desapareció” mientras les dictaba a sus alumnos. Los alumnos informaron de este hecho a las autoridades de la escuela. Como consecuencia, la maestra empezó a recibir todos los días retos y bofetadas de sus alumnos. Su hija cortó su vínculo con ella. Cuando la situación social se agravaba, su hija criticaba en reuniones políticas la “nueva posición de su madre en la lucha de clase” de su madre cada vez que algo pasaba. En los años siguientes, la tarea de esta maestra consistió limpiar la escuela y los baños todos los días.

Las personas que vivieron la Revolución Cultural nunca podrán olvidar a Zhang Zhixin, encarcelada al criticar a Mao por su fracaso en el Gran Salto Adelante. Los policías de la prisión solían arrojarla desnuda y esposada a las celdas de hombres para que la violaran en grupo. Finalmente perdió la razón. Cuando iba a ser ejecutada, por temor a que gritara alguna consigna política, los guardias le prensaron la cabeza con un ladrillo y le cortaron las cuerdas vocales, sin usar anestesia.

En la persecución contra Falun Gong de años recientes, el PCCh continúa usando sus métodos para incitar al odio y la violencia.

El Partido Comunista suprime la virtud de la naturaleza humana y fomenta y apela al costado oscuro del individuo para consolidar su supremacía. En las sucesivas campañas, se utiliza el miedo para silenciar a las personas con conciencia. El Partido Comunista ha ido destruyendo sistemáticamente los valores morales, en un intento por desterrar los conceptos del bien y el mal, del honor y la vergüenza, naturales en los seres humanos durante milenios.

La maldad que trasciende la ley de generación e inhibición mutuas

Lao Zi dijo:

“Todos saben qué es lo bello porque existe lo feo; todos saben qué es lo bueno porque existe lo malo, y todos saben qué es la benevolencia porque existe la no benevolencia. Por lo tanto, tener y no tener surgen juntos. Difícil y fácil se complementan; largo y corto se contrastan; alto y bajo descansan uno sobre otro; voz y sonido armonizan entre sí, y adelante y atrás se siguen el uno al otro”.

En palabras simples, la ley de generación e inhibición mutuas existe en el mundo humano. Los humanos se dividen no sólo en personas buenas y malas, sino que lo bueno y lo malo coexisten en cada uno.

Dao Zhi, icono de bandido de la antigua China, les decía a sus seguidores: “Los bandidos también deben seguir el Dao”. Explicaba que un bandido también debe ser “honorable, valiente, equitativo, sabio y benevolente”. Es decir, ni siquiera los bandidos pueden hacer cualquier cosa; tienen que seguir ciertos códigos.

De la historia del PCCh se puede decir que está plagada de engaño y traición, sin límites de ningún tipo. En contraste, lo que más honraban los bandidos era el ser “equitativos”. Incluso el lugar para compartir las ganancias se conoce como “Salón de la Justicia para Dividir el Botín”. Entre los camaradas del PCCh, en cambio, ante la primera crisis, enseguida empiezan a exponerse mutuamente y a inventar acusaciones cruzadas.

Tomemos como ejemplo al general Peng Dehui.9 Mao Zedong era originario del campo y sabía que Peng tenía razón en sus dichos: era imposible producir 130.000 jins10 de granos por mus.11 También sabía que Peng no tenía intención de sacarlo del poder, más aún tomando en cuenta que Peng le había salvado la vida en varias ocasiones, como cuando este general con sólo 20.000 soldados enfrentó a los 200.000 de Hu Zongnan durante la guerra PCCh-KMT. Sin embargo, en cuanto Peng se mostró en desacuerdo con Mao, éste explotó de furia y tiró a la basura el poema que había escrito en su alabanza: “¡Quién se atreve a comandar las tropas desde su montura, espada en mano, sino nuestro general Peng!”. Mao, pese a la nobleza de su salvador, estaba dispuesto a hacerlo ejecutar sin más.

