Cuando Elijah Muhammad tenía 12 años, sus padres, miembros de una secta sin nombre con sede en Kansas City, Kansas, recibieron una llamada de uno de los representantes ejecutivos del grupo, diciendo que era «voluntad de Dios» que Muhammad y su hermano comenzaran su «peregrinaje hacia la madurez».
Sus padres accedieron y permitieron que Muhammad y su hermano viajaran 600 millas hasta Kansas City en la parte trasera de un semirremolque de 18 ruedas.
Una vez allí, Muhammad comenzó su «peregrinación» trabajando todos los días de 8 a 3 de la mañana como lavaplatos en un restaurante propiedad de la secta. Durante su limitado tiempo libre, Muhammad vivía en un pequeño apartamento con «docenas de chicos y hombres».
«Una vez, llegué tarde al trabajo», dijo Muhammad durante una charla TEDx. «Casi inmediatamente después de cruzar la puerta de la pequeña cafetería, me encontré en el suelo sangrando tras haber sido golpeado en la boca con una guía telefónica de Páginas Amarillas».
Al intentar ponerme en pie, el hombre empezó a golpearme en la espalda hasta que me desmayé». Los actos de violencia no eran nada raros».
Muhammad fue víctima de trata laboral, que la Ley de Protección de Víctimas de Trata de 2000 define como «La captación, acogida, transporte, suministro u obtención de una persona para trabajo o servicios, mediante el uso de fuerza, fraude o coacción con el fin de someterla a servidumbre involuntaria, peonaje, servidumbre por deudas o esclavitud».
También es un problema del que se informa muy poco en Estados Unidos y es mucho más frecuente que el tráfico sexual.
La trata, que se basa en la explotación, es diferente del tráfico de seres humanos, que se basa en el transporte.
El tráfico de seres humanos es el acto de introducir personas en Estados Unidos que implica «la evasión deliberada de las leyes de inmigración, así como el transporte ilegal y la acogida de no ciudadanos que ya se encuentran en Estados Unidos», según el Servicio de
Inmigración y Control de Aduanas
Pero el contrabando puede desembocar en trata, y a menudo lo hace.
Sue Aboul-hosn, coordinadora regional de prevención de la trata de personas del Departamento de Niños y Familias de Florida, citó datos de un informe del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) que analizó datos de 2012 a 2018.
Dijo que el 71 por ciento de las víctimas de trata son forzadas a trabajar, el 20 por ciento son explotadas para el sexo comercial y el nueve por ciento experimenta tanto el tráfico sexual como el laboral.
Pero el 91 por ciento de las investigaciones de trata se refieren a la trata sexual, según la Oficina de Víctimas de Delitos del Departamento de Estado. El cinco por ciento de las investigaciones estaban relacionadas con el trabajo, y el cuatro por ciento tanto con el sexo como con el trabajo, dijo Aboul-hosn durante una cumbre sobre trata de seres humanos celebrada en Florida el 3 de octubre.
Y aunque el tráfico sexual de mujeres y niñas ha recibido una atención considerable, el tráfico de niños está creciendo significativamente. Ahora es casi idéntico al porcentaje de niñas víctimas de trata: las niñas representan el 18 por ciento de las víctimas de trata. Los chicos representan ahora el 17 por ciento, según el informe sobre Trata de Personas (TIP) 2023 del Departamento de Defensa.
Trata laboral
Según el Instituto Nacional de Justicia, es imposible determinar las cifras exactas de la trata de seres humanos debido a la «naturaleza encubierta y delictiva» de esta práctica.
Sin embargo, el Índice Global de Esclavitud, publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se considera el más exacto.
En su último informe, la OIT calcula que 49.600.000 personas son víctimas de la trata en todo el mundo: unos 27.6 millones en trabajos forzados y 22 millones en matrimonios forzados. Las mujeres y las niñas constituyen la mayoría de los matrimonios forzados.
Dentro de la categoría de trabajos forzados, la OIT informó de 17.3 millones de víctimas en el sector privado, mientras que 6.4 millones son explotadas para el comercio sexual y 3.9 millones realizan trabajos forzados impuestos por el Estado.
