Pese a la epidemia, organizaciones del régimen chino siguen persiguiendo a Falun Dafa

Por Angela Bright
23 de abril de 2020 4:43 PM Actualizado: 23 de abril de 2020 4:43 PM

Las organizaciones del Partido Comunista Chino (PCCh) en algunas partes de China continental continúan con la campaña de 20 años contra los practicantes de Falun Dafa, incluso mientras la gente de todo el país sigue contrayendo y sucumbiendo al virus del PCCh, comúnmente conocido como nuevo coronavirus.

Los practicantes de Falun Dafa, una disciplina espiritual tradicional china, han sido víctimas de una persecución implacable que comenzó en 1999, y que algunos estudiosos han descrito como un «genocidio frío«, así como el manual para la actual represión de las minorías étnicas en la región de Xinjiang.

Dos de las organizaciones del PCCh, como se destaca en documentos internos obtenidos recientemente por The Epoch Times, son la Escuela de Educación y Transformación de la ciudad de Harbin—un centro de lavado de cerebro—y la Asociación de Investigación Anti Religión Herética de la ciudad, que estaba bajo la dirección del Grupo Central de Liderazgo del Partido para la Prevención y el Tratamiento de las Religiones Heréticas, conocido informalmente como la Oficina 610.

«Religión herética» o «xie jiao» en chino, es un término usado por el Partido Comunista para referirse a todas las creencias en China que están fuera de las cinco religiones oficialmente reconocidas y controladas por el Estado. El Partido traduce erróneamente el término como «secta» para dar legitimidad a su represión de la fe.

«Transformación»

Enseñado por primera vez en 1992, Falun Dafa consiste en lentos ejercicios de meditación y en la mejora de la moral en base a los principios de verdad, benevolencia y tolerancia. A finales de los años noventa, se calcula que unos 100 millones de personas practicaban Falun Dafa en China por sus beneficios reportados para la salud.

La persecución de Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, comenzó en julio de 1999 bajo la dirección del entonces secretario general del PCCh, Jiang Zemin. Se cree que más de un millón de practicantes han sido encerrados en las prisiones y campos de trabajo de China, y se ha confirmado que miles de ellos han muerto a causa de la tortura y otras formas de abuso.

En junio pasado, al revisar la evidencia reunida por las organizaciones de derechos humanos e investigadores, el Tribunal de China, una corte independiente con sede en Londres presidida por Sir Geoffrey Nice QC, dictaminó que el PCCh había estado extirpando los órganos de los encarcelados por su fe, la mayoría de los cuales eran practicantes de Falun Dafa.

Uno de los documentos obtenidos por The Epoch Times es un certificado legal de la Escuela de Educación y Transformación de la Ciudad de Harbin. El certificado indica que la Escuela es un centro de lavado de cerebro, donde el personal intenta obligar a los practicantes de Falun Dafa a retractarse de su fe en un proceso conocido como «transformación».

La «transformación» es una de las experiencias más comunes de los practicantes de Falun Dada detenidos. Según los relatos de los supervivientes de la persecución, los practicantes son sometidos a una amplia gama de torturas y abusos para obligarles a firmar «arrepentimientos» escritos renunciando a la práctica. Muchos practicantes de Falun Dafa han muerto o desaparecido por negarse a firmar los documentos; según algunos informes, los practicantes que se consideraron imposibles de «transformar» fueron posteriormente asesinados por sus órganos.

Según el certificado, que tiene fecha del 31 de marzo de 2015 y es efectivo hasta el 31 de marzo de este año, el centro estaba dirigido por la Oficina 610.

Otro documento es un informe sobre las bonificaciones otorgadas al personal del centro de lavado de cerebro de Harbin en 2017. Una revisión de los individuos listados en el documento muestra que uno de los empleados, Sun Peng, fue vicedirector interino de la Escuela de junio a septiembre de 2019.

«No dejen» de reprimir

De lo que puede deducirse de los documentos, y teniendo en cuenta los recientes cambios institucionales en las fuerzas de seguridad del régimen chino, hay cierta falta de claridad en cuanto a la situación actual de la Oficina 610.

Nombrada por su fecha de fundación el 10 de junio de 1999, la Oficina 610 fue creada por orden de Jiang Zemin para dirigir y coordinar la persecución a Falun Dafa.

Desde 2012, cuando el actual líder chino Xi Jinping llegó al poder, muchos funcionarios y otras figuras prominentes asociadas con Jiang han sido arrestados y purgados en la campaña anticorrupción de Xi. La Oficina 610, que en su día fue un bastión de las fuerzas políticas leales a la facción de Jiang, perdió prominencia a lo largo de la década, y varios funcionarios fueron removidos. En 2013, su director Li Dongsheng fue puesto bajo investigación y sentenciado en 2016.

En marzo de 2018, el PCCh publicó un plan para una serie de reformas estructurales destinadas a centralizar aún más las instituciones del Estado y del Partido bajo la dirección central de Xi. El plan pedía que las funciones de la Oficina 610 se fusionaran en otra organización del Partido—la Comisión de Asuntos Políticos y Legales—y el Ministerio de Seguridad Pública.

Un análisis previo de The Epoch Times ha examinado el papel que la persecución de Falun Dafa jugó en el legado político de Jiang Zemin, así como la forma en que aquellos en su facción tienen un interés en asegurar la continuación de la campaña.

Aparte de las organizaciones de «anti religión herética» de Harbin, grupos similares de todo el país han estado llevando a cabo específicamente sesiones de entrenamiento para el personal de seguridad encargado de perseguir a Falun Dafa.

Algunas de las organizaciones han llegado a comparar la importancia política de la persecución a Falun Dafa y otras religiones prohibidas con la de la lucha contra la actual epidemia.

El 11 de febrero, la Asociación Anti Religión Herética de la provincia de Guangdong puso en marcha una iniciativa titulada «Las masas están unidas en la lucha contra las religiones heréticas, forman un bastión de voluntad colectiva para luchar contra la epidemia».

En marzo, la Asociación Anti Religión Herética del condado de Guyang de la ciudad de Baotou de Mongolia Interior ordenó a los residentes que se mantuvieran en guardia contra Falun Dafa y otras creencias. Un informe de las autoridades locales decía: «No dejen de detener a las religiones heréticas durante el contraataque contra la epidemia».

Según Minghui.org, un sitio web con sede en Estados Unidos que hace un seguimiento de la persecución de Falun Dafa, 10 de sus practicantes fueron detenidos ilegalmente durante marzo en la provincia de Hunan, en el sur de China. A algunos de los practicantes de Falun Dafa les registraron sus casas. Ese mismo mes, en Hebei, la provincia septentrional que rodea a Beijing, las autoridades del condado de Huai’an establecieron un centro de lavado de cerebro para «transformar» a los practicantes de Falun Dafa, y se informó de que varios fueron detenidos.


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