El PCCh prefiere asesinar con brutalidad a gobernar con políticas sensibles; persigue a sus propios miembros olvidando todo compañerismo y lealtad personal; entrega la tierra de China, con cobardía; se coloca en las antípodas del credo justo, sin rastro de sabiduría; pone a las masas en conflicto, borrando el camino que trazó el sabio para gobernar la nación. En resumen, el PCCh ha llegado tan lejos, que descartó los principios morales mínimos por los que “hasta los bandidos siguen el Dao”. Su maldad llegó mucho más allá de la ley de generación e inhibición mutuas del universo. El Partido Comunista chino se enfrenta a la naturaleza y a la humanidad con su intención de erradicar los criterios del bien y del mal e invertir las leyes del universo. Su arrogancia ilimitada ha alcanzado su cima y su destino es ineludible: el colapso total.

II. Ponerse contra la tierra, violar la ley de la naturaleza y causar un desastre sin fin

La lucha de clase alcanza la naturaleza

Jin Xunhua se graduó en la Escuela Secundaria Wusong Nº 2 de Shanghai en 1968 y fue miembro del Comité Permanente de las Guardias Rojas de las Escuelas Secundarias de Shanghai. En marzo de 1969 fue enviado a las zonas rurales de la provincia Heilongjiang en misión de reeducación. El 15 de agosto de 1969, grandes masas de agua bajaron de las montañas y en poco tiempo inundaron las áreas de influencia del río Shuang. Jin se lanzó a los rápidos para recuperar dos polos de cables eléctricos de su equipo de producción que habían caído al agua y se ahogó.

Lo que sigue es lo apuntado por Jin en su diario personal en dos días distintos, poco antes de su muerte:

4 de julio
Estoy comenzando a sentir lo duro e intenso de la lucha de clase en el campo. Como guardia rojo del líder Mao, estoy preparado para pelear en el frente contra las fuerzas reaccionarias, con el pensamiento invencible de Mao Zedong como arma. Estoy dispuesto a todo, incluso a sacrificar mi vida. Voy a pelear, pelear y pelear lo mejor que pueda para consolidar la dictadura del proletariado.
19 de julio
Los enemigos de clase de la brigada de producción siguen siendo arrogantes. La juventud instruida vino especialmente a participar en las tres principales campañas revolucionarias del campo. Más que nada, en la lucha de clase. Tenemos que confiar en la clase pobre y los campesinos de clase media baja, movilizar a las masas y eliminar la arrogancia del enemigo. Nosotros, la juventud instruida, debemos enarbolar las banderas del Pensamiento de Mao Zedong, y nunca olvidarnos de la lucha de clase y la dictadura del proletariado.

Jin fue al campo con su ideal de pelear contra el cielo y la tierra y reformar a la humanidad. Su diario revela que tenía la mente llena de “luchas”. Extendió la idea de “luchar contra hombres” a combatir al cielo y la tierra, y, al final, le fue la vida en ello. Jin es un caso típico de la filosofía de lucha; al mismo tiempo, se convirtió en su víctima.
Engels dijo una vez que la libertad es el conocimiento de lo inevitable. Mao Zedong agregó “y la reforma del mundo”. Este toque final echa luz sobre la actitud del PCCh hacia la naturaleza: cambiarla a toda costa. Lo “inevitable”, para los comunistas, es una materia invisible a los ojos y constituye una serie de normas y reglas cuyo origen escapa a su discurso. Ellos creen que la naturaleza puede “conquistarse” desarrollando la conciencia subjetiva del hombre para comprender las normas y reglas objetivas. En sus esfuerzos por cambiar la naturaleza, el Partido Comunista ha hecho un desastre en sus campos experimentales, Rusia y China.

Las canciones populares cantadas durante el Gran Salto Adelante son un reflejo de la arrogancia y la estupidez del PCCh: “Que las montañas me reverencien, que los ríos se aparten”; “En el cielo no hay Emperador de Jade y en la tierra no hay Rey Dragón. El Emperador de Jade soy yo, el Rey Dragón soy yo. ¡Les ordeno a las tres montañas y a los cinco desfiladeros que se aparten, porque aquí vengo yo!”.

¡El Partido Comunista ha llegado! Y con él, la destrucción del equilibrio natural y de un mundo originalmente armonioso.

