La policía de Hong Kong ha intensificado sus tácticas desplegando por primera vez rifles y otras armas más dañinas contra los manifestantes durante los violentos enfrentamientos del fin de semana en un campus de Hong Kong.
La policía sitió el campus de la Universidad Politécnica (PolyU) en un enfrentamiento que comenzó el sábado. El domingo, arrestaron a docenas de manifestantes que intentaron huir del lugar.
El lunes, continuaron disparando gas lacrimógeno y proyectiles, y desplegaron cañones de agua.
En diferentes puntos a lo largo del lunes, los manifestantes trataron de escapar escalando puertas, o dejando caer cuerdas de un puente peatonal y bajando.
Videos que circularon en las redes sociales el 18 de noviembre mostraron lo que parecían ser granadas paralizantes explotando en el campus, un dispositivo destinado a desorientar a las multitudes capaces causar ceguera y sordera temporal.
Un vocero de la policía no negó ni confirmó si el arma detectada era una granada paralizante, cuando un reportero preguntó por esa y otras armas que los policías fueron portando, como rifles durante una conferencia de prensa el 18 de noviembre . Pero dijo que «los oficiales han sido equipados con tales armas todo el tiempo». Agregó que podrían movilizar francotiradores y unidades de servicio especial si fuera necesario.
«Siempre hemos tenido la capacidad, y la usaremos si es necesario», dijo, al tiempo que advirtió a los ciudadanos que no deben acercarse a la zona.
Desde el domingo, la policía antidisturbios fue vista portando rifles. La organización de derechos humanos Amnistía Internacional verificó el lunes que las armas eran rifles que «solo disparan munición real», en contraste con los revólveres que la policía ha utilizado anteriormente, lo que marca «una intensificación de la fuerza», dijo el grupo.
Un día antes, la policía también desplegó un dispositivo sónico, fijado sobre un camión blindado. El fuerte y estridente sonido duró unos tres segundos. Los reporteros de La Gran Época en la escena describieron que experimentaron una sensación amortiguadora y dolores de cabeza. La policía ha dicho en un comunicado que no es un arma, sino un sistema de radiodifusión.
La policía advirtió al público el domingo que no «ayude a los manifestantes de ninguna manera» ni se arriesgue a enfrentar los cargos de «Participar en un motín», que se castiga con hasta 10 años de cárcel. También han declarado que si los manifestantes continúan cometiendo «actos peligrosos, no nos queda más remedio que usar la mínima fuerza requerida, incluyendo el uso de balas reales para defenderse».
Man-Kei Tam, director de Amnistía Internacional Hong Kong, condenó a la policía por asediar la universidad y disparar perdigones de goma contra los manifestantes que huían el 18 de noviembre, diciendo que la policía está «avivando una vez más las llamas de la violencia cuando deberían estar tratando de desactivarla».
«En un momento en que Hong Kong necesita que los que están en el poder sean sensatos y humanos, se está dispensando gas lacrimógeno, palizas y amenazas de fuerza letal», dijo en una declaración.
La Autoridad Hospitalaria de Hong Kong dijo que los hospitales de la ciudad han recibido 116 heridos durante los enfrentamientos del lunes.
La policía ha arrestado a 4491 personas desde que estallaron protestas masivas en junio, acusadas de disturbios, posesión de armas ofensivas, incendios y ataques a oficiales. Sus edades varían de 11 a 83 años.
Derek Liu Kin-kwan, presidente del sindicato de estudiantes de PolyU, estimó que entre 500 y 600 personas seguían atrapadas en el campus hasta el lunes por la noche.
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