Miembros del servicio militar de EE.UU. podrán solicitar una exención de las vacunas COVID-19, que pronto serán obligatorias, lo que se determinará por el propio cuerpo militar, dijo un portavoz del Pentágono.
«Hay una posibilidad de exención religiosa para cualquier vacuna obligatoria y existe un proceso por el que nosotros pasamos para asesorar al individuo tanto desde el punto de vista médico como desde el comando sobre el uso de una exención religiosa», dijo el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, durante una rueda de prensa el martes.
El departamento se asegurará que todas las personas con dudas reciban el asesoramiento adecuado sobre la seguridad y la eficacia de la vacuna COVID-19, dijo Kirby. Tanto un profesional médico como un comandante aconsejarían al individuo sobre los riesgos de no estar vacunado y cómo eso podría afectar en su capacidad de despliegue, las asignaciones, los viajes, los compañeros de equipo y la misión.
«Nosotros en el ejército nos tomamos muy en serio la libertad de religión y de culto. Esta es una de las cosas que firmamos defender», añadió. «Por eso esto es algo que se realiza con mucho cuidado».
Los miembros del servicio también pueden solicitar exenciones médicas, dijo Kirby.
«El médico de cabecera podrá ayudar a tomar esa decisión», añadió.
Un miembro del servicio activo no puede solicitar una exención solo porque no quiere recibir la vacuna, indicó a continuación.
«Uno tiene que pasar por un proceso para que se apruebe. Los militares que tienen condiciones médicas preexistentes o por un consejo de su médico puede que no tengan que aplicarse la vacuna», dijo Kirby a Fox News, el martes. «Pero si solo se oponen porque se oponen, una vez que se ha convertido en obligatoria, es una orden legal y nuestra expectativa es que van a acatar esa orden».
«Nadie busca medidas disciplinarias fuertes y punitivas. Francamente, creemos que la mayoría de los militares responderán positivamente a la orden, al igual que lo hacen en cualquier otra orden de misión crítica que se les dé. Así mismo hay herramientas a disposición de los mandos, sin necesidad de medidas disciplinarias, para intentar que los soldados hagan lo correcto».
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, anunció el lunes que el Departamento de Defensa exigiría a todos los militares en servicio activo que se vacunen contra COVID-19.
«Yo quiero que sepan que buscaré la aprobación del Presidente para que las vacunas sean obligatorias a más tardar a mediados de septiembre o inmediatamente después de que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos otorgue la licencia, lo que ocurra primero», dijo Austin en un memorando enviado a todos los empleados del Pentágono.
En la actualidad, las tres vacunas COVID-19 en Estados Unidos —Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson— se encuentran bajo autorización de uso de emergencia.
Austin no mencionó las posibles exenciones y un portavoz del Pentágono declinó responder en ese momento.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó su apoyo al mandato casi de inmediato.
«Apoyo firmemente el mensaje de hoy del secretario Austin a la fuerzas armadas sobre el plan del Departamento de Defensa de añadir la vacuna COVID-19 a la lista de vacunas obligatorias para nuestros miembros del servicio activo a más tardar a mediados de septiembre», dijo Biden en una declaración.
«Estas vacunas salvarán vidas. Punto. Son seguras. Son eficaces. En Estados Unidos se han administrado más de 350 millones de vacunas», continuó Biden.
Según el Pentágono, más del 73 por ciento de los militares en servicio activo recibieron al menos una dosis de la vacuna hasta la fecha.
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