La destrucción de la naturaleza: el PCCh cosecha su propia siembra

Con el cultivo de granos como eslabón clave de su política agrícola, el PCCh decidió rellenar ríos y lagos de China y sembrar laderas de montañas y tierras de pastoreo no aptas para la agricultura para convertir todo en tierras de cultivo. ¿Cuál fue el resultado? El PCCh afirmaba que la producción de granos de 1952 había excedido la del período nacionalista. Lo que el PCCh no reveló es que recién en 1972 la producción total de granos de China pudo superarla del pacífico reinado de Qianlong, en la dinastía Qing. Incluso hasta el día de hoy, la producción de granos per cápita de China está muy por debajo de la alcanzada en la dinastía Qing, y es apenas un tercio de la producción de la dinastía Song, cuando la agricultura china llegó a su cima.

La tala indiscriminada de árboles y la nivelación de ríos y el rellenado de lagos ha generado en China un drástico deterioro del medio ambiente. Hoy, el ecosistema de China está al borde del colapso. El vaciamiento de los ríos Hai y Amarillo, y la contaminación de los ríos Huai y Yangtze cercenan la línea vital de subsistencia de los habitantes del territorio chino. Con la desaparición de las tierras de pastoreo en Gansu, Qinghai, Mongolia Interior y Xinjiang, las tormentas de arena alcanzaron las planicies centrales.

En los años cincuenta, bajo la guía de expertos soviéticos, el PCCh construyó la estación de energía hidráulica Sanmenxia, en el río Amarillo. Hasta hoy, su capacidad energética se sitúa al nivel de un río de caudal medio, cuando se trata del segundo río más importante de China. Para colmo de males, el proyecto provocó que se acumulara fango y arena en la cuenca superior del río y se elevara la altitud del lecho. Como consecuencia, basta una inundación moderada para causar pérdidas de vidas y propiedades en ambas riberas. En la inundación del río Wei en 2003, aunque el flujo máximo de agua en ese momento fue de 3700 metros cúbicos por segundo —un nivel que se alcanza cada tres o cinco años—, el desastre causado no tiene precedentes en el último medio siglo.

En la localidad de Zhumadian, provincia de Henan, se construyeron gran cantidad de represas de gran envergadura. En 1975, los diques de las represas se derrumbaron uno tras otro. En sólo dos horas se ahogaron 60.000 personas; el número total de muertes ascendió a más de 200.000.
El PCCh sigue cometiendo actos injustificables de destrucción en el territorio chino. La represa de las Tres Gargantas en el río Yangtze y el Proyecto de Transferencia de Agua del Sur al Norte son intentos del PCCh por modificar los ecosistemas naturales con inversiones de cientos de miles de millones de dólares. Y no se mencionan aquí proyectos de pequeño y mediano alcance que abonan su causa de “luchar contra la tierra”. En cierta ocasión alguien sugirió dentro del PCCh utilizar una bomba atómica para abrir un paso sobre la meseta de Qinghai-Tíbet y modificar el medio ambiente de la China occidental. Si bien la arrogancia del PCCh y su desdén por la tierra consternan al mundo, sus actitudes son algo previsible.

Según un hexagrama del Libro de los Cambios (Ba Gua), los antiguos chinos llamaban al cielo Qian, o lo creativo, y lo veneraban como el Dao celestial. La tierra era Kun, o lo receptivo, y se respetaban sus virtudes receptivas.

Kun, el hexagrama siguiente a Qian, se explica en El Libro de los Cambios de la siguiente manera: “Por estar en el hexagrama de Kun, lo natural en la tierra es brindar y responder. En correspondencia con esto, las personas nobles manejan y sostienen todas las cosas con abundantes virtudes”.

Los apuntes de Confucio sobre El Libro de los Cambios dicen: “Perfecta es la grandeza de Kun, que trae el nacimiento a todos los seres”.

Más adelante, Confucio habló sobre la naturaleza de Kun: “Kun es la más suave, sin embargo en movimiento es firme. Es por demás estable, pero su naturaleza, la más exacta. Por su persistencia, obtiene su señorío, si bien mantiene su naturaleza y así perdura. Ella contiene todas las cosas y es brillante a la hora de transformarse. Así es Kun: cuan dócil es, sostiene al cielo y se mueve con el tiempo”.

Obviamente, sólo respetando las virtudes receptivas de la Madre Tierra Kun, suavidad, estabilidad y duración para seguir al cielo, las cosas pueden mantenerse y florecer en la tierra. El Libro de los Cambios nos enseña la actitud apropiada hacia el Dao celestial de Qian y las virtudes terrenales de Kun: seguir al cielo, guiarse por la tierra y respetar a la naturaleza.

