De nuestros cinco sentidos, el tacto (sentido háptico) es el primero que se desarrolla en el feto. De hecho, el tacto es el único sentido sin el que no podemos vivir. Aunque podemos adaptarnos a perder el olfato, la vista, el gusto o el oído, cuando perdemos el sentido del tacto perdemos la capacidad de sentarnos, andar o sentir dolor de manera afectiva.
Las investigaciones demuestran que los seres humanos no solo desean el contacto, sino que lo necesitan. Sin suficiente contacto humano positivo, es posible desarrollar una afección llamada privación de contacto.
La privación del contacto puede aumentar el estrés, la ansiedad y la depresión y provocar numerosos efectos fisiológicos negativos adicionales. Por ejemplo, como respuesta al estrés, el cuerpo produce una hormona llamada cortisol. Esta respuesta al estrés puede aumentar el ritmo cardíaco, la presión arterial, la tensión muscular y la frecuencia respiratoria, lo que a su vez afecta negativamente a los sistemas inmunitario y digestivo. Las personas que pasan largos periodos de tiempo sin contacto físico positivo pueden incluso sufrir un trastorno de estrés postraumático.
Las investigaciones demuestran que un número cada vez mayor de personas ha experimentado privación de contacto físico debido a los requisitos de distanciamiento social de la pandemia por COVID-19. La falta de contacto físico por el distanciamiento social ha sido un factor importante para que muchas personas experimenten una profunda tristeza, depresión y ansiedad. El contacto humano tiene impactos medibles en la salud física y mental de una persona.
Los momentos positivos del contacto humano pueden hacer lo siguiente:
– Calmar el sistema nervioso
– Estimular el sistema inmunológico
– Activar la oxitocina, crítica para la vinculación
– Reducir el estrés
– Disminuir la depresión y la ansiedad
– Menores niveles de dolor
– Mejorar la curación
– Disminuir la frecuencia cardíaca y sanguínea
– Mejorar el estado de ánimo
– Eliminar los trastornos del sueño
Cómo contrarrestar los efectos de la privación del contacto físico:
Automasaje: Practicar el automasaje ayuda a reducir la privación del contacto. Masajear el cuello y estimular el nervio vago ayuda a reducir el estrés.
Mantenerse en contacto con los seres queridos: Los estudios demuestran la relación entre las videollamadas y la reducción del sentimiento de soledad y aislamiento social.
Interactuar con las mascotas: además las investigaciones muestran que los niveles de oxitocina alcanzan su punto máximo en los dueños de perros cuando acarician a sus mascotas. Jugar con su mascota puede ayudarle a relajarse y aliviar algunos síntomas de privación del contacto.
Usar almohadas para el cuerpo: las almohadas corporales pueden imitar la sensación de acurrucarse. Las investigaciones sugieren que abrazar un objeto inanimado, como una almohada, puede ayudar a reducir el estrés.
Hacer ejercicio: Las investigaciones demuestran que la actividad física puede ayudar a aumentar la producción de los neurotransmisores del cerebro llamados endorfinas. El ejercicio puede mejorar el estado de ánimo y el bienestar general y reducir la sensación de estrés y depresión.
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