Las sanciones del régimen chino contra individuos y entidades occidentales que se han manifestado sobre el historial de derechos humanos deben servir de «llamada de atención» para el mundo democrático, dijeron el viernes políticos y defensores de los derechos humanos del Reino Unido.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China dijo que sancionaría a nueve individuos y cuatro entidades de la parte británica que «difundieron maliciosamente mentiras y desinformación» sobre el trato a los musulmanes uigures en Xinjiang.
Benedict Rogers, vicepresidente de la Comisión de Derechos Humanos del Partido Conservador, una de las entidades de la lista de sanciones, dijo: «En realidad, es el régimen del Partido Comunista Chino el que difunde mentiras y desinformación».
«Creo que el régimen está reaccionando no porque tenga ninguna credibilidad a su favor, sino porque no le gusta que se exponga la verdad y que se arroje luz sobre la situación de los derechos humanos. Y por eso está arremetiendo en respuesta a eso», dijo a The Epoch Times.
«Creo que debe hacer que la gente del mundo democrático despierte al hecho de que este es un régimen que no se comporta de forma normal y racional. No utiliza las normas de la diplomacia».
Afirmó que el mundo democrático debe trabajar conjuntamente para enfrentarse al Partido Comunista Chino.
«Esta noticia debe servir como una llamada de atención de que si no nos enfrentamos a este régimen, nuestra propia libertad y democracia se verán cada vez más atacadas», dijo.
«Profundamente siniestro»
Entre los sancionados hay cinco diputados británicos. Dos de ellos, los diputados conservadores Tom Tugendhat y Neil O’Brien, dirigen el China Research Group, que es una de las entidades británicas sancionadas.
En un comunicado, Tugendhat y O’Brien afirmaron: «Es la primera vez que Beijing apunta a políticos elegidos en el Reino Unido con sanciones y demuestra que están sobrepasando cada vez más los límites».
«Es tentador tomarse a risa esta medida como [si fuera] una pataleta diplomática. Pero en realidad es profundamente siniestra y solo sirve como una clara demostración de muchas de las preocupaciones que hemos estado planteando sobre la dirección de China bajo Xi Jinping», dijeron.
«Como legisladores británicos, esto no nos afectará enormemente, pero el objetivo de las acciones de Beijing es hacer que los demás se sientan amenazados, y tener un efecto escalofriante sobre los empresarios en particular».
«Insignia de honor»
Rogers dijo que las sanciones, que incluyen la prohibición de viajar y la congelación de activos, no tienen ningún impacto sobre él porque no tiene ninguna propiedad o activo en China, y ya se le ha negado la entrada a Hong Kong anteriormente.
A Rogers, que se ha manifestado contra los abusos del régimen chino tanto en Xinjiang como en Hong Kong, se le negó la entrada al llegar a Hong Kong en octubre de 2017.
«Así que en efecto, esto para mí personalmente es simplemente una iniciativa simbólica. Es realmente una insignia de honor que tomo como un reconocimiento a mi trabajo por los derechos humanos», dijo.
Nusrat Ghani, una de las diputadas tories en la lista de sanciones, expresó sentimientos similares.
Dijo que «no se dejará intimidar ni silenciar», y que tampoco debe hacerlo el gobierno británico.
«Usaré mi libertad para plantear la difícil situación de los uigures y me tomaré esta sanción como una insignia de honor», escribió en Twitter.
Sin impacto
Otra parlamentaria británica sancionada, la baronesa laborista Helena Kennedy, también dijo que la sanción no tendrá ningún impacto en su trabajo.
«Baso mis críticas sobre lo que ocurre en esta parte de China en pruebas. Y es mi opinión que se están produciendo graves abusos de los derechos humanos», dijo a NTD.
«Tenemos el deber, en virtud de la Convención sobre el Genocidio, de proteger a la gente del genocidio. Y no hay que esperar a que termine. Hay que actuar mientras se cree que puede estar teniendo lugar. Y las pruebas apuntan a que el genocidio está en marcha».
«He construido mi vida en torno a la protección de las libertades civiles» tanto en el Reino Unido como en el resto del mundo, dijo. «Esto no supondrá ninguna diferencia en el trabajo que hago».
Beijing también sancionó a Sir Geoffrey Nice c. r., que presidió el Tribunal de China sobre la sustracción forzada de órganos, y que ahora dirige el Tribunal Uigur que investiga los abusos de Beijing en Xinjiang.
En unas declaraciones enviadas por correo electrónico a The Epoch Times, Nice dijo: «Las sanciones impuestas por la RPC [República Popular China] no afectarán al trabajo del tribunal y éste no se opondrá a la RPC a la hora de alcanzar un juicio independiente sobre la información proporcionada al tribunal por cualquier grupo, estado o individuo que desee participar».
«Seguimos esperando que la RPC responda a nuestras invitaciones para cooperar con el tribunal y proporcionar pruebas para ayudar a el tribunal en su trabajo».
Con información de Jane Werrell de NTD y Lily Zhou.
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