El PCCh, sin embargo, violando todo principio, enseña a “batallar con el cielo y luchar contra la tierra”. Por haber saqueado arbitrariamente los recursos de la tierra, finalmente el PCCh será castigado por el cielo, la tierra y las leyes de la naturaleza.

III. Luchar contra el cielo, perseguir la fe y rechazar la creencia recta del hombre en Dios

¿Cómo puede una vida finita comprender el espacio-tiempo infinito?

El hijo de Albert Einstein, Edward, una vez le preguntó a su padre por qué era tan famoso. Einstein, señalando un escarabajo que caminaba sobre una pelota de fútbol, respondió: “Él no sabe que el camino que recorre es curvo, pero Einstein sí”. La respuesta del físico tiene implicaciones realmente profundas. Un proverbio chino tiene un significado similar: “No conoces la cara verdadera del monte Lu precisamente porque estás en él”. Si se quiere conocer un sistema, es necesario estar fuera de él para observarlo. Sin embargo, como sus nociones para observar el espacio-tiempo infinito son finitas, el ser humano nunca llegará a comprender el universo en su totalidad. Como consecuencia, éste será siempre un enigma para la humanidad.
El territorio que empieza del otro lado de las fronteras de la ciencia pertenece a la espiritualidad o a la metafísica, y pertenece a la “fe”.

La fe, una actividad mental que involucra la experiencia y la comprensión de la vida, el espacio- tiempo y el universo, se ubica más allá de lo controlable para un partido político. “Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”.12 No obstante, basado en su entendimiento lamentable y absurdo del universo y la vida, el PCCh califica todo lo que está fuera de sus teorías como “supersticiones”, y somete a los creyentes al lavado de cerebro y la conversión. Todo aquel que rehúsa cambiar su fe recibe el agravio o incluso la muerte.

Los verdaderos científicos tienen una amplia perspectiva del universo. Ellos no niegan lo desconocido infinito mediante los conocimientos finitos de un individuo. El científico inglés Isaac Newton, en su libro primordial Principios de la Matemática, publicado en 1678, explica en detalle los principios de la mecánica, de la formación de las mareas y del movimiento planetario, y calcula los movimientos del sistema solar. Newton, que alcanzó grandes logros y honores, dijo en varias ocasiones que su libro era una mera descripción de fenómenos superficiales y que él no se atrevía en absoluto a hablar sobre el propósito ulterior de Dios en la creación del universo. En la segunda edición de los Principios de la matemática, en expresión de su fe, Newton escribió: “Este hermoso sistema del Sol, los planetas y los cometas sólo podría originarse en la guía y el dominio de un ser inteligente y poderoso… Así como un hombre ciego no puede formarse una idea de los colores, nosotros no tenemos idea de cómo Dios, que todo lo sabe, percibe y entiende todas las cosas”.

Dejemos de lado el interrogante sobre si hay mundos celestiales más allá de este espacio-tiempo y si los cultivadores del Dao pueden volver a su origen divino y a su ser verdadero. Hay algo en lo que todos estamos de acuerdo: los que siguen una fe justa creen en la relación causal por la que la bondad genera bondad y la maldad es castigada. Los credos justos juegan un papel muy importante a la hora de mantener la moralidad humana en un determinado nivel. De Aristóteles a Einstein, muchos creen en la existencia de un orden y normas en el universo. La humanidad nunca dejó de buscar por múltiples caminos la verdad del universo. Entonces, además de las investigaciones científicas, ¿por qué no se acepta a la religión, la fe y la cultivación interna como métodos para revelar la verdad universal?

El PCCh destruye la justa fe de la humanidad

Tradicionalmente, todas las naciones han creído en Dios. Precisamente, debido a la creencia en Dios y en la causalidad kármica del bien y el mal, los humanos mantienen un autocontrol y un estándar moral en la sociedad. En todas las épocas de la humanidad, las religiones ortodoxas en Occidente y el confucianismo, el budismo y el daoísmo en Oriente han enseñado a la gente que la felicidad verdadera viene de tener fe en Dios, venerar el cielo, hacer el bien a los demás, valorar lo que uno tiene, agradecer las bendiciones recibidas y retornar las atenciones de los demás.

