El presidente Vladimir Putin puso a las fuerzas de disuasión nuclear de su país en alerta máxima el domingo, al anunciar la medida en una reunión televisada con los principales ministros, mientras las tropas y los tanques rusos continúan invadiendo Ucrania.
“Los países occidentales no solo están tomando acciones hostiles contra nuestro país en el área económica. Hablo de las sanciones ilegítimas que todo el mundo conoce. Sin embargo, los altos funcionarios de los principales países de la OTAN también hacen declaraciones agresivas contra nuestro país”, dijo Putin el domingo, según los medios estatales.
Como resultado, Putin dijo que ha ordenado “al ministro de Defensa y al jefe del estado mayor general [de las fuerzas armadas rusas] que coloquen las fuerzas de disuasión del ejército ruso en un modo especial de servicio de combate», según sus comentarios televisados.
No está claro de inmediato qué significa el «modo especial de servicio de combate». Previamente, cuando Putin anunció la invasión rusa a principios de esta semana, advirtió que, si otros países se involucran, enfrentarán “consecuencias que nunca han visto”.
Sin embargo, la orden de Putin significa que las armas nucleares rusas están preparadas para una mayor disponibilidad de lanzamiento, lo que aumenta la amenaza de que las tensiones entre Moscú y la OTAN puedan desembocar en ataques nucleares.
Durante una aparición en CBS News, la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, respondió a la declaración de Putin el domingo.
“El presidente Putin continúa intensificando esta guerra de una manera totalmente inaceptable”, dijo Thomas-Greenfield el domingo por la mañana. “Y tenemos que continuar condenando sus acciones de la manera más fuerte posible”.
También el domingo, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, aliado de Putin, le dijo a Occidente que no imponga duras sanciones a Rusia y Bielorrusia, alegando que las medidas podrían empujar a Rusia a una “tercera guerra mundial”.
«Ahora se habla mucho contra el sector bancario. El gas, el petróleo, el SWIFT. Es peor que la guerra. Esto está empujando a Rusia a una tercera guerra mundial», dijo Lukashenko a los medios de comunicación estatales locales, refiriéndose a las sanciones.
La alarmante medida se produjo cuando estallaron los combates callejeros en la segunda ciudad más grande de Ucrania y las tropas rusas ocuparon puertos estratégicos en el sur del país, avances que parecían marcar una nueva fase de la invasión rusa tras una oleada de ataques a aeródromos e instalaciones de combustible en otras partes del país.
La capital, Kiev, estaba inquietantemente tranquila después de que enormes explosiones iluminaran el cielo de la mañana y las autoridades informaron sobre explosiones en uno de los aeropuertos. Solo un automóvil ocasional aparecía en un bulevar principal desierto, ya que un estricto toque de queda de 39 horas mantenía a la gente alejada de las calles. En cambio, los residentes aterrorizados se refugiaron en casas, garajes subterráneos y estaciones de metro en previsión de un ataque ruso a gran escala.
“La noche pasada fue dura: Más bombardeos, más ataques a las zonas residenciales y a las infraestructuras civiles», señaló el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky. «No hay una sola instalación en el país que los ocupantes no consideren objetivos admisibles”.
Los videos publicados en los medios y redes sociales ucranianos mostraban vehículos rusos moviéndose a través de Kharkiv y tropas rusas deambulando por la ciudad en pequeños grupos. Un vídeo mostraba a las tropas ucranianas disparando contra los rusos y dañando los vehículos utilitarios ligeros rusos abandonados en las cercanías.
Con información de Associated Press.
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