NR | 1h 16m | Documental | 2024
Cuando hace años supe de la industria de la sustracción de órganos en China, me pareció una premisa lúgubre sacada directamente de la franquicia «Hostel», un concepto aterrador relegado al mundo de las pesadillas ficticias. Sin embargo, la realidad de esta atrocidad contra los derechos humanos, que se desarrolló como un reloj con poca supervisión global, es mucho más inquietante que cualquier cosa que un guionista podría imaginar.
En «Órganos del Estado», el cineasta y humanitario Raymond Zhang arroja una luz abrasadora sobre la grotesca práctica de la sustracción forzada de órganos. Conocido por sus documentales anteriores como «The Bleeding Edge» (2016) y «Avenues of Escape» (2017), Zhang continúa su misión de denunciar los abusos contra los derechos humanos cometidos por el régimen chino. Su último proyecto profundiza en la trágica situación de los practicantes de Falun Gong, las principales víctimas de la industria de sustracción de órganos del régimen.
El documental comienza con las historias inspiradoras pero desgarradoras de familias chinas que abrazaron Falun Gong durante su auge en la década de 1990. Según el sitio web de la práctica, Falun Dafa, también conocida como Falun Gong, es una práctica espiritual que millones de personas en todo el mundo han hecho parte de sus vidas. Arraigada en la tradición budista, consta de dos componentes principales: la superación personal mediante el estudio de las enseñanzas, y ejercicios suaves y meditación.
Una represión escalofriante
Inicialmente celebrada por algunos funcionarios por sus principios éticos y notables beneficios para la salud, esta disciplina espiritual atrajo a decenas de millones de practicantes, con estimaciones que oscilaban entre 70 y 100 millones a finales de la década de 1990. Sin embargo, este aumento de popularidad provocó la ira del Partido Comunista Chino (PCCh), desencadenando una campaña de persecución que alcanzó una crueldad inimaginable.
Jiang Zemin, líder supremo chino y jefe del PCCh durante el meteórico crecimiento de Falun Gong, veía la práctica como una amenaza existencial. Como explica Julian Wang, de la Organización Mundial para la Investigación de la Persecución a Falun Gong, los practicantes de Falun Gong superaron rápidamente en número a los miembros del PCCh, lo que desató la paranoia en Jiang.
En una escalofriante maniobra política, Falun Gong fue declarado enemigo público número 1 prácticamente de la noche a la mañana, y la práctica fue prohibida rotundamente.
Las consecuencias fueron rápidas y devastadoras. Millones de practicantes pacíficos quedaron atrapados en la represión draconiana del PCCh, fueron objeto de detenciones masivas o «desaparecieron» sin dejar rastro. Los relatos de primera mano de familias, antiguos médicos, soldados y otras personas enredadas en esta maquinaria de persecución pintan un panorama sombrío de una campaña implacable para borrar por completo a Falun Gong de la cultura china.
Un relato especialmente inquietante es el de la familia Zhang. Yun Zhang, una vibrante joven conocida por su afición a cantar, bailar y dirigir su equipo de artes marciales, vio su vida destrozada junto a la de su hermana Michelle. En 1998, Yun se casó con Song-Tao, un hombre alegre y compasivo cuya influencia llevó a muchos, incluida la propia Yun, a abrazar Falun Gong.
Sus vidas florecieron con la práctica hasta 1999. Cuando el PCCh desató su furia contra Falun Gong, el idílico mundo de los Zhang se puso patas arriba. Song-Tao, Yun y sus seres queridos se enfrentaron a un acoso implacable y a pérdidas devastadoras, emblemáticas del gran coste humano que se describe en la película.
Conmovedor y descarnado
Se trata de un documental de ritmo trepidante que mantiene la atención del espectador gracias a su perfecta combinación de recreaciones realistas y entrevistas convincentes. Uno de los testimonios más destacados es el del Dr. George Zheng, licenciado por la Escuela Militar de Medicina de Dalian, que ofrece una visión inquebrantable de los horrores de la sustracción de órganos.
Zheng relata un incidente ocurrido durante los primeros días de la persecución a Falun Gong. Él y otros médicos operaron a un practicante de Falun Gong atado y consciente en la parte trasera de una furgoneta en marcha. Sin anestesia, el prisionero soportó una agonía inimaginable mientras le extirpaban los órganos en vida. El inquietante relato de Zheng subraya la brutal eficacia del sistema y la maldad inherente que representa.
Lo que eleva a «Órganos del Estado» es su capacidad para corroborar estos testimonios con datos concretos. La película examina el aumento de solicitantes extranjeros de trasplantes de órganos, sobre todo de hígado, a partir de 1999, el mismo año en que el PCCh empezó a perseguir a Falun Gong. Aunque los funcionarios chinos atribuyeron la afluencia de órganos disponibles a los presos condenados, cada vez hay más pruebas que los implican en la sustracción de órganos de practicantes sanos de Falun Gong.
La película se sitúa dentro de un movimiento creciente para denunciar y combatir esta atrocidad. Junto a películas como «Unsilenced» (2021) y «Canaries in a Cold War» (2022), «Órganos del Estado» amplió la conciencia internacional, contribuyendo a acciones políticas como la reciente aprobación de la H.R. 4132, la Ley de Protección a Falun Gong, en la Cámara de Representantes de EE. UU. el 25 de junio de 2024. Esta legislación pionera impone sanciones a las personas cómplices en la sustracción de órganos, lo que supone un paso crucial hacia la rendición de cuentas.
En general, «Órganos del Estado» es una herramienta educativa crucial que arroja luz sobre uno de los abusos de los derechos humanos más oscuros de nuestro tiempo. Es una película que exige ser vista, no sólo por su apasionante narración, sino por su poder para impulsar el cambio.
«Órganos del Estado» está disponible en Amazon, Hoopla y Apple iTunes.
Documental «Órganos del Estado»
Director: Raymond Zhang
No clasificado
Duración: 1 hora, 16 minutos
Fecha de estreno: 26 de enero de 2024
Clasificada: 4 estrellas y media sobre 5
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