Un lineamiento central del comunismo ha sido el ateísmo: la creencia de que no hay Buda, ni Dao, ni vidas pasadas, ni vida después de la muerte ni retribución causal alguna. Por lo tanto, los comunistas de los diferentes países les han inculcado a los pobres y al lumpenproletariado13 que no tienen que creer en Dios, que no tienen que pagar por lo que hacen ni cumplir las leyes o comportarse correctamente. Por el contrario, deben recurrir a la trampa y la violencia y adquirir bienes materiales.

En la China antigua, aun los emperadores, considerados como la suprema nobleza, se colocaban por debajo del cielo y se hacían llamar hijos del cielo. Controlados y restringidos por “la voluntad del cielo”, cada cierto tiempo, promulgaban edictos imperiales donde se autoinculpaban y se arrepentían ante el cielo. El PCCh, sin embargo, se adjudica la representación de la voluntad del cielo. Sin restricción alguna de reglas o leyes, se cree libre de hacer lo que desee. Como consecuencia, ha venido creando un infierno tras otro en la tierra.

Marx, el patriarca del comunismo, creía que la religión es el opio espiritual de los pueblos. Tenía miedo de que la gente creyera en Dios y no quisiera aceptar su comunismo. El primer capítulo del libro Dialéctica de la naturaleza, de Engels, contiene un estudio crítico de Mendeleyev y su grupo de estudio del misticismo.

Engels afirmaba que todo lo que ocurrió durante o antes de la Edad Media, debía justificar su existencia ante el tribunal de la racionalidad humana. Al hacer esta observación, Engels consideraba que él mismo y Marx serían jueces de ese tribunal. Mijaíl Bakunin, un anarquista amigo de Marx, describía al autor de El capital de esta manera: “Él se ve como Dios ante el pueblo. No puede tolerar que exista otro Dios más que él. Quiere que las personas lo adoren como a ser supremo y que le rindan homenaje como a un ídolo. Si no es así, él las ataca verbalmente o las persigue”.

La fe tradicional ortodoxa es un obstáculo natural para la arrogancia del comunismo.

El PCCh ha perdido toda compostura en su persecución de la religión. Durante la Revolución Cultural, se derribaron muchos templos y mezquitas y se hizo desfilar por las calles a los monjes para humillarlos. En el Tíbet, se destruyó el 90 por ciento de los templos. Hasta hoy, el PCCh continúa su persecución religiosa, y miles de miembros de iglesias cristianas independientes siguen en prisión. Gong Pinmei, un sacerdote católico de Shanghai, fue víctima de la persecución del PCCh. Sólo por su creencia firme en Dios, lo encerraron en confinamiento solitario durante más de treinta años. Lo presionaron para que renunciara a su fe y aceptara el mando del Comité Patriótico Tripartito del PCCh14 a cambio de su liberación. Gong lo rechazó y después de que fue liberado, a fines de los ochenta, viajó a los Estados Unidos. Cuando murió, con más de noventa años, dejó un testamento que decía: “Quiero que lleven mi tumba a Shanghai una vez que el PCCh no gobierne más en China”.

En épocas recientes, la cacería de los practicantes de Falun Gong, quienes sostienen los principios de “verdad, benevolencia y tolerancia”, es la continuación de la “lucha contra el cielo” del comunismo, así como la consecuencia inevitable de obligar a la gente a actuar contra su voluntad.

Los comunistas ateos quieren conducir y controlar la fe de la gente en Dios. El disparate de su accionar no puede describirse con palabras; calificaciones como “arrogantes o “engreídos” no alcanzan ni para empezar a retratarlos.

Conclusión

La aplicación del comunismo ha fracasado por completo en todo el planeta. Jiang Zemin, ex líder del último régimen comunista de peso en el mundo, declaró ante un corresponsal del periódico estadounidense Washington Post en marzo de 2001: “Cuando yo era joven creía que el comunismo llegaría en cualquier momento; ya no pienso así”. Actualmente, las personas que realmente creen en el comunismo son cada vez menos.
El movimiento comunista está destinado a desaparecer por marchar contra el orden y las normas del universo, y estar contra el cielo. Es una fuerza antiuniverso que sin dudas recibirá el castigo del cielo y los espíritus divinos.