De las víctimas de trabajos forzados en el sector privado, 11.3 millones son hombres y niños y 6 millones son mujeres y niñas. En la industria de la explotación sexual, 4.9 millones de víctimas son mujeres y niñas y 1.5 millones son hombres y niños. Más de 3.3 millones de víctimas de trabajos forzados son niños.
Estados Unidos no agrega las cifras de trata de seres humanos a nivel nacional, «lo que dificulta la determinación del número real de casos denunciados»; sin embargo, las estimaciones del Índice Global de Esclavitud sugieren que, en un día cualquiera, 1.1 millones de personas son víctimas de trata en Estados Unidos.
La estimación se basa en los datos de la National Human Trafficking Hotline (NHTH), que separa la trata laboral de la sexual.
Los principales ámbitos de la trata laboral en Estados Unidos son el trabajo doméstico, la agricultura y el trabajo en granjas, la construcción, los servicios de restauración y alimentación, y las actividades ilícitas (por ejemplo, obligar a alguien a traficar con drogas o a cometer otras actividades delictivas), según la Línea de Denuncia de la Trata de Seres Humanos.
La organización también descubrió que, aunque una buena parte de los casos de trata denunciados incluyen a ciudadanos estadounidenses, como Muhammad, más de la mitad de los casos de trata denunciados (1086 de 1741) implican a ciudadanos extranjeros.
California, Texas y Florida tienen el mayor porcentaje de casos denunciados, con el 12,8 por ciento, el 8,8 por ciento y el 7,5 por ciento, respectivamente.
Nueva York ocupa un distante cuarto lugar, con el 3.9 por ciento de los casos denunciados.
El informe sobre trata de personas 2023 del Departamento de Estado reveló que, si bien las mujeres y las niñas siguen representando aproximadamente el 60 por ciento de las víctimas identificadas de la trata de personas, «el porcentaje de niños […] se quintuplicó con creces entre 2004 y 2020».
Pasar por alto a los varones
Casi el doble de hombres que de mujeres se encuentran en situaciones de trabajo forzoso, y los hombres y niños inmigrantes ilegales corren especial peligro, según la OIT.
«Imagina que te despiertas en un lugar donde no conoces la cultura, no conoces las leyes y no sabes qué recursos hay disponibles y cómo acceder a ellos», dijo Harold Henry D’ Souza, cofundador de la organización «Ojos Abiertos» (Eyes Open International), en el informe sobre trata de personas del Departamento de Estado.
«Imagina que pensabas que ibas a conseguir una vida mejor para ti y tu familia, pero te encuentras en un piso sin cama. Trabajas 16 horas al día. Imagina que no tienes comida ni dinero porque alguien en quien confiabas te quitó la pequeña cantidad de dinero que tenías ‘para mantenerla a salvo’ y te proporcionó un apartamento de una habitación, y luego te amenazó con arrestarte y deportarte si no seguías trabajando sin cobrar», dijo el Sr. D’Souza en el informe.
«Los traficantes en Estados Unidos utilizan una variación de cuatro palabras para silenciar a las víctimas extranjeras. Los traficantes gritan a las víctimas: ‘Haré que 1) te arresten, 2) te esposen, 3) te encarcelen, 4) te deporten'».
Aboul-hosn explicó que un factor que contribuye al aumento del número de niños víctimas de la trata en Estados Unidos es que, una vez que un menor no acompañado es detenido en la frontera, pasa a estar bajo la custodia de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), que forma parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).
«Por lo general, son interceptados en la frontera y pasan por la ORR, que trata de encontrarles un patrocinador con el que puedan ir a vivir mientras pasan por el proceso de solicitar asilo o el estatuto de refugiado a través de la corte», dijo Aboul-hosn.
«Y a lo largo de este proceso, hay muchas deficiencias en el control y la supervisión de la colocación. … Hay muchos buenos padrinos que lo hacen por buenas razones, pero hay algunos que sólo quieren explotar al niño».
La gran mayoría de los padrinos son familiares del niño que también están en el país ilegalmente, según la ORR.
Aboul-hosn dijo que en 2022, ORR entregó 55,960 niños a patrocinadores en todo Estados Unidos y solo realizó 8618 estudios de hogares.
