A mediados de 2017, la trayectoria del alto funcionario del Partido Comunista Chino Sun Zhengcai podría verse como que tendría un futuro brillante en el régimen.
Sun dirigió el importante centro comercial e industrial de Chongqing en el suroeste de China. A los 53 años, fue también uno de los miembros élite más jóvenes en el Politburó. Los observadores lo consideraron un sucesor potencial de Xi Jinping como líder de China.
Pero los medios estatales chinos anunciaron en la mañana del 15 de julio que Sun fue retirado de su cargo. Él no apareció en la emisión nocturna cuando el nuevo jefe de Chongqing, Chen Min’er, fue presentado a los funcionarios de la ciudad. Medios de comunicación chinos y occidentales informaron que Sun estaba en Beijing para ser interrogado.
El 24 de julio, Sun fue oficialmente investigado por «graves violaciones disciplinarias», una frase que ha llegado a significar corrupción bajo la dirección de Xi.
La despedida brusca de Sun, a tan sólo cuatro meses de un cónclave político clave este otoño, es la última demostración del actual dominio de poder de Xi, un indicio de sus ambiciones políticas y un destello de su determinación para eliminar la obstrucción interna a su liderazgo.
En el fondo, Xi parece estar negando a la facción política rival, dirigida por el ex jefe del partido Jiang Zemin, mientras consolida su propia autoridad.
Un ‘Sucesor’ con otros vínculos
El liderazgo de Xi y la facción liderada por Jiang han estado envueltos en una guerra política desde que Xi asumió el poder a finales de 2012. Dos protegidos por Jiang, el ex jefe de Chongqing, Bo Xilai y el zar de seguridad Zhou Yongkang, tramaron un golpe para reemplazar a Xi, quien hizo referencia al complot en varios discursos públicos. Como el golpe fracasó, Xi ha purgado a muchos miembros de la facción de Jiang y asociados en su campaña de lucha contra la corrupción.
La biografía de la carrera de Sun muestra que él fue el primer asistente de dos aliados de Jiang, el ex miembro del Comité Permanente del Politburó, Jia Qinglin y el ex alcalde de Beijing, Liu Qi. Sun fue más tarde nombrado secretario del partido en la provincia de Jilin y en la ciudad de Chongqing, dos regiones donde la facción de Jiang es particularmente influyente.
La trayectoria de Sun se comenta en el sitio de noticias chino Creaders.net con sede en Vancouver la cual afirma que Sun conoció al propio Jiang y de hecho fue preparado para seguir representando los intereses de su facción.
Los vínculos de Sun con Jiang podrían sugerir por qué los informantes dentro del régimen chino citan la indiscreción política como la razón de su destitución. Por ejemplo, una fuente dijo a Reuters que Sun estaba siendo investigado por «violación a la disciplina política», mientras que otra fuente dijo que los funcionarios de Chongqing fueron informados durante la reunión anunciando a Chen Min’er como el nuevo jefe de Chongqing ya que Sun había cometido «errores políticos». Las fuentes hablaron a Reuters bajo condición de anonimato, ya que no estaban autorizados a hablar con medios extranjeros.
Más evidencia de las alianzas políticas de Sun se puede ver en la crítica de la agencia anti-corrupción en febrero a la administración de Sun en Chongqing. La administración de Sun no había eliminado el «veneno restante» de Bo Xilai y su mano derecha Wang Lijun, y no había frenado la corrupción en los negocios locales y la burocracia, según los investigadores anticorrupción.
Aunque no está claro si Sun es un socio de la facción de Jiang, su carrera política ha terminado efectivamente con el anuncio de una investigación formal el 24 de julio.
Xi, por otra parte, parece haber fortalecido su posición política manteniendo o promoviendo a personas leales a él.
Con la destitución de Sun, el único otro posible candidato para ser el líder en China es el secretario del partido en Guangdong, Hu Chunhua. La posición política de Hu parece segura por el momento porque es un protegido del ex líder chino Hu Jintao (sin relación con Hu Chunhua), y Hu Jintao parece haber estado en una alianza tácita con Xi contra el grupo de Jiang.
Mientras tanto, el nuevo jefe de Chongqing, Chen Min’er, trabajó con Xi cuando éste fue secretario del Partido en la provincia de Zhejiang de 2002 a 2007. La promoción de Chen también permite que Xi llene el Politburó que lo conforman 25 miembros con leales a él, en el próximo 19 Congreso Nacional del Partido ya que los jefes de Chongqing por lo general ocupan un escaño en el Politburó.
Las ambiciones políticas de Xi
En torno al momento de la destitución de Sun, los medios de comunicación estatales comenzaron a referirse a Xi como «comandante en jefe» y «líder supremo» del régimen chino. Xi ya es el líder «central» del régimen, un título simbólicamente significativo que sugiere que Xi es, en teoría, el número uno.
Si Sun es posteriormente investigado por corrupción, esto indicaría una escalada de la campaña anticorrupción de Xi porque era un miembro activo del Politburó en el momento de su despido. Sólo cuatro miembros del Politburó estando en el cargo han sido expulsados desde 1990.
El hecho de que Xi hiciera la detención también indica que tiene confianza en su capacidad para resistir el ataque.
Rodeado de leales y con su rival político golpeado potencialmente, Xi parece estar preparando el camino para intentar un tercer mandato como líder chino en 2022, o algo aún más allá.
Una fuente cercana a Zhongnanhai, la sede del Partido Comunista, le dijo a La Gran Época que la remoción de Sun no es sólo el intento de Xi de asustar a sus rivales con una muestra de fuerza, sino parte de una reorganización del poder más amplia dentro del Partido Comunista Chino.
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