Aunque el PCCh haya sobrevivido a sucesivas crisis cambiando su apariencia y aferrándose a artilugios desesperados, su caída final es evidente para todo el mundo. Al dejar caer sus máscaras engañosas una a una, el PCCh revela su avaricia, brutalidad, desvergüenza, malicia y naturaleza antiuniverso. No obstante, aún sigue controlando la mente del pueblo e invirtiendo la ética humana, lo que hace naufragar a la moralidad, la paz y el progreso.

El vasto universo lleva consigo la voluntad irrefutable del cielo, también llamada voluntad de lo divino, el orden y las normas de la naturaleza. La humanidad tendrá un futuro sólo si respeta la voluntad del cielo, sigue el curso de la naturaleza, respeta el orden y las leyes del universo, y ama a todos los seres que viven bajo el cielo.

Notas

1 Lao Zi (también conocido como Lao Tze, Li Er o Li Dan), filósofo chino que vivió en el siglo IV a. C. Se lo reconoce como el autor del Dao De Jing (Tao-Te Ching), el libro principal del daoísmo.
2 Dao De Jing, capítulo 25.
3 Del Libro de Mencio.
4 Rimas de Tres (San Zi Jing), libro tradicional chino de enseñanza en la escuela primaria.
5 Karl Marx, Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel.
6 León Trotski (1879-1940), teórico comunista ruso; historiador, líder militar y fundador del Ejército Rojo ruso. Fue asesinado en la ciudad de México por agentes de Stalin el 22 de agosto del año mencionado.
7 Lin Biao (1907-1971), uno de los primeros líderes del PCCh. Bajo el mando de Mao Zedong se desempeñó como miembro de la Oficina Política de China, vicepresidente (1958) y ministro de Defensa (1959). Es considerado el arquitecto de la Revolución Cultural china. Fue designado sucesor de Mao en 1966, pero perdió el apoyo en 1970. Sintiendo su caída, Lin, según las fuentes oficiales, impulsó un intento de golpe y trató de escapar a la Unión Soviética, cuando el presunto complot quedó expuesto. Murió cuando su avión se estrelló en Mongolia.8 Esquistosomiasis es una enfermedad causada por gusanos parásitos. La infección ocurre por el contacto con agua dulce contaminada. Los síntomas comunes son, entre otros, fiebre, enfriamiento, tos y dolores musculares. En casos más graves, la enfermedad puede dañar el hígado, el intestino, los pulmones y la vejiga; en casos raros también causa parálisis o inflamación de la médula espinal.
9 Peng Dehuai (1898-1974): general y líder político del comunismo chino. Fue comandante en jefe en la Guerra de Corea, viceprimer ministro del Consejo de Estado, miembro de la Oficina Política y ministro de Defensa entre 1954 y 1959. Fue echado de sus funciones por discrepar con los lineamientos izquierdistas de Mao en el Plenario de Lushan, en 1959
10 Jin es una unidad de peso china. 1 jin = 0,5 kg.
11 Mu es una unidad china de superficie. 1 mu = 0,408 ha.
12 Mateo, 22:21.
13 Lumpenproletariado, también entendido como “obreros de zonas pobres”. Este término identifica la clase de elementos marginales, degenerados o clandestinos que forman un sector de la población de los centros industriales. Abarca a mendigos, prostitutas, delincuentes organizados, chantajistas, estafadores, pequeños criminales, vagabundos, desempleados crónicos, personas que han sido expulsadas del mercado laboral y todo tipo de elementos sin clase, degradados o degenerados. El término fue acuñado por Marx en La clase lucha en Francia, 1848-1850.
14 El Comité Patriótico Tripartito (o Iglesia Patriótica Tripartita, IPT) es una creación del PCCh. “Tripartita” se refiere a “gobierno propio, apoyo propio, y difusión propia”. El Comité Patriótico Tripartito requiere que los cristianos chinos corten lazos con los cristianos de otros países. La IPT controla a todas las iglesias oficiales de China. Las iglesias que no se unieron a la ITP tuvieron que cerrar sus puertas. Los líderes y seguidores de iglesias independientes son objeto de persecución y con frecuencia pena de cárcel.

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