Funcionarios del orden público han iniciado al menos 25 casos de terrorismo doméstico relacionados con la irrupción en el edificio del Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero.
El secretario del Ejército de los Estados Unidos, Ryan McCarthy, le dijo al representante Jason Crow (D-Colo.), miembro del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, durante una llamada telefónica que «se han iniciado al menos 25 casos de terrorismo nacional como resultado de la irrupción al Capitolio», según las notas del legislador demócrata.
El Ejército confirmó a The Epoch Times que el relato de la conversación era correcto.
Crow dijo que McCarthy le dijo que el Pentágono estaba al tanto de «posibles amenazas nuevas planteadas por presuntos terroristas», durante los días hasta e incluyendo la toma de posesión del presidente electo Joe Biden el 20 de enero.
El Departamento de Defensa está trabajando con las autoridades locales y federales para coordinar la preparación de seguridad, tras lo que McCarthy describió como una «deficiente notificación de amenazas por parte de las fuerzas del orden» antes de la sesión conjunta del Congreso el miércoles, en donde los legisladores y el vicepresidente Mike Pence contaron los votos electorales.
La alcaldesa de Washington, D.C. Muriel Bowser pidió al Departamento de Seguridad Nacional que aumente las medidas de seguridad antes de la inauguración presidencial de Biden.
«Se recuperaron rifles, cócteles molotov, dispositivos explosivos, y precintos, lo cual sugiere que se evitó por poco un desastre mayor», afirman las notas de Crow.
Miles de manifestantes acompañaron a Trump para reunirse alrededor del Capitolio el miércoles por la tarde luego de su discurso fuera de la Casa Blanca, durante el cual les pidió que «hagan oír sus voces de manera pacífica y patrióticamente» en el Capitolio e instó al vicepresidente Mike Pence que enviara los votos impugnados del Colegio Electoral de vuelta a las legislaturas estatales. Ambas cosas no ocurrieron.
Los actos de violencia y anarquía ocurrieron cuando algunos manifestantes decidieron entrar ilegalmente al Capitolio mientras la mayoría de partidarios manifestaban afuera. La irrupción del Capitolio interrumpió los debates tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, ya que los legisladores se vieron obligados a refugiarse en el lugar mientras la policía y las fuerzas de seguridad intentaban retomar el control de la situación.
Se confirmó que cuatro personas murieron en el Capitolio el miércoles pasado, entre ellas una mujer que murió por un disparo en el interior del edificio. El Departamento de Policía de D.C. la identificó como Ashli Babbitt de 35 años, de Huntington, Maryland. El departamento dijo que las otras tres personas murieron en emergencias médicas separadas: Benjamin Philips, de 50 años, de Pensilvania; Kevin Greeson, de 55 años, de Alabama, y Rosanne Boyland, de 34 años, de Georgia.
Un oficial de la policía del Capitolio de EE. UU., Brian Sicknick, también murió debido a lesiones sufridas mientras estaba de servicio respondiendo a los disturbios. El Departamento de Policía del Capitolio de EE. UU. (USCP) confirmó en una declaración que murió el jueves alrededor de las 9:30 p.m. Su muerte será investigada por la División de Homicidios del Departamento de Policía de D.C., el USCP, y sus colaboradores federales.
Según las notas de Crow, el Pentágono realizó «varios» intentos para ofrecer recursos de la Guardia Nacional a la Policía Metropolitana de Washington D.C. y a la Policía del Capitolio de EE.UU. antes de la irrupción, pero el departamento «repetidamente dijo que no necesitaba recursos adicionales».
«Debido a la falta de coordinación y preparación, no había un centro de operaciones en funcionamiento en el Pentágono para gestionar la presencia [de la Guardia Nacional] y dirigir recursos adicionales» en medio de la irrupción, dijo Crow.
El Departamento de Justicia dijo por separado que dos personas más fueron acusadas en relación con la irrupción en el Capitolio.
Larry Rendell Brock de Texas y Eric Gavelek Munchel de Tennessee fueron acusados de un cargo por entrar o permanecer conscientemente sin autoridad legal en alguno de los edificios o terrenos restringidos y un cargo por irrupción violenta y conducta desordenada en terrenos del Capitolio. Ambos fueron acusados en un tribunal federal.
Con información de Janita Kan y Zachary Stieber.
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