Primer Ministro australiano «espera» que arancel chino a la cebada no sea una represalia

Por Alex Joseph
11 de mayo de 2020 2:48 PM Actualizado: 11 de mayo de 2020 2:48 PM

El primer ministro de Australia, Scott Morrison, ha refutado las afirmaciones que sostienen que el arancel sobre la cebada propuesto por China es una reacción del régimen comunista a los esfuerzos de Australia de obtener apoyo internacional para una investigación sobre los orígenes y la gestión del virus del PCCh.

Durante los últimos 18 meses, China ha estado investigando, a través de su versión de una comisión antidumping, si Australia estaba practicando dumping (vender por debajo del precio normal) con la cebada en su mercado con el fin de obtener una mayor participación en el mercado chino. Los agricultores australianos han acusado a China de alargar intencionadamente la investigación por razones políticas.

Debido a que el comercio de cebada «ha sido un tema constante» entre Australia y China, Morrison piensa que «tenemos que tener cuidado de no trazar líneas entre» el gravamen y la investigación del virus, dijo en una conferencia de prensa en Canberra el 11 de mayo.

«Esperamos y deseamos que este asunto se determine según sus fundamentos», dijo Morrison. «No han planteado relacionarlo con ningún otro asunto, me decepcionaría si lo fuera».

Morrison dijo que el nivel de comercio de cebada cayó en más de mil millones de dólares desde que China comenzó su investigación.

El ministro de comercio de Australia, Simon Birmingham, le da un apretón de manos virtual al primer ministro de Singapur durante una cumbre diplomática virtual entre los dos países en la Casa del Parlamento en Canberra el 23 de marzo de 2020. (MICK TSIKAS/POOL/AFP a través de Getty Images)

Está previsto que la investigación del régimen chino concluya la próxima semana, aproximadamente a la misma hora que la tan esperada Asamblea Mundial de la Salud (que comienza el 18 de mayo), en la que se espera que la Unión Europea proponga una investigación sobre los orígenes del virus del PCCh.

El ministro de comercio, Simon Birmingham, ha sostenido que el gobierno australiano confía en que no hay pruebas claras de que Australia haya estado apoyando a la industria de la cebada con el fin de perturbar el comercio con China.

Australia envió unos 165 millones de dólares de cebada a China en 2018, por lo que es un «gran negocio», dijo Birmingham a 5AA radio el 11 de mayo.

Considerando el valor comercial con China y las actuales tensiones diplomáticas, Birmingham aclaró que «queremos asegurarnos de que esto se concluya con base a las pruebas y no se vea empañado por ningún otro asunto».

A diferencia del primer ministro y el ministro de comercio, el exviceprimer ministro, Barnaby Joyce,está convencido de que el arancel sobre la cebada tiene una motivación política.

«Este es un caso de venganza», dijo al Seven Network’s Sunrise el 11 de mayo, agregando que la investigación del virus del PCCh, comúnmente conocido como coronavirus, está justificada.

La senadora, Sarah Henderson, comentó en Twitter diciendo: «Las amenazas de coacción económica de China son extremadamente lamentables. Nuestra reputación como productores agrícolas es la segunda más importante. No hay ningún problema de antidumping y no le conviene a nadie imponer un arancel a la cebada. Estamos con nuestros agricultores».

El gobierno australiano ha estado pidiendo una investigación sobre los orígenes y la gestión del brote del virus del PCCh durante algunas semanas en un esfuerzo por comprender mejor cómo pudo propagarse desde Wuhan, China, y por lo tanto, para enfrentar mejor a tales pandemias en el futuro.

Así, el ministro de salud, Greg Hunt, dijo que el gobierno apoyará una moción de la Unión Europea para una investigación independiente que se presentará el 18 de mayo.

«Apoyamos la moción de la Unión Europea que incluye una investigación independiente, el trabajo de regulación de los mercados húmedos y también el potencial de los poderes de inspección independiente», dijo Hunt a Sky News el 10 de mayo.

Pero tal inspección provocó una dura respuesta por parte del régimen chino.

«Tenemos que asegurarnos de mantenernos firmes respecto a nuestras posiciones en torno a los intereses nacionales de Australia, nuestra seguridad nacional, proteger nuestra soberanía, asegurarnos de mantenernos firmes respecto a los valores y principios australianos», dijo Birmingham.


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