El 3 de mayo, las autoridades rusas realizaron una redada en los domicilios de cinco practicantes de la disciplina espiritual Falun Gong, en virtud de una controvertida ley que incluye «llevar a cabo actividades de una organización indeseable».
Los registros llevados a cabo por la policía de Moscú son la última escalada de una campaña contra el grupo espiritual, que ha incluido la prohibición de libros, la confiscación de literatura, el hostigamiento y los interrogatorios.
Las autoridades rusas y los medios de comunicación estatales dieron gran publicidad a las redadas del 3 de mayo. Al describir Falun Gong, los medios de comunicación rusos repitieron la desinformación extremista del Partido Comunista Chino, que se remonta a décadas atrás, sobre esta práctica pacífica.
Falun Gong es una práctica de meditación tradicional china basada en los principios de verdad, benevolencia y tolerancia. Se practica en países de todo el mundo, pero no en China, donde se calcula que entre 70 y 100 millones practicaban Falun Gong en 1999, año en que el régimen chino inició una brutal campaña de persecución que incluía trabajos forzados, maltrato psiquiátrico y sustracción forzada de órganos.
China y Rusia alcanzaron una asociación «sin límites» en febrero de 2022 y, desde entonces, ambos países han firmado una serie de acuerdos para impulsar su «cooperación estratégica». Las empresas chinas han estado prestando apoyo a Rusia para mantener su guerra en Ucrania. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, tiene previsto visitar China este mes, en el que será su primer viaje al extranjero desde que obtuvo la reelección en marzo.
La creciente confianza del Kremlin en China parece estar fomentando la intensificación de la presión sobre Falun Gong.
«Los practicantes actuaban legalmente utilizando una organización registrada», declaró a The Epoch Times un practicante de Falun Dafa residente en Moscú, que solicitó el anonimato por motivos de seguridad.
La controvertida ley penal en la que se basan las redadas —»realización de actividades de una organización indeseable»— se aprobó en 2015 y las autoridades rusas la han utilizado para perseguir a más de 100 organizaciones, así como a periodistas y activistas de derechos humanos.
La ley conlleva penas de hasta seis años de prisión.
«Es espantoso que las autoridades rusas detengan a practicantes de Falun Gong simplemente porque intentan meditar, estudiar las enseñanzas de Falun Gong y adoptar sus principios —verdad, benevolencia, tolerancia— en su vida cotidiana», declaró Levi Browde, director ejecutivo del Centro de Información sobre Falun Dafa.
«Imploramos a las autoridades rusas que resistan cualquier presión oculta del Partido Comunista Chino y protejan los derechos y libertades de sus propios ciudadanos».
«Hoy en día, Falun Gong se practica libremente en más de 100 países de todo el mundo, donde es bien recibido y a menudo celebrado. Solo la China comunista ha intentado demonizar y perseguir a los practicantes de Falun Gong».
Redada muy publicitada
Los videos posteados por la policía moscovita en su cuenta oficial de Telegram muestran cómo los agentes abren de una patada la puerta de un apartamento y tiran al suelo a un joven cerca de la puerta de su habitación. Un agente se arrodilló sobre la espalda del hombre.
«Las manos a la espalda», le dijo un policía. «¿Qué, no lo entendiste la primera vez?».
The Epoch Times supo por personas familiarizadas con el asunto que el hombre es hermano de un practicante de Falun Gong.
En otro video, un oficial exigió una respuesta por el retraso en abrir la puerta.
«Porque necesitaba vestirme», respondió una mujer.
Un video mostraba a un hombre con dos niños junto a su cama explicando a los agentes que no habían hecho nada malo ni ilegal.
«Solo hacemos los ejercicios, eso es todo», dijo a la policía.
Las autoridades incautaron materiales como libros y folletos de introducción a la práctica como prueba. The Epoch Times supo por la fuente con sede en Moscú que cuatro practicantes fueron detenidos y retenidos para ser interrogados.
El Sr. Browde instó a Estados Unidos y a otros gobiernos democráticos a «pedir la liberación inmediata de estos practicantes detenidos injustamente».
La Comisión Estadounidense para la Libertad Religiosa Internacional, organismo federal que formula recomendaciones políticas, declaró que «condena enérgicamente la reciente detención de cuatro practicantes de Falun Gong en Moscú, al parecer por su afiliación religiosa y la distribución de material religioso».
«La prohibición por parte de Rusia de las instituciones afiliadas a Falun Gong por considerarlas ‘indeseables’ constituye una clara violación del derecho a la libertad de religión o creencia, protegido internacionalmente», declaró la comisionada Susie Gelman a The Epoch Times.
«Rusia debe poner fin a su persecución de todos los practicantes de Falun Gong y de otros grupos religiosos calificados injustamente de ‘indeseables’ y garantizar la libertad de religión o creencia para todos».
Aumento de la represión
A lo largo de los años, los practicantes de Falun Gong en Rusia se han enfrentado a cierta presión por parte de las autoridades. El libro principal de Falun Gong, Zhuan Falun, fue prohibido en el país en 2011, una medida que el Parlamento Europeo censuró. La Corte Europea de Derechos Humanos dictaminó en 2023 que la prohibición rusa de materiales de Falun Gong es ilegal.
Los practicantes de Falun Gong en Rusia que habían obtenido el estatuto de refugiado de la ONU fueron repatriados a la fuerza a China; por ejemplo, el caso de Ma Hui y su hija de 8 años, Ma Jing, en 2017.
En noviembre de 2023, la policía y la unidad antiextremismo de Rusia, que se ha enfrentado a acusaciones de perseguir a grupos de la oposición y a activistas cívicos, registraron los domicilios de practicantes de Falun Gong en varias regiones, como Moscú, San Petersburgo, Irkutsk y la región de Irkutsk.
El Departamento de Estado de Estados Unidos, en su último informe sobre derechos humanos, afirmó que Rusia «ha hecho un uso indebido de las leyes antiterroristas y antiextremistas, así como de otras medidas» para atacar a una rama regional de Falun Gong y a siete organizaciones sin ánimo de lucro asociadas a Falun Gong «sin ninguna prueba creíble de acciones o intenciones violentas».
«Estas designaciones prohibieron de hecho la práctica y las actividades de estos grupos, y sus miembros fueron objeto de encarcelamiento prolongado, duras condiciones de detención, arresto domiciliario y allanamiento de morada, discriminación, hostigamiento e investigación penal por participar en las actividades de una organización prohibida», afirma el informe.
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