Otro pequeño pueblo en el este de Texas ha dado el audaz paso de prohibir el aborto.
Aunque en gran parte es un acto simbólico, el pueblo de East Mountain ha usado todo el peso de la ley para prohibir que los proveedores de aborto realicen sus servicios dentro de los límites del pueblo.
En la noche del 20 de julio, la comunidad, con una población de apenas 797 habitantes, se declaró una «ciudad santuario para los no nacidos» y afirmó la posición legal de que el aborto era inconstitucional.
Sin embargo, es poco probable que los proveedores de servicios de aborto se vean afectados. East Mountain está situado entre las autopistas estadounidenses 271 y 259, justo al norte de Longview, y no hay clínicas de aborto ni siquiera cerca de sus alrededores, informó KETK.
No obstante, la comunidad se une ahora a una lista cada vez mayor de ciudades y pueblos de Texas que han prohibido la controvertida práctica, y sigue los pasos de Waskom, una pequeña ciudad del este de Texas con una población de unos 2000 habitantes. Waskom es la primera ciudad conocida en los Estados Unidos en hacer tal declaración.
La base de la ordenanza afirma que Roe contra Wade y otras leyes que permiten el aborto «son usurpaciones inconstitucionales del poder judicial, que violan tanto la Décima Enmienda como la Cláusula de Garantía Federal, y son nulas y sin efecto en la ciudad de Waskom».
La Décima Enmienda cita que los poderes no otorgados al gobierno federal, y no retenidos a los estados, se dejan en manos de los estados o del pueblo en general, y esto implica que el documento no designa explícitamente el aborto a nadie.
Otras ciudades del este que han aprobado leyes similares son Naples, Gary, Joaquin, Tenaha, Rusk, Gilmer y Wells.
En febrero de 2020, la Unión Americana de Libertades Civiles demandó a varias de estas comunidades, afirmando que «estas ordenanzas son inconstitucionales. El aborto es legal en todos los estados y ciudades del país, y las ciudades no pueden castigar a las organizaciones proaborto por llevar a cabo su importante trabajo, especialmente cuando lo hacen de una manera que viola sus derechos de la Primera Enmienda».
Sin embargo, tras el inicio de la pandemia, las demandas fueron retiradas.
Mark Lee Dickson, un pastor del este de Texas y activista de Right to Life, calificó el resultado como «una victoria total y completa para las ciudades que han promulgado estas ordenanzas». Denunció la demanda como «nada más que un truco publicitario para disuadir a otras ciudades para que no creen santuarios para los no nacidos».
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