Aunque los expertos afirman que la actual subida de los precios de la gasolina se debe principalmente a que la demanda se recupera más rápido que la oferta, debido a la tormenta invernal, otros advierten que es probable que las políticas «hostiles» de la Casa Blanca eleven los precios a más a largo plazo.
El precio promedio por galón en Estados Unidos, a partir del martes por la mañana, era de 2.82 dólares, 34 centavos más que hace un mes, según Gas Buddy. Los expertos creen que los consumidores deberían prepararse para más aumentos.
«El precio promedio nacional de la gasolina probablemente alcanzará los USD 3 para el Día de los Caídos y se mantendrá en ese precio durante la mayor parte del verano», dijo Jay R. Young, director ejecutivo de King Operating Corporation, un operador de petróleo y gas con sede en Dallas, a The Epoch Times en una declaración enviada por correo electrónico.
Young dijo que el aumento del precio de la gasolina era el resultado de una demanda resurgente combinada con una oferta reducida.
“La semana pasada la demanda de gasolina subió al nivel más alto desde que comenzó la pandemia. Esto se debe a que los contagios están disminuyendo y más estadounidenses están saliendo más y llenando sus tanques de gasolina”, dijo Young.
Los datos federales de la Administración de Información Energética de EE.UU. muestran que los precios de la gasolina han aumentado en su mayoría de manera constante desde que tocaron fondo a principios de mayo de 2020, cerca del pico de los bloqueos impuestos para frenar la propagación del virus del PCCh (Partido Comunista Chino). La reapertura que siguió a los meses de verano fue acompañada por un aumento de los precios, aumento que se redujo e incluso se contrajo ligeramente en el otoño, cuando la segunda ola empezó.
Sin embargo, con el lanzamiento de la vacuna y las reaperturas, la demanda ha continuado expandiéndose.
«La demanda de gasolina en EE.UU. aumentó un 4,3 [por ciento] el reciente domingo frente al domingo anterior, o un 18,4 [por ciento] por encima de la media de cuatro semanas el domingo [7 de marzo]», escribió en un tuit, el lunes, Patrick De Haan, analista de Gas Buddy.
Al mismo tiempo, la producción no puede mantenerse al día.
«Por el lado de la oferta, la cantidad de plataformas petrolíferas activas en EE.UU. es casi un 50 por ciento más baja que en esta época hace un año», dijo Young, argumentando que el impacto más directo en la subida de precios actual proviene de la tormenta invernal de febrero, la cual inactivó 26 refinerías en Estados Unidos.
La oferta está restringida aún más por el hecho de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordó el jueves no aumentar el nivel de producción de petróleo hasta abril, con la excepción de Rusia y Kazajstán. En abril pasado, la OPEP acordó recortar 10 millones de barriles por día de producción de petróleo, intentando evitar un colapso del precio del petróleo ante la caída de la demanda impulsada por la pandemia.
«La demanda se está recuperando mucho más rápido que el nivel de producción de petróleo, por lo que los precios del petróleo continúan aumentando rápidamente», dijo Young.
«Dependiendo del lado en el que se encuentre, odiará o amará al petróleo», agregó Young, al comentar sobre la decisión de la OPEP de no aumentar la producción. «Los inversores están contentos, pero cuando llegue el verano en el surtidor, los consumidores deberán estar preparados para pagar primas adicionales».
Los precios del petróleo superaron el martes los 65 dólares por barril, el nivel más alto en un año.
“Podríamos tener precios entre 70 y 80 dólares por barril para el tercer trimestre de este año”, predijo Young.
Pero a algunos, como el expresidente de Shell Oil, John Hofmeister, les preocupa que las políticas del presidente Joe Biden puedan aumentar los precios aún más.
Hofmeister confirmó el jueves, durante una entrevista en Fox Business, que la contracción de la oferta estaba teniendo el impacto más directo y a corto plazo en los precios de la gasolina.
«Pero hay algo más sutil», dijo, y es que «la industria, los productores, están practicando una seria disciplina de capital y no están volviendo a producir más petróleo. Además, la administración los está presionando», dijo.
«Entonces, la prohibición a los arrendamientos [de campos petrolíferos], la prohibición de nuevos contratos de arrendamiento por parte de la administración Biden, creará una psicología en la industria de que ‘habrá menos disponibilidad’, y la psicología también impulsa los precios», argumentó.
«Mientras tengamos esta administración hostil, vamos a tener un problema con los precios», agregó Hofmeister.
De Haan dijo en un tuit el jueves que las políticas de Biden, que incluyen la cancelación del proyecto del oleoducto Keystone XL e imponer una moratoria sobre los nuevos arrendamientos de petróleo y gas en tierras y aguas federales, no estaban teniendo un impacto en los precios a corto plazo, pero plantearon un mayor riesgo a largo plazo.
«A diferencia de las compañías petroleras estatales, Biden no tiene nada que decir sobre el recorte o el aumento de la producción, eso se basa puramente en el mercado», escribió. «Además, los oleoductos no producen petróleo, y hay mucha capacidad. Y, por último, ninguna compañía petrolera está buscando nuevos arrendamientos».
Los futuros del crudo, un predictor de precios futuros, muestran una caída lenta pero constante del precio del petróleo. En abril de 2021 pasó de USD 64,34 por barril a USD 62,25 en septiembre y llegó a USD 58,72 en abril de 2022, lo que sugiere que después de un pico del precio de la gasolina en primavera, los consumidores tendrán un alivio gradual.
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