El bastión demócrata de Chicago está luchando contra una nueva afluencia de inmigrantes ilegales que están siendo reubicados en sus vecindarios.
Las tensiones estallaron la semana pasada cuando más de 200 residentes llenaron una reunión comunitaria de emergencia para expresar su indignación por el plan más reciente de la ciudad de reubicar hasta 300 inmigrantes ilegales en el Chicago Lake Shore Hotel.
El pastor Corey Brooks, director ejecutivo del Proyecto H.O.O.D, una organización sin fines de lucro con sede en Chicago que busca poner fin a la violencia a través del empoderamiento individual, dice que cree que es «criminal» que los funcionarios estén utilizando recursos limitados que podrían destinarse a ayudar a aliviar el crimen y la pobreza de sus propios habitantes, en los nuevos inmigrantes que entran ilegalmente al país.
«Mucha gente siente que cuando expresamos nuestra preocupación por la violencia y los problemas económicos, estos funcionarios de la ciudad nos dicen que no hay dinero disponible, pero ahora que los inmigrantes están aquí, están encontrando millones y millones de dólares», dijo el Sr. Brooks a The Epoch Times.
«Es una bofetada en la cara», indicó el pastor.
En mayo, el Concejo Municipal de Chicago anunció que 51 millones de dólares en ayuda financiera del presupuesto se destinarían a abordar la avalancha de inmigrantes.
Durante la reunión del 30 de agosto en la ciudad, los miembros del personal y los funcionarios electos se turnaron para tratar de explicar cómo se cuidaría y supervisaría a los recién llegados, lo que incluía asistencia médica y nuevas reglas de toque de queda. Sin embargo, los funcionarios a menudo fueron interrumpidos o abucheados a mitad de una frase.
“¡Yo no los quiero allí! Llévenlos a otro lugar o envíelos de regreso a Venezuela. No me importa adónde vayan», gritó la residente Doris Lewis, según imágenes adquiridas por Fox 5. «Esto está mal. El 73% de las personas sin hogar en la ciudad son negros ¿Qué han hecho por ellos?»
Otros residentes amenazaron con que si la ciudad no actuaba, se tomarían la justicia por su mano.
“Ellos nos faltan el respeto, nos roban, nos acosan”, dijo una mujer a ABC 7 Chicago. “Vamos a tomar el control. Nadie podrá impedirnos lo que les vamos a hacer”.
La Ciudad de los Vientos ha estado plagada de violencia. Durante el fin de semana del Día del Trabajo, al menos 42 personas recibieron disparos, siete de ellas mortales, incluido un niño de 13 años que resultó gravemente herido, informó la policía. Hasta el 31 de agosto, la policía de Chicago afirma haber respondido a 1677 tiroteos y 418 homicidios.
El Sr. Brooks dijo que ha sido testigo de primera mano de cómo la afluencia de inmigrantes ilegales había contribuido a la ola de criminalidad.
“Simplemente, vengan a nuestro vecindario. Puedo mostrarle dónde compran drogas y participan en algunos actos criminales que no creería”, declaró el pastor. «Uno no se puede poner a un grupo de personas empobrecidas en una comunidad empobrecida y luego actuar sorprendido cuando contribuyen al crimen».
La reunión fue solo la última de varias tensas reuniones vecinales en las que los residentes han rechazado la reubicación de inmigrantes ilegales en escuelas cerradas y otros edificios de propiedad de la ciudad. Desde agosto de 2022, la ciudad dijo que más de 13,000 inmigrantes ilegales han llegado a Chicago. Actualmente, 1912 inmigrantes ilegales están esperando ser colocados, según el noticiero local WQRF Rockford. Alrededor de 1500 personas duermen en comisarías de policía y aeropuertos, esperando ser reubicados, informó el Chicago Sun-Times. Esas cifras no incluyen los cuatro autobuses de Texas que transportaban inmigrantes ilegales que llegaron a la ciudad el miércoles.
«Pongan a nuestra propia gente en primer lugar»
El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, dijo que la ciudad está llegando a un punto de quiebre y necesita ayuda federal.
«Permítanme decir esto claramente: la ciudad de Chicago no puede seguir dando la bienvenida a los recién llegados de manera segura y capaz, sin un apoyo significativo y cambios en la política de inmigración», dijo el Sr. Johnson a los periodistas en una conferencia de prensa el miércoles pasado. «Los federales no han enviado dinero».
Los residentes ya han sido informados de que, a pesar de sus súplicas, los inmigrantes ilegales comenzarán a instalarse en el hotel el viernes. Mientras los inmigrantes sigan entrando al país ilegalmente, la crisis seguirá empeorando, según el Sr. Brooks.
“Esto no se resolverá ni se podrá resolver hasta que la frontera esté segura”, concluyó el pastor. “Estas personas no solo se están adelantando a aquellos que intentan ingresar a nuestro país legalmente, sino que también se están adelantando a la gente aquí en Chicago.
«Ya es hora de que pongamos a nuestra propia gente en primer lugar».
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