«Así que solo el 15 por ciento de estos niños, cuando se colocan con un patrocinador, tenían algún tipo de estudio de hogar o antecedentes que se están haciendo», dijo.
Una vez que un traficante tiene a un niño bajo su control, Aboul-hosn dijo que se quedarán con el dinero de ese niño y le cobrarán cosas como el alquiler, la comida y otras «deudas».
Dice que la mayoría de los niños víctimas de la trata viajan a Estados Unidos desde los países del Triángulo Norte: Honduras, Guatemala y El Salvador. Suelen tener 15 años o más, carecen de documentación legal y apenas han estudiado. La mayoría no habla inglés y desconfía de las autoridades, lo que los convierte en víctimas perfectas para los traficantes.
Fracasos del HHS
En 2014, un adolescente de Guatemala llamó a su tío en Florida, pidiendo ayuda. Dijo que estaba siendo retenido contra su voluntad y obligado a trabajar en una granja de huevos llamada Trillium Farms en Ohio. Sus traficantes le dijeron al chico que si no «pagaba su deuda», le pegarían «dos o tres tiros a tu padre». Su tío accedió a ayudar y se puso en contacto con el sheriff de Collier City (Florida).
La consiguiente investigación de los fiscales federales sobre Trillium Farms reveló que los traficantes habían detenido a unas 45 personas, y que al menos 10 eran víctimas del tráfico, entre ellas ocho menores. Cuatro personas se declararon culpables de participar en una trama de trata de seres humanos, y una de ellas, Pablo Durán Ramírez, admitió que sabía que algunos de los trabajadores eran menores no acompañados, que habían sido amenazados o coaccionados. El 19 de junio de 2020, Ramírez fue condenado a 37 meses de prisión y al pago de una multa de 67,232 dólares. Trillium Farms no fue acusada en el caso.
En un comunicado de prensa tras la sentencia, el fiscal federal Justin Herdman, dijo: «Ramírez explotó la desesperación de los trabajadores migrantes y, en algunos casos, a sus hijos para su propio beneficio económico personal.»
Los otros acusados, Ana Angélica Pedro-Juan, de Guatemala, Aroldo Castillo-Serrano, de Guatemala, y Conrado Salgado-Soto, de México, también se declararon culpables de participar en una trama de tráfico de mano de obra. Castillo-Serrano, líder de la trama, fue condenado a 188 meses de prisión, Pedro-Juan, que supervisaba a las víctimas en Ohio, a 120 meses, y Salgado-Soto, subcontratista, a 51 meses.
Una investigación separada dirigida por el entonces senador Rob Portman (republicano de Ohio) descubrió que el HHS era responsable de entregar los niños a los traficantes en Ohio.
«Tenemos a estos niños. Están aquí. Viven en nuestro territorio, y para nosotros, ya sabes, asumir que alguien más va a cuidar de ellos y arrojarlos a los lobos, que es lo que el HHS estaba haciendo, es rotundamente erróneo», dijo Portman. «No me importa lo que piensen sobre la política de inmigración. Es un error».
Durante la investigación del comité de Portman, el HHS dijo al comité que había reforzado sus procedimientos relativos a los niños. Sin embargo, el comité encontró más de otros 12 casos de tráfico relacionados con el caso Trillion Farms e informó: «Es imposible saber cuántas víctimas más hay.»
Los niños no acompañados son transferidos a la ORR del HHS por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
En el año fiscal 2022, el DHS remitió 128,904 niños no acompañados a la ORR.
«Aproximadamente el 72 por ciento de todos los niños referidos eran mayores de 14 años, y el 64 por ciento eran varones», informó el HHS.
Los niños procedían en su mayoría de Guatemala (47 por ciento), seguido de Honduras (29 por ciento), El Salvador (13 por ciento) y otros países (11 por ciento) en el año fiscal 2022, dijo el HHS.
El 4 de octubre, el HHS informó de que actualmente tiene a su cargo 10,818 niños no acompañados. La agencia señaló que la duración media de tiempo que un niño no acompañado permanece en el cuidado de ORR es de 24 días, pero «está trabajando para reducir aún más la duración de la atención de manera que no ponga en peligro la seguridad o el bienestar de los